“Nada de esto era necesario; Joe Lewis es un hombre rico”, dijo Damon Williams, el fiscal de Nueva York, que acusó al empresario de “corrupción corporativa”. El dueño de Lago Escondido –como también se conoce a Joe Lewis en Argentina– enfrenta en Estados Unidos una causa judicial que se tramita en un tribunal del distrito sur de Nueva York.
“El Distrito Sur de Nueva York –mi oficina–, acusó formalmente a Joe Lewis, el multimillonario británico, de orquestar un descarado esquema para utilizar información privilegiada, y también se acusó de co-conspiradores a sus pilotos personales, Patrick O'Connor y Bryan Wauf”, detalló el fiscal norteamericano Damon Williams.
El esquema al que hace referencia el fiscal Damon Williams es el siguiente: como Joe Lewis integraba varios directorios y tenía una posición importante dentro de los mismos, se valió de información confidencial que, dice Williams, “proporcionó de manera reiterada dicha información a sus parejas, a asistentes personales, a amigos, y a sus pilotos”.
¿Por qué Joe Lewis hizo de "Lago Escondido", sinónimo de espionaje y poder espurio?
Con estos datos privilegiados, éstos jugaron a ganador –sin riesgo de pérdida– en operaciones bursátiles con “las que ganaron millones de dólares”, detalla el fiscal mencionado. “Esas apuestas eran seguras”.
En su declaración –también disponible en video en plataformas oficiales de la fiscalía de Nueva York– Damon Williams cierra así el anuncio de esta demanda: “Nada de esto era necesario; Joe Lewis es un hombre rico. Pero como demostramos, Lewis usó información privilegiada como forma de compensar a sus empleados, o para llenar de regalos a sus amigos y a amantes. Esa es la corrupción corporativa clásica: es hacer trampa Y va en contra de la ley; una ley que se aplica a todos, sin importar quién sea”.
Según informó el Juzgado de la Oficina Sur de Nueva York, a Joe Lewis se lo acusó de, en total, dieciséis cargos de fraude, y tres cargos de conspiración. Los cargos de fraude, señalan, “hay unos que conllevan una sentencia máxima de veinte años de prisión; y otros, de veinticinco años; y los casos de conspiración, cada uno tiene una sentencia máxima de cinco años de prisión”.
Joe Lewis se declaró “no culpable” ante la jueza Valerie Figueredo. El empresario británico se presentó en el juzgado de Nueva York a fin de la semana pasada junto a su abogado David Zornow. Ese día, Lewis también pagó trescientos millones de fianza para no esperar detenido, el inicio del juicio. También convino ceder su yate Aviva, es decir, no puede ni subirse a la nave siquiera para tomar sol.
La Justicia tomó dos de sus propiedades –una en Nueva York y otra en Florida–, como los dos únicos domicilios donde Lewis puede permanecer, y si quisiera trasladarse a otra locación dentro de Estados Unidos, tiene que avisar a la Justicia y ésta determinará si puede o no, trasladarse en su avión privado. Finalmente, ese día, a Lewis se le retiró el pasaporte y le prohibieron salir de Estados Unidos.
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