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algunas encuestas lo estiman en el 10%

Por qué votan en blanco los que votan en blanco

Los partidos de izquierda llaman activamente a no votar por ninguno de los dos candidatos en el ballottage y lo mismo sucede con referentes del massismo y dirigentes sindicales. Pero, ¿tiene ese sufragio un efecto real sobre la política real?

| Pablo Temes

El resultado electoral del pasado 25 de octubre, después de tres mandatos del kirchnerismo, puso al electorado frente a una disyuntiva tajante de cara al ballottage del 22 de noviembre: ¿continuidad o cambio? Una suerte de Boca o River entre el sciolismo y el macrismo, que se presentan como opciones antagónicas. Pero hay una parte del electorado que no se siente representada por ninguno de los dos candidatos, que no sabe qué hacer. ¿Es válido votar en blanco? ¿No estoy cumpliendo con mi deber cívico para contribuir activamente con la democracia? ¿Dejo que otros decidan por mí? Ante estas preguntas, PERFIL entrevistó a diversos referentes políticos que ya declararon que van a votar en blanco.
El ex gobernador de Santa Fe y presidente del partido socialista, Hermes Binner, aseguró que su partido vota en blanco ya que “a conciencia no podemos elegir, estamos en una encrucijada que resolvemos de esta forma”. Si bien aclara que no milita por el voto en blanco, simplemente da su impresión. “Los candidatos prácticamente están representando situaciones similares, ninguno de ellos tiene que ver con lo que necesita el país, se escucha hablar del dólar, otro habla de la seguridad jurídica, pero nadie puede asegurar cómo van a hacer las cosas. Las dos propuestas son contradictorias con lo que nosotros pensamos que hay que hacer en Argentina. Necesitamos un tratamiento con mayor dedicación a las cuestiones cotidianas para darle un respiro a la sociedad. Tenemos que pensar que la inflación es el principal problema económico y social que tiene nuestro país, esto no está dentro de las propuestas reales de los candidatos”.

Massistas. Otro de los referentes que confirmó su voto en blanco es el ex jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Sostuvo que lo hace por una cuestión de coherencia “hasta hace dos semanas le estaba diciendo a los argentinos que lo voten a Massa porque la opción de Macri era un retorno a políticas que quisiéramos superar y votarlo a Scioli significaba continuar con un presente que creíamos que había que cambiar.
No ha cambiado nada, salvo que ahora el sistema me obliga a elegir entre dos. Es injusto que me hagan elegir entre dos cosas que creo nocivas. La gente políticamente debería demandarme si yo ahora dijera que una de los dos opciones es buena. Deberían dejar de creer en mí”. Además, el dirigente del Frente Renovador dijo: “Con Macri tengo enormes diferencias conceptuales. Para mí es una versión renovada del conservadurismo argentino. Y no lo digo sólo por la economía, sino también por lo que ha hecho en derechos civiles. Muchos legisladores de Macri votaron en contra del matrimonio igualitario, votaron en contra de la muerte digna, votaron en contra de la identidad de género, votó en contra de la fertilización asistida, que me parece tremendo. Con Scioli, la mayor diferencia que tengo es que no ha puesto en crisis aquellas cosas que tanto criticó a Cristina desde hace ocho años.
Si Scioli se hubiese distanciado de Cristina, hubiese tenido más votos, porque ahí sí, hubiésemos creído que era un cambio más claro. Pero esta idea de cambio y continuidad, cuando parece que hay más continuidad que cambio, no invita a votarlo. Siento que nos han puesto una opción mala, una falsa opción, la gente además está tan confundida viendo los abusos de Cristina, que cree que Macri puede ser una opción mejor”.

Desde la izquierda. El actor Héctor Bidonde, integrante del Movimiento Socialista de los Trabajadores, aseguró: “Tiene que ver con la historia de mi paso por la Legislatura de Buenos Aires. Ahí el Frente para la Victoria votó al macrismo, que nunca tuvo mayoría legislativa en la Ciudad, con acuerdos, arreglos, transacciones, una cantidad de temas en el camino que para mi gusto son inadmisibles. Son dos partidos patronales, dos partidos que tienen concretamente una base filosófica capitalista, aceptan este modelo globalizado. Si bien ha habido medidas que yo he aplaudido en el gobierno del Frente para la Victoria, pienso que empiezan bien y después lamentablemente terminan patinando. Por eso, cuando llega el balance, ni tapándome la nariz podría votarlos”.
Por otro lado, el secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos, Pablo Micheli, expresó al cierre de esta edición, que lo más seguro es que su voto sea en blanco: “No lo definí aún, pero no veo muchas diferencias entre un candidato y otro, ninguno de los dos nos representa. Considero que estamos optando, no eligiendo, optando por el mal menor, y eso ocurrió muchas veces en la Argentina. Muchas veces optamos por el mal menor y terminamos peor de lo que estábamos. No puedo votar a Macri, porque entiendo que es una posición muy neoliberal y tampoco puedo votar a Scioli, porque es la continuidad de un gobierno que a la CTA y a mí nos ha discriminado y ninguneado sistemáticamente y nos ha puesto en el lugar del enemigo”.

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Un blanco militante. Nicolás del Caño, ex candidato a presidente por el Frente de Izquierda y los Trabajadores, es uno de los referentes políticos que militan fuertemente por el voto en blanco.
“Lo planteamos como una forma de rechazo a la política de ajuste que están planteando tanto Macri como Scioli”, explica a PERFIL. El dirigente de izquierda agregó que “no se está debatiendo ponerles impuesto a las grandes fortunas, se está discutiendo optar entre quién es el que nos va a quitar derechos a los trabajadores, a los jóvenes, a los sectores populares, esto para la gente de izquierda no es una opción. Por eso estamos propiciando y llamando a la juventud y a los trabajadores a darles la espalda a estos candidatos en el ballottage”. De hecho, el FIT fue más allá: “Hemos solicitado la posibilidad primero de tener espacios gratuitos en radio y televisión para dar a conocer nuestra posición, y después la posibilidad de tener fiscales para favorecer a que se contabilice el voto en blanco”.
Raúl Castells, el dirigente social del Movimiento Independiente, Justicia y Dignidad, sostiene al respecto que “una forma de expresar nuestro pensamiento es el voto en blanco o nulo. Porque no tenemos expectativas en las políticas que sustentan tanto Scioli como Macri, son lo mismo, lo que están discutiendo es quién es el gerente de este sistema de los cincuenta grupos económicos. Ninguno tiene la menor intención de cambiar algo de fondo”.
Al ser consultado por la necesidad de elegir entre una de las dos opciones, responde: “Hay tres opciones, de esas tres opciones hay que resolver. Mercedes Sosa cantaba ‘el que no cambia todo no cambia nada’. Esta gente no viene para cambiar, viene para reordenar un sistema capitalista que no sirve para nada, es parasitario y lo único que hace es crear bandas de delincuentes como lo han sido los funcionarios del gobierno K”.

¿Correcto o incorrecto? Aquellos críticos del voto en blanco consideran que el hecho de no manifestarse a favor de un candidato concreto no contribuye al orden democrático en pos del sostenimiento del sistema. Sin embargo, en las últimas elecciones, de un total de 26.048.446 votantes, en blanco lo hicieron 664.740, es decir el 2,55%, superando a Alianza Progresistas de Margarita Stolbizer, que obtuvo 632.551 votos –2,51%– y a Compromiso Federal de Adolfo Rodríguez Saá con 412.578 –1,64%–, es decir que esta alternativa obtuvo un caudal importante de votos. Ante las diversas voces críticas les consultamos a los entrevistados: ¿es éticamente correcto votar en blanco? Al respecto, Alberto Fernández dijo: “El sistema me permite votar en blanco. Yo creo que es un ‘falso democratismo’ el de decir ‘hay que elegir’. No hay que elegir. Si el voto fuera a voluntad, hoy ya me quedaba en mi casa, pero como el voto es obligatorio me obligan a ir. Lo que no me obligan es a elegir entre lo malo y lo peor, eso es una falsa opción. Esa no es una opción democrática, la opción democrática es que me dejen no expresar cuando las demás opciones yo creo que son malas. Yo no estoy convocando al voto en blanco, que se entienda bien, yo respeto la posición de todos. Sólo digo que yo no me siento representado por ninguno de los dos candidatos”.
El referente de izquierda Nicolás del Caño agrega: “Para nosotros no hay un voto crítico, cada voto se cuenta como una legitimidad a las políticas de cada candidato, por eso el blanco es una medida de resistencia”.
Por su parte, el titular de la CTA Pablo Micheli, aclara: “Yo respeto que voten a uno u otro, y creo que hay que respetar a los que votan en blanco”. Al respecto de la responsabilidad social que se le atribuye sostiene: “Desde la CTA nos comprometemos a favor de la patria y el pueblo argentino permanentemente, lo hacemos cuando salimos a luchar en movilizaciones, en paros, todo el tiempo. No necesitamos un día de elección para hacerlo”.
El dirigente Raúl Castells agrega: “Por lo menos va a haber un millón y medio de personas que van a votar en blanco o nulo. Votar en blanco ha sido parte de la historia de este país, desde los radicales yrigoyenistas, los peronistas en el ’55, ha sido una y otra vez una herramienta popular masiva”. El oficialismo aún conserva la esperanza de convencer a algunos de los que piensan votar en blanco.