Felicidad y gratitud son las palabras que definen mis sensaciones en estos momentos. Felicidad porque se termina una etapa que comenzó hace nada menos que nueve años, con un viaje a Malvinas como forma de recuperar mi pasado pero que fue mucho más movilizador de lo que esperaba, al visitar el Cementerio de Darwin y encontrar que casi la mitad de las tumbas de nuestro héroes caídos en la Guerra de Malvinas, yacían sin identidad en las islas.
Gratitud porque volví con el firme propósito de devolverles la identidad a mis compañeros y si bien hubo cientos de vicisitudes y personas que pusieron palos en la rueda, también hubo decenas que me ayudaron para que se pudiera cumplir este sueño, hoy una realidad. Esta labor me enriqueció y me hizo crecer. Y también a las personas que se sumaron a esta causa humanitaria, sin límites de fronteras, religión ni tampoco colores partidarios. Malvinas une, y aunque parezca mentira, devolverle la identidad a nuestros compatriotas también es un tema pendiente para muchos ingleses que padecieron esa y otras guerras.
Desde el inicio de este proceso conté con la confianza y la ayuda de madres y padres de caídos en Malvinas, excombatientes argentinos y británicos, entre ellos Tony Davis y sobre todo Geoffrey Cardozo. El apoyo constante de los miembros de la Fundación No me olvides, formada para dar soporte institucional a este trabajo, con base en Mar del Plata y desde allí implicancia en todo el mundo. Y cuando hablo de todo el mundo es porque llegamos a Roger Waters, a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido de la Gran Bretaña, a las Naciones Unidas, al Comité Internacional de la Cruz Roja, al Equipo Argentino de Antropología Forense y hasta al Papa Francisco. No puedo dejar de agradecer a los comunicadores sociales que siempre fueron aliados en este tema tan sensible, nos entendieron, trataron con respeto y difundieron nuestro trabajo.
En este sentido, especialmente gracias a la periodista Gabriela Cociffi, que se sumó a esta labor con pasión y fue una pieza fundamental para lograr que esta causa avance.Soy consciente que estamos viviendo horas históricas: pronto muchos de los familiares de esos héroes que por ahora permanecían en Darwin sin identificación podrán saber exactamente cuál es la tumba de su ser querido para poder cerrar su duelo. Es hora de redoblar los esfuerzos para contenerlos. Y al mismo tiempo disfrutar porque con esta acción se llevará adelante el acto de soberanía más importante desde la finalización de la guerra.