La vuelta del Pato Fontanet a los escenarios se convirtió en un fenómeno que sorprende a propios y ajenos. No porque suceda, sino por el fervor que trae consigo. En un día, se agotaron 35 mil entradas de los primeros siete de diez recitales pactados que comenzaron esta semana a realizarse en la Plaza de la Música, Córdoba. "No saben lo que nos costó llegar acá" fueron las primeras palabras de Fontanet después del inicio del primer show en Córdoba, este jueves, que duró tres horas, donde cinco mil personas cantaron fervientemente cada uno de los 27 temas que la banda hizo en vivo.
Las comparaciones con las famosas “misas indias” son ineludibles. El ex cantante de Callejeros se encuentra en libertad hace casi dos meses, y se prevé que recorrerá el país junto a “La Osvaldo” hasta fin de año, con una seguidilla de recitales chicos en distintas ciudades. Tanto fans como parte de los sobrevivientes de Cromañón, afirman que se está gestando algo mítico: shows en las afueras de Buenos Aires, a los que los fanáticos llegan en caravana, acomodando sus vidas en función de los eventos.
”Después de Cromañón nunca más volvieron a tocar en Buenos Aires, o no de forma oficial. Las primeras veces que tocaron fue en el Teatro de Flores, pero invitados por otras bandas. Creo que lo más cerca fue en Olavarría y en Mar del Plata. Y esto sí me sorprendió en el último tiempo: que Don Osvaldo adoptó el espíritu de peregrinación que capaz se daba con el Indio Solari, salvando las distancias. Ese espíritu de ‘bueno, toca Pato, y vamos a donde toque’. Que por ahí pasa con La Renga también, pero que es una especie de fervor que está reservado para unos pocos”, afirma a PERFIL Iván Marsilla, 29 años, productor de rock. A sus 15 se convirtió en uno de los sobrevivientes de la tragedia de Cromañón.
Libertad. Fontanet fue liberado por la Justicia y dejó el penal de Ezeiza donde estaba detenido el pasado 2 de mayo. Luego de que hiciera una serie de cursos dentro de prisión, el Tribunal de Ejecución Penal que está a cargo de su sentencia, redujo la pena, por lo que quedó en condiciones de pedir la libertad condicional.
Iván explicó lo que piensa al respecto del suceso actual: “Es interesante tratar de analizar por qué pasa esto. Me parece que hay una parte que viene dada por el futuro que les tocaba a Callejeros, que era lo que lograron con su música, lo que logran conmover. Después hay una parte que tiene que ver con una cuestión que se puede llamar “moda”, o algo que tiene que ver con una especie de sentido de pertenencia. Y también, esta cuestión que se da últimamente de ‘va a ser histórico, entonces quiero estar ahí’, que era un poco lo que pasaba con los recitales del Indio, que por ahí era gente que iba a sus showa para poder decir ‘ya vi al Indio en vivo’. Creo que hay un poco de eso, de decir que estuviste ahí en ese momento histórico”.
En el mismo sentido declaró Matías Nasso, otro de los sobrevivientes de aquella fatídica noche: “el fenómeno se debe a que la música del Pato Fontanet le llega a muchos jóvenes, chicos, que no tuvieron la posibilidad de verlo en vivo, entonces quieren aprovechar ahora. Quieren estar ahí”.
Ariel Bogdanov, periodista de PERFIL CÓRDOBA, contó que “había muchísima expectativa acá en Córdoba. Tres días antes, ya había cola de gente esperando para comprar las entradas”.
Nueva etapa. José Palazzo, el productor musical cordobés que trabajó, entre otros, con Charly García y La Renga, y año a año organiza el Cosquín Rock, fue quien se acercó a Fontanet luego de la tragedia, allá a comienzos del 2005. Lo acompañó en la vuelta de Callejeros, como así también en su posterior banda, Casi Justicia Social; y en su última formación, Don Osvaldo. Actualmente, se está encargando de producir los primeros diez recitales de “La Osvaldo” tras la liberación de Patricio, y la gira que incluirá varias ciudades del país, hasta fin de año.
“Don Osvaldo no toca en lugares grandes: yo no lo puedo hacer tocar al ‘Pato’ en un estadio de fútbol, porque no tendría goyete. Él está con un tratamiento psicológico, con la reinserción típica de las personas que estuvieron en la cárcel. Hay un montón de cuestiones que hay que tener en cuenta. Si vos hablás con los médicos del penal, ellos te van a decir que es una cosa muy importante para él volver a tocar, y hacerlo de esta manera. Entonces, hay que desdramatizar la vuelta: es un recital de rock, donde un montón de personas van a poder ver a la banda, en un lugar buenísimo y de cerca, algo importante, que tiene que ver con el contacto y ese cariño que se le tiene al ‘Pato’. Además, podemos garantizar todas las medidas de seguridad para que este espectáculo se dé con total normalidad”, cuenta José Palazzo, productor de Don Osvaldo.
Condena social. Las posturas a favor y en contra sobre Callejeros se sostienen hasta hoy. Su grado de responsabilidad en torno a la tragedia es el motor de esta controversia. Si bien todos los integrantes han cumplido con su condena –excepto el baterista Eduardo Vázquez, quien recibió una pena de cadena perpetua por asesinar a su esposa, Wanda Taddei, en el año 2010–, familiares de víctimas y parte de los sobrevivientes apuntan hacia ellos como partícipes necesarios de la tragedia.
Esto, sin lugar a dudas tiñe el regreso de Fontanet frente a una banda, ya que aun estando a mano con la Justicia, la condena social es uno de los grandes estigmas que carga consigo. Sobre esto, Palazzo reconoció que Patricio “tiene que empezar de nuevo, hacer un montón de cosas que no están vinculadas no sólo con la música, sino también con el tratamiento. Cuando yo lo iba a visitar a Ezeiza, hablé mucho de esto con él, de la vuelta a tocar, del temor de enfrentarse a un estadio de fútbol, entonces sobre eso fui armando un proyecto para poder ser coherentes en ese sentido”.
Nicolás Pappolla es sobreviviente de la tragedia y miembro de la Coordinadora Cromañón, uno de las organizaciones que se encarga hasta el día de hoy de ayudar a los sobrevivientes en vario aspectos. Él, como otros sobrevivientes, cree que el peso de la condena recayó de manera desmedida sobre Callejeros, teniendo en cuenta que hubo otros actores con mayor grado de responsabilidad: “En determinada manera, ellos también son sobrevivientes. Para mí, todos los integrantes de la banda no merecían ser el chivo expiatorio de esta tragedia para ser quienes tengan que pagar con las penas más altas. El inspector que fue y habilitó Cromañón no sabemos ni siquiera quién es. No le conocemos ni la cara”, denunció Nicolás.
A casi 14 años de la tragedia, el ex líder de la banda que pasó del auge a la desidia, y que se moverá siempre entre las defensas y las lógicas detracciones, vuelve a los escenarios. Lejos de Buenos Aires, cerca de nuevos fans, y en plan de rehabilitación penitenciaria, psicológica y social. ¿Se convertirá en el nuevo Indio Solari? Sólo el tiempo lo dirá.
La voz de un sobreviviente
“En un promedio, los sobrevivientes de Cromañón rondamos los 35 años. Si un pibe a los 35 años queda excluido del mercado laboral, sumándole que tiene que poner la comida en la mesa de su familia y demás, la situación se vuelve compleja. Otra cosa que nos manifestaron los sobrevivientes en varias ocasiones es que no pueden sortear los psicotécnicos, por ejemplo. Como el Estado no lo hizo, nosotros estuvimos manteniendo una estadística por nuestra cuenta, comunicándonos con la gente y demás, y te podemos decir que de los 1.800 sobrevivientes, más del 30% de hoy están en situación de desempleo. Y si no tenés laburo no tenés acceso a la salud. De los sobrevivientes, en 14 años, tenemos conocimiento de 18 suicidios. La reglamentación de la Ley de Reparación Integral (N° 4.786) se da en el 2015, justo después de que se suicide un sobreviviente. Y del número 18 nos enteramos ahora, Dani. Pero en la práctica, esta legislación no demuestra reparar integralmente ningún aspecto. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no implementó la ley en su totalidad, más que nada los artículos referidos a la salud, educación y trabajo”. Nicolás Pappolla, sobreviviente de la tragedia, y miembro de la Coordinadora Cromañón.