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Carlos Abijaodi, de la uia brasilea

“Pusimos a Argentina en manos de China”

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El acuerdo económico y comercial entre Argentina y China tendrá un alto costo para las empresas brasileñas. Carlos Eduardo Abijaodi, director de Desarrollo Industrial de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), dijo a PERFIL que la respuesta negativa de Brasilia a un nuevo swap de monedas “puso a la Argentina en manos de China”.

“Si Brasil hubiera podido ayudar una tercera vez a Argentina, tendríamos ahora un ambiente más favorable”, dijo Abijaodi, que trabajó durante años con el actual ministro de Industria y Comercio Exterior, Armando Monteiro Neto.

—¿Qué consecuencias tendrá el acuerdo Argentina-China para su comercio con Brasil?
—Será dañino para la industria brasileña. Las relaciones entre ambos países están cada día más desgastadas y su comercio lleno de dificultades. Esta situación culminó con la decisión de Argentina de firmar acuerdos más intensos con China en vez de priorizar al Mercosur y, en especial, a Brasil.

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—La industria brasileña se queja hace años del desvío de comercio en Argentina, en beneficio de China. ¿El acuerdo lo va a profundizar?
—Hubo una caída de 25% en nuestras exportaciones a Argentina en enero y febrero de este año. Esta tendencia no es nueva y va a profundizarse. En 2014 la caída fue de 27%. Los sectores más afectados son el automotriz y el de bienes de capital. Argentina aumentó 14% la importación de aparatos y equipos de China y redujo 34% la de Brasil.

—¿Qué preocupa a los industriales de Brasil del acuerdo con China?
—El hecho de que las constructoras chinas recibirán adjudicación directa para obras de infraestructura va a eliminar la posibilidad para las empresas brasileñas. El acuerdo también va a impedir nuestra exportación de bienes industriales y de servicios para esas mismas obras. Las reglas de origen del Mercosur tienen que aplicarse en forma estricta. Si no, Brasil y los demás socios estarán en riesgo de permitir el ingreso libre de arancel a productos chinos ensamblados en Argentina.

—Sectores brasileños critican Brasilia por no haber extendido la mano a Argentina esta vez, lo que llevó a Buenos Aires a buscar la ayuda de China.
—Hubo más interés de China que de Brasil en brindarle alivio financiero a Argentina, lo que ayudó al acuerdo comercial. Pero hubo reuniones entre los dos socios sobre el tema, sin la presencia del sector privado. Si Brasil pudiera ayudar de nuevo a Argentina, tendríamos ahora un ambiente más favorable.

—¿Llegó el momento de rediscutir los objetivos y la amplitud del Mercosur?
—Mejor sería rediscutir la relación Brasil-Argentina. Los dos socios están alejados y necesitan una agenda bilateral más viable y realista. Argentina viene enfrentando dificultades en su política económica, que no marcha bien, y adoptando mecanismos para restringir el ingreso de productos brasileños. Aun después de suavizar esas trabas, no logró recomponer su credibilidad comercial en Brasil.

—¿Las conversaciones entre los sectores privados siguen también paralizadas?
—Así es. En 2012 hemos inaugurado el Consejo Empresarial Brasil-Argentina, que nunca más se ha reunido por falta de un entorno propicio. La segunda reunión es imprescindible.