Una semana que quedará marcada en la agenda de gobierno. Una en la que desde Marcos Peña hasta Oscar Aguad, e incluso el avezado Mario Quintana, demostraron con sus pasos en falso y frases poco felices que en momentos críticos ni la protección mediática supera lo que una amplia conferencia de prensa puede conseguir. El caso del Correo Argentino y el perdón de la deuda que la empresa familiar del Presidente arrastra con el Estado, el tema del recorte por DNU de las jubilaciones y, en menor medida, el también recorte de fondos para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres pusieron a Mauricio Macri en un escenario que no le gusta: enfrentar a periodistas a cuestionario abierto. Si la conferencia de prensa del jueves en Casa Rosada fue autocelebrada como hito para diferenciarse de la gestión anterior, días después todavía había voracidad por conocer qué era lo que se había analizado en la mesa...... chica de La Rosada apenas el Presidente cruzó la puerta y quedó afuera de cualquier cámara que registrara
gesto alguno. Durante 48 horas hubo análisis de todo tipo e intencionalidad política. Pero quienes lo conocen saben que hay una situación personal que provocó lo del Correo, que lo tocó de lleno. De a poco, los nombres e imágenes de sus tres hijos mayores comenzaban a colarse como parte del listado de beneficiarios con la condonación de la deuda de los Macri con el Estado por el desmanejo de la reestatizada empresa. Agustina, Gimena y Francisco son jóvenes de estricto bajo perfil y la prolongación de la situación en cuestión podría quebrar eso. Luego de Alfonsín y por motivos varios, los hijos presidenciales son un blanco fácil y la manera de horadar el ánimo presidencial.
Todo pasa
Su desplazamiento de Aerolíneas Argentinas fue inesperado. Y si fue motivado por “fuego amigo” no será por ahora confirmado por boca de Isela Costantini, quien no tiene emisarios que distribuyan frases en off sobre si se sintió maltrada o poco cuidada por el Gobierno al dejar Aerolíneas Argentinas. Este verano, con algunos ex colegas empresarios vecinos al lugar que ella ocupaba en Manantiales, manifestó descontento y sonreía cuando le mencionaban a un ministro como el responsable de su despido. A esos mismos los sorprendió verla tan sonriente en una foto con Macri en Chapelco de la semana pasada. (ver foto en destacado de esta página).
Tension inesperada
Aunque no es de los funcionarios de gobierno con los que la gente de la cultura tiene cuestionamientos manifiestos, integrantes de ese amplio colectivo le hicieron pasar una inesperada situación a Jorge Telerman. El cierre de un curso organizado por el gobierno porteño y dictado por Matías Feldman en el Centro Cultural San Martín incluyó entregas de diplomas. Fue en ese momento cuando Telerman subió al escenario para sumarse a la ceremonia, pero muchos de los participantes se fueron sin su diploma; otros lo saludaron pero esquivaron la foto y otros aprovecharon la situación y la predisposición del funcionario para escuchar reclamos sobre la política cultural de Rodríguez Larreta y quejas de la nueva demora –se habla de unos seis meses– en la reapertura del Teatro Municipal San Martín que planteó el gobierno porteño.
A estudiar
En vistas del viaje a España que realizará Macri, en una de las reuniones relajadas que algunos empresarios de la comitiva mantienen estos días comentaron que Susana Malcorra debería preparar una respuesta sobre qué postura tiene el Gobierno con respecto a Gibraltar. Esto se debe a que en el coloquio que ella protagonizó en la Embajada de España en Argentina hace unos días –preparado por ese país como anticipo de la mencionada misión– demostró cintura para no quedarse sin respuesta, pero para los no muy informados no pudo dejar en claro qué postura y opinión tiene la Rosada ante dicha cuestión. Y para los entendidos, no demostró un conocimiento preciso de esa cuestión geopolítica.