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Tik Tok

Algoritmos chinos que hipnotizan a Occidente

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Tik Tok. | cedoc

Tik Tok es una red social diseñada y usada, principalmente, por jóvenes, adolescentes y niños. Un trabajo de Amnistía Internacional, Domar el algoritmo: desafíos para la salud mental y privacidad de Argentina en el uso de Tik Tok, afirma que el 71% de los usuarios son menores de 35 años, de los cuales, el 38,5% es menor de 25 años, mientras que el 32,5% restante pertenece a la franja de 25 a 34 años.

La app ofrece videos cortos, uno atrás del otro, de los temas más variados. Es la quinta red social más usada, después de WhatsApp, Instagram, Facebook y Facebook Messenger. Es de origen chino y tuvo su gran crecimiento durante la pandemia. En el proyecto mencionado, se analizan los mecanismos y usos de la red social: sobre adicción y privacidad.

Douyin. “Es una empresa que, en China, tiene otro nombre. Se llama Douyin, y en Occidente le pusieron TikTok. En China funciona de la misma manera. Es una empresa privada; de hecho, generalmente las grandes tecnológicas chinas son privadas. El Estado regula la producción o, por lo menos, el desarrollo de esta tecnología, y establece algunos estándares, pero da vía libre a la innovación. TikTok es especial porque es la única empresa asiática de redes sociales que ha podido permear en Occidente”, explica el sociólogo y especialista en estudios chinos Sebastián Schulz.

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“El uso de TikTok reconfigura la relación con el tiempo. El carácter absorbente de esta red conduce a testimonios de ‘pérdida’ del tiempo, de descontrol e incluso de ‘abducción’ por parte de la plataforma. Ello genera culpas en las personas usuarias porque perder la noción del paso del tiempo es una forma de pérdida de control personal, de alienación”, escribe Amnistía Internacional. “La sensación de adicción aparece vinculada con el teléfono móvil en general y con TikTok en particular. Por su atractivo audiovisual, lenguaje en el que basa su programación, sus recomendaciones y su capacidad de entretenimiento, esta aplicación emerge como un compañero permanente”, explica la ONG, que opina que la “abducción” por parte de la plataforma “aparece como un debate moral en torno a qué prácticas son consideradas buenas”. 

TikTok es una app “facil de usar”: no tiene vueltas, ni necesidades de grandes configuraciones: solo basta con mover el dedo levemente, de abajo hacia arriba, para cambiar de video. “La simplicidad en su uso es entendida como un modo de descanso, de ‘apagar el cerebro’, incluso frente a otras plataformas en donde la elección del contenido exige un trabajo y atención mayor como, por ejemplo, Netflix”, indica el trabajo de Amnistía Internacional. 

Niños adictos. Aylén, de 14 años (su historia es real, pero no su nombre, para mantener la privacidad de la menor), afirma que cuando usa TikTok suele entrar en un “bucle” interminable. “Es una sucesión de videos continua que, comparada con otras redes sociales como Instagram, solo genera esta app”, dice la ONG.

A Zoe le cuesta dejar de usar la aplicación, aunque se ponga límites de horario. “Me quedo, me quedo y no me doy cuenta”, dice. Solo reconoce su estado de “hipnosis” cuando se aburre del teléfono. “Es todo luz, movimiento, todo cuando vos quieras”, afirma. “La disponibilidad de contenido, la posibilidad de personalizarlo, así como la cantidad de estímulos, es permanente”, concluye la investigación de Amnistía. 

“Algo que China está trabajando bastante en los últimos meses, diría, quizás, hasta el último año y medio, es la cuestión de la adicción a las pantallas. Los menores están mucho tiempo jugando videojuegos en el celular y en la televisión. En Beijing se establecieron restricciones: hay que loguearse y la plataforma permite estar conectado un determinado número de horas por semana. De hecho, por estos límites, bajaron muchísimo las acciones de algunas empresas de juegos”, afirma Schulz. 

“Algunos elementos como desafíos, etiquetas o efectos especiales fomentan la creación constante y el consumo de contenido y, con este aspecto lúdico, la aplicación se vuelve muy adictiva. Después está, obviamente, la validación social de los comentarios: el ‘me gusta’ y los compartidos, como el resto de las redes sociales. Las notificaciones permanentes también son un mecanismo constante que usan en estas aplicaciones para engancharnos. Es un formato de contenido adictivo: de videos cortos, dinámicos, fácilmente consumibles”, afirma el divulgador tecnológico Joan Cwaik.

Larissa, de Córdoba, suele guardar los links de ciertos videos para verlos más tarde, y así evitar entrar en la adicción infinita de la red. Usualmente selecciona recortes de sus streamers favoritos; por lo que queda evidente que la app contiene –valga la redundancia– el contenido de otras aplicaciones. Larissa se “cuelga” entre dos y tres horas en la cama antes de dormir viendo los videos.

Pandemia. La aplicación, nacida en pandemia, que ha logrado superar el encasillamiento del covid, se ha valido, en sus comienzos, de los días de aislamiento para lograr encontrar su lugar. “La pandemia fue una situación de excepción para la vida social, con altos niveles de soledad, volviéndose el contexto ideal que potenció la relación entre los jóvenes y ‘el algoritmo’ de TikTok. La importancia de esta plataforma, no obstante, ha trascendido la circunstancia excepcional de la epidemia, sosteniendo e incrementando su masividad en los años posteriores”, escribe Amnistía.

El miedo a la “cancelación”, es decir, a ser escrachado, ignorado o perjudicado masivamente y de forma rotunda es, entre otras cosas, lo que impulsa a los usuarios a ser anónimos y silenciosos. “El temor a que un contenido subido a TikTok se viralice y ello atraiga haters y registre respuestas violentas es mencionado explícitamente en el trabajo de campo de este estudio como motivo de autocensura o autocontención. Es preferible mantener un perfil bajo e inhibir la participación activa cuando la reacción que suscitan los videos subidos por otras personas, conocidas o no, es violenta”, indican en el proyecto. 

El algoritmo. “Hay varios tipos de mecanismos que conducen a dos objetivos principales. Uno: aumentar el tiempo de uso. Dos: fomentar la interacción continua. Muchas veces se compara estos engranajes con las máquinas tragamonedas. El fin es lograr ingresos por publicidad y también por recopilación de datos de usuarios. Estos son los famosos algoritmos tan personalizados y segmentados para cada uno”, explica el divulgador Cwaik.

“Todo lo que tiene que ver con desarrollo de algoritmos, desarrollo de Big Data, que es el objetivo de estas plataformas de redes sociales, como TikTok, es decir, juntar enormes cantidades de datos y procesarlos, es algo que a Beijing le sirve y lo alienta”, señala Schulz, el especialista en China. 

“La programación algorítmica de TikTok busca, como el resto de las redes sociodigitales, retener a los usuarios en la plataforma. El tiempo que pasan en la aplicación se traduce en mayor cantidad de datos para explotar por parte de la compañía. El modelo de negocios es, principalmente, transformar esos datos en perfiles para colocar publicidad dirigida o conductual. La extracción de datos de la plataforma no puede desactivarse”, afirma Amnistía Internacional.

“Las percepciones y racionalizaciones de los jóvenes sobre cómo funciona el algoritmo en esta plataforma, así como sus estrategias para ‘domesticarlo’, forman parte de aprendizajes que los usuarios realizan a través de ensayo y error. Los testimonios hablan de ‘adivinar’ una programación algorítmica que recompensa algunos contenidos (para hacerse más viral) y cuentas con mayor exposición y visibilidad”, explica la organización. 

Buscador. Un hallazgo particular del proyecto es que “TikTok es, entre otras cosas, un buscador (como Google) desde la perspectiva de sus usuarios. Sobre todo, en información de tipo cotidiano, y no tanto en el caso de la búsqueda de información institucional. La transformación de esta práctica es atribuida principalmente a la posibilidad de construir verosimilitud sobre la información buscada, la capacidad de TikTok de transmitir información en un tiempo reducido y la del buscador de comprender mejor qué resultados son ‘para mí’, a partir del trabajo de ‘domesticación’ del algoritmo, en oposición al contenido patrocinado, que tiene cada vez mayor incidencia en los resultados que arroja el motor de búsqueda de Google”, concluye Amnistía.

La aplicación se vuelve presente varias horas cada día en la vida de los consumidores, que en su mayoría son jóvenes y, por lo tanto, más vulnerables que el resto de la sociedad. TikTok influye en la formación de la subjetividad de estos menores (aunque, en parte, todo contribuye a esa construcción de sujeto) y en la creación de sus vínculos sociales. “En contraposición a la necesidad de una serie de mediaciones para acceder a la construcción de vínculos sociales, consultas médicas, contención psicológica y contenidos educativos jerarquizados, TikTok ofrece un abanico de ‘soluciones a la carta’ que parecen más rápidas, personalizadas y sin espera”, concluye Amnistía.