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Dura realidad

Quejas y lamentos de quienes trabajan en los shoppings

Muchos están en negro, otros enfrentan jornadas laborales agotadoras. En su última inspección, el Ministerio de Trabajo detectó irregularidades en el 82% de los locales investigados.

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Trabajar en los shoppings. | cedoc

Desde hace años que los trabajadores de shoppings denuncian contratos irregulares, 14 horas de trabajo diarias y salarios por debajo del mínimo. Ya sean contratos directamente con los centros comerciales, con empresas que hacen de nexo, o sin contratos en el peor de los casos, aparece la necesidad de preguntarse si son lamentables casualidades, o si se trata de un rubro “en negro”, que entra en el vacío de la contratación por terceros. 

A fines del año pasado se cumplió un récord poco feliz: el máximo de locales de shopping multados por incumplimiento de las normas laborales. En la inspección, que estuvo a cargo del Ministerio de Trabajo bonaerense, investigaron 216 locales durante un gran operativo que duró ocho días y que contó con cuarenta oficiales. El resultado: el 82% de los comercios indagados estaban en infracción, con faltas que van desde trabajadores no registrados, falta de pagos de forma parcial, completa, o de horas extras, hasta ausencia de feriados, días de descanso, vacaciones y cobertura de riesgos laborales. 

Esta falla no fue la única detectada, y parece que las irregularidades se extienden a otras partes del país. En agosto, también de 2022, el Sindicato de Gastronómicos de Rosario denunció que treinta trabajadores que cumplían funciones en un centro comercial se quedaron sin trabajo. A pesar de que la explicación dada fue que finalizó el contrato entre la empresa contratista y el shopping, los trabajadores se quedaron sin respuestas. “Treinta familias se quedaron en la calle”, afirmó por aquel momento Sergio Ricúpero, secretario general del gremio. El sindicalista también denunció “contratos irregulares” que no constituyen una “situación aislada” sino un “modus operandi” del shopping que “explota a través de terceros”. Remarcó además que son pocos los “trabajadores registrados y bien pagos”.

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Un caso más: marzo de 2022, también en locales de shoppings, se inspeccionaron 25 establecimientos, tanto porteños como del Conurbano, y se constató que el 50% de los registros de 158 trabajadores presentaban inconsistencias, así como también se detectaron incumplimientos de las normativas laborales. Se notó, además, que los empleados trabajaban hasta el doble de la cantidad de horas que estaban declaradas. 

A pesar de que ya pasaron varios meses de aquellos llamados de atención, la situación en los shoppings, tanto de la Capital Federal, como de la provincia de Buenos Aires, no parece haber cambiado. 

“Nos sentimos esclavos”, afirma Ana, trabajadora en un bazar en un shopping porteño. “Cuando comencé a trabajar, un compañero de otro stand me dio la bienvenida y me dijo: ‘Acá existe la maldición del shopping; una vez que entrás, nunca más salís. Es mejor estar muerto’”. Con esa promesa terrible comienza el relato de Ana: “Yo trabajo en un stand, no en un local como tal. Mis jornadas son dos días de 12 horas, y tres días de 6 horas. Llegué a trabajar 14 horas diarias. Cuando llega diciembre, los horarios se extienden, es caótico el momento prefiestas. Y además estamos mal pagos. Con mi compañera no cobramos las horas nocturnas, y menos un plus por trabajar todos los domingos. Nunca tenés ni sábados, ni domingos y menos feriados. Mi stand no tiene techo, y está en el subsuelo, así que desde el patio de comidas siempre arrojan de todo”.

Y para colmo: “Para que quede claro sobre la clase de derechos que tenemos, el pago del bono de $ 24 mil que estableció el Gobierno lo pagaron en blanco y en enero me lo descontaron del negro”. 

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Nada nuevo

La situación no es reciente, ya en 2006 el Ministerio de Trabajo encontró al menos mil trabajadores en negro en los principales shoppings del país. En ese momento se instaba a regularizar la situación de los empleados en dos semanas, y, de no hacerlo, deberían pagar una multa, aunque según trascendió en ese momento, el objetivo no era la penalidad, sino inducir al blanqueo. 

Nicolás trabaja en un local de zapatos en un shopping porteño y explica: “Son 48 horas semanales que pueden extenderse depende de la necesidad. La mayoría de mis compañeros, y yo también, somos de zona sur y muchas veces a las 10 de la noche ya se complica volver a casa. Y ni hablar de la cantidad de veces que te hacen trabajar hasta las 11 de la noche. Llegué a trabajar 12 días sin francos y más de 12 horas. Yo supongo que cada empresa es distinta, pero en nuestro caso tuvieron cero empatía en momentos específicos como la final del mundial; el shopping permaneció abierto y tuve que salir a las 10 de la noche”. “No existe eso de feriados”, agrega. Recuerda, también, lo que le sucedió a un amigo que trabajaba en otro local cercano: “De un día para el otro lo echaron y al resto también. Desarmaron el stand y nadie los respaldó”. 

La cantidad de horas de servicio para los empleados de comercio se determina por la ley 11.544, de jornada de trabajo. Allí se establece que no se podrán exceder las ocho horas por día ni las 48 semanales. Muchos de los empleados de shoppings sostienen trabajar mucho más que ocho horas diarias. La excepción legal es que la distribución del horario puede ser desigual, aunque el límite de horas diarias solo se puede extender a nueve por día. En el caso de las jornadas nocturnas, que se realizan desde las 21 horas, hasta las 6 de la mañana del día siguiente, la jornada máxima es de siete horas diarias. 

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Sin embargo, Camila (este no es su nombre real, prefirió mantenerse anónima porque continúa trabajando en el mismo local y necesita mantener su puesto), que trabaja en indumentaria, deja claro que esto no se cumple: “En la Noche de los Shoppings, que se realiza todos los años, me tocó trabajar desde las 10 de la mañana, hasta las 5 de la madrugada del día siguiente, todo de corrido”. No solamente es turno nocturno, sino que son19 horas de trabajo: diez horas más de las permitidas legalmente. “Los feriados son tranquilos, se pagan doble y se gana bien, pero es un trabajo muy sacrificado. Hoy yo estoy cubriendo vacaciones: hago tres semanas 12 horas todos los días, con un solo día de descanso. Son muchísimas horas”, afirma. Continúa: “En diciembre se trabaja sin franco, directamente. Desde el 15 de diciembre al 31 se sacan los días libres. Ni un solo franco. Y tengo entendido que varios locales manejan la misma modalidad”. 

Casos

Hay casos de todo tipo. Maru trabaja en un local de contratación de viajes. A diferencia de los casos anteriores, ella tiene un día libre que varía entre sábado y domingo, además de otro fijo los jueves. Tiene jornadas de nueve horas diarias, y su modalidad de trabajo cumple con la ley: “Me respetan el sueldo de convenio y los derechos laborales, además cobro comisiones”. Pero no es así para todos: “Los compañeros que trabajan en el resto de los locales está en los comercios más horas y con sueldos por debajo del convenio. En mi caso nos vamos turnando para tener libre los feriados porque el shopping multa a los locales que cierran los días feriados”. 

La pasión de Agustín por los libros, de 31 años, lo llevó a trabajar en una librería. Es escritor y está en su puesto actual desde hace ocho meses: “Mis turnos son de ocho horas. Con temas de sueldo no puedo quejarme, además es equitativo para hombres y mujeres”. El profesional de las letras destaca una cuestión interesante para recalcar: en su caso, el shopping no interfiere en el sueldo o las relaciones laborales, que quedan a cargo de la empresa contratista. Sí tiene lugar el centro comercial en el pago de horas nocturnas y feriados. “Las decisiones comerciales que toman en días festivos perjudican la salud mental del empleado, como la extensión de horarios sin tener en cuenta al trabajador. No hay contrato que prevenga esto. Hay veces en las que siento que trabajo en un aeropuerto, sin días libres, solo cuatro en todo el año: 1° de mayo, 25 de diciembre, 1° de enero, y el Día del Empleado de Comercio. No para nunca. Es un símbolo de infinito”, opina.

“Tampoco pudimos cerrar el día que ganamos el Mundial. Aquella noche no hubo transporte a las 10 de la noche para salir, y con mis compañeros tuvimos que volver caminando, kilómetros y kilómetros. Enojado y triste por no estar con el pueblo argentino en su día cumbre de felicidad”, agrega.

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Cuenta que tiene compañeras mujeres que salen tarde en la noche y, con el servicio de transporte reducido, son vulnerables a padecer situaciones de inseguridad en el regreso a su casa. Su sueldo está bien, dice, pero otros detalles no: “Los baños están siempre sucios, y los pisos se limpian cada muerte de obispo. Ni hablar de que los precios son excesivos para el empleado que come su almuerzo en su rato libre”. “En el shopping se forma una comunidad de colegas entre varios locales, una minicivilización constante en el que sentimos apoyo moral frente a varias situaciones que tienen que ver con nuestra seguridad. Las altas jerarquías obedecen más a quienes consumen, y nos consumen, que a los que damos la cara”, declara. 

Cifras

En el AMBA hay 44 shoppings. La cantidad de centros comerciales no hizo más que aumentar desde 1987; en esa fecha solo había dos, y para 2021 se registraron 125. Hubo un pico máximo en 2016, con 128 pero luego bajó a 125. La Cámara Argentina de Shopping Centers cuenta con más de 72 establecimientos asociados en todo el país. Tuvieron un lugar central al momento de los cierres por la pandemia. Bajo el lema #NecesitamosTrabajar reclamaron por la reapertura de los shoppings. En ese momento se estimaba que un 25% de los locales no volverían a abrir cuando se reiniciara la actividad, aunque la recuperación fue bastante buena. “Tenemos 50 mil empleos en juego en Capital y AMBA entre trabajadores de nuestros locatarios, empleados propios del shopping y empleos indirectos de empresas que proveen servicios de limpieza, mantenimiento y seguridad”, afirmó en aquel momento la gerencia de la Cámara. 

Según el Indec, las ventas de noviembre de 2022 superaron los $ 68.700 millones: un incremento de 120% respecto al año anterior. Del total, las ventas se distribuyeron de la siguiente manera: $ 24 mil millones en la Capital Federal; $ 19 mil millones en la Gran Buenos Aires; $ 14 mil millones en la región pampeana; $ 4 mil millones en Cuyo; $ 3 mil millones en la región norte; y $ 2 mil millones en la Patagonia. Los rubros que concentraron la mayoría de las ventas fueron Indumentaria y Calzado (44%), y el Patio de Comidas (13%). 

En los centros comerciales se podrían definir tres grupos de empleados: trabajadores de los shoppings, contratados de las tiendas y proveedores de los centros. Los shoppings fueron consultados y, de momento, decidieron no pronunciarse al respecto de manera formal.