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Sin FF.AA. no hay Nación

Seguir planteando el porvenir de los militares con los recuerdos e imágenes del pasado mediato, como la dictadura, no ayuda a discutir racionalmente el tema, ni a prepararlos para el futuro.

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Patagonia. La Argentina tiene aún muchos territorios semivacíos que requieren todos los instrumentos del Estado, entre ellos las FF.AA., para su preservación soberana. | cedoc

El anuncio del presidente Macri es un paso necesario para encuadrar el rol de las Fuerzas Armadas. no para hoy, sino para el futuro. Seguir planteando el porvenir de las instituciones con los recuerdos e imágenes del pasado mediato, no ayuda a discutir racionalmente el tema. Nadie ignora en el país no solo a la dictadura militar ni que, por diversas razones, las FF.AA. se habían transformado desde 1930 en el Partido Militar con enorme influencia en la historia contemporánea argentina hasta la Guerra de Malvinas y los últimos estertores de la asonada de los coroneles Rico y Seineldín, en 1987 y 1990.

Como fruto de esos acontecimientos, casi unánimemente surgió la Ley de Defensa Nacional en 1988 y, posteriormente, la Ley de Seguridad Interior y de Inteligencia que pusieron límites legales al accionar de las fuerzas en la política interna. Teniendo en cuenta esos límites, es imprescindible encuadrar legalmente cualquier nuevo accionar, con adecuado debate, para que casi 70 mil ciudadanos que prestan servicios al Estado de buen nivel profesional, aceptable organización y disciplina, participen en el desarrollo de la Argentina del siglo XXI, como hombres y mujeres responsables y respetuosos de la Constitución Nacional a quienes juraron respetar y defender.

Algunos ejemplos. Sin llegar a grandes extremos, hay numerosos ejemplos de los procesos de conversión de las instituciones militares. El Ejército alemán actual no tiene nada que ver con la Wehrmacht que provocara 25 millones de muertos solamente a Rusia y Europa en general. Lo mismo puede decirse del Ejército italiano, español y tantos otros.

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No hay Estado moderno, con un patrimonio territorial enorme, con fronteras marítimas y aéreas no consolidadas en el Sur, con territorios insulares ocupados por una potencia extra continental, que no tengan Fuerzas Armadas aptas para disuadir y actuar en defensa propia en caso de necesidad. Como dijera Celso Amorim, ex ministro de Defensa brasileño, “Brasil necesita FF.AA. para que cuando deba decir que no, sea creíble”.

Supuestos del debate. Este debate requiere algunos supuestos, a saber:

◆ Análisis académico civilizado y desapasionado; ◆ Defensa del Sistema Democrático, representativo y republicano.

◆ Democracia sin exclusiones, salvo para los que abjuran explícita o implícitamente del sistema.

◆  Modernizar la Argentina y sus principales instituciones. ◆Constatación del debilitamiento del Estado-Nación en el mundo y auge de los regionalismos en todo el mundo.

◆ Pleno uso de los instrumentos del Estado para el desarrollo nacional.

◆ Constatación de la debilidad argentina en sus instituciones, en su desarrollo territorial desigual y en gran parte del pueblo (un tercio en la pobreza, marginalidad y desesperanza); y, ◆. Contastación del potencial argentino por su geografía, por sus hazañas históricas, por la gloria alcanzada por algunos de sus hombres y mujeres a lo largo de 200 años de historia independiente.

Visión estratégica e intereses vitales. Vivimos en un mundo que se caracteriza por cambiar rápidamente, que está ingresando a la cuarta Revolución Industrial y con sociedades que se desplazan a dos o tres velocidades.

Principios generales:

◆ Todos los países del mundo definen y defienden sus intereses vitales tomando en cuenta sus bases geopolíticas y su entorno internacional.

◆ En todo el mundo desarrollado las FF.AA. son parte esencial del Estado moderno, de la protección de sus habitantes y de su integridad territorial.

◆ Es esencial el sostenimiento del sistema democrático.

◆ Es norma la salvaguarda de los derechos humanos de todos los habitantes que acaten las normas jurídicas del país y la Bandera nacional.

Principios para Argentina:

◆ a) ¿Se terminó la consolidación del despliegue territorial de la Argentina? (por ejemplo en el Atlántico Sur, las islas oceánicas, la Antártida, la plataforma submarina, el espacio aéreo y estatrosférico).

b. ¿Tiene aún Argentina espacios semivacíos que requieren todos los instrumentos del Estado para su preservación soberana? (Patagonia, NOA,  Chaco austral).

c. ¿Las FF.AA. son un instrumento del Estado y la sociedad o son una corporación aislada (partido o familia militar)? ¿Tienen un rol constitucional?

Amenazas directas o indirectas a la República Argentina.

A título recordatorio señalaremos que la enumeración de amenazas no agota el espectro de problemas del país, ya que también existen la necesidad de defender la integridad territorial (Malvinas, islas australes, Antártida, mar Argentino, espacio aéreo, espacio cibernético), la eventualidad de bloqueos físicos del territorio soberano (en el mar, en el espacio, en la Cuenca del Plata); ciberataques a todos los sistemas cibernéticos (militares, energéticos, previsionales, financieros, entre otros); terrorismo transnacional, como Estado Islámico, el Caso AMIA; el monitoreo de los recursos naturales del país (agua, aire, suelo, etc.) y de las fronteras: terrestres, marítimas y aéreas sumamente porosas.

Hechos necesarios para discutir.

◆ Conjuntez: no solo en las FF.AA. donde se ha avanzado bastante, sino que es necesario pensarlo en otra aéreas del Estado (sistema financiero, infraestructura, educación, etc.).

 ◆ Presupuesto acorde a los cambios propuestos (moderado pero creciente en el tiempo hasta límites razonables en América del Sur (aproximadamente del 1,5% del Producto Bruto Interno).

◆ Radarización operativa terrestre, marítima y aérea las 24 horas, en lo posible con tecnología nacional.

◆¿Son las FF.AA. un instrumento necesario y apto para la preservación y el cuidado de los ambientes naturales, terrestres y marítimos?

◆ ¿Tienen valor como instrumento democrático del Estado?

◆ Es razonable el uso conjunto y planificado de las instalaciones militares para la preservación ambiental, la seguridad ciudadana (cárceles), la educación elemental, definiendo que cualquier enajenación patrimonial de las FF.AA. retornará al sistema de modernización militar y no para especulación inmobiliaria.

◆ ¿Aspira Argentina a integrar activamente el mundo desarrollado a través de la ONU, el Mercosur,  la Alianza del Pacífico, el BRIC aportando, entre otras cosas, cascos azules, cascos blancos, ayuda alimenticia y sanitaria, capacitación educativa, etc.

◆ Es hora que Argentina desarrolle una o más agencias de inteligencia estratégica para estudiar las tendencias mundiales, en lo tecnológico, biológico, atómico, espacial y productivo.

◆ Es tiempo de estudiar una gran agencia de ciberseguridad integrando la economía, la defensa, la infraestructura y la ciencia y dependiente directamente de la Presidencia de la Nación con asesoramiento de las comisiones respectivas del Congreso Nacional.

◆ Es fundamental que el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) promueva un Plan Estratégico Nacional de largo plazo (2050) que implique conceptualmente el territorio, la población, los recursos naturales, la educación y los medios de comunicación con participación directa del Sistema Universitario Nacional y la opinión autorizada del Congreso.

◆ ¿Es discutible el rol de las FF.AA. en la protección estratégica de los intereses vitales del país? Esto comprende la energía, el agua dulce, el ciberespacio, entre otros. En particular son especialmente sensibles el Sistema Nuclear, el Sistema Interconectado Nacional, los canales navegables, los nudos de transporte, los pasos internacionales y la presencia estratégica en las principales fuentes de recursos energéticos (Neuquén, Golfo de San Jorge, Cuenca Malvinas, represas hidroeléctricas de la Cuenca del Plata, Polos Nucleares (Atucha, Embalse, etc.). Es indispensable volver a contabilizar y encuadrar las reservas nacionales, casi desactivadas en la última década.

Vulnerabilidades argentinas.

Sin posibilidad de profundizar en el tema, la República Argentina tiene numerosas vulnerabilidades de todo tipo. Estas surgen por su enorme geografía (2,8 millones de km2 continentales y otros tantos del mar Argentino); sus fronteras porosas en el Norte y las no consolidadas en el Sur marítimo debido a que un tercio de su población se concentra en el 1% del territorio; infraestructuras de transporte extensas; con fuentes energéticas en las fronteras y mercados de consumo en el Río de la Plata; con el 85% de sus exportaciones en los puertos del tramo Paraná-Plata; y el espacio aéreo con controles deficientes, entre las vulnerabilidades más destacadas, como tener un tercio de su población en la pobreza (y 5% en la indigencia), una educación en fuerte declinación y élites dirigenciales con cuestionables responsabilidades. Y un sistema financiero hiperconcentrado y capaz de desestabilizar cualquier gobierno, como se lo evidenció en 1988/90, 2001/2 y hoy en 2018.

Conocer, identificar y monitorear estas vulnerabilidades es responsabilidad de todo gobierno que, necesariamente, deberá recurrir a todo instrumento que permite salvaguardar los intereses nacionales y las FF.AA. son, en nuestro criterio, bien conducidas y guiadas por el poder político, un instrumento eficaz, rápido y leal a la conducción democrática como ya se vivió en las crisis de 1988/90 y 2001/2002.

Nuevos tiempos. El nuevo planteo del presidente Macri posibilita, y si se lo desarrolla sin especulación electoral, resignificar y modernizar las FF.AA. en función de los nuevos tiempos. Como dijera el jefe del Estado Mayor del Ejército, general Claudio Pasqualini en mayo del 2018, requieren capacitación, entrenamiento, equipamiento moderno y no sofisticado, ejercicios combinados como retaguardia de las fuerzas de seguridad en las fronteras y adquisición de procedimientos y doctrinas de defensa de entes estratégicos de la Nación (represas, centrales nucleares, canales navegables, exploración submarina, marco legal adecuado para la intercepción aérea clandestina y, en general, protección de centrales de comando y control).

A tal efecto, la Ley de Reestructuración de las FF.AA (Ley 24.848/98) le da al PEN todas las posibilidades de modernizar el instrumento militar. La readecuación del  Decreto 727/2006 limitante a “ataques de fuerzas armadas de estados extrajeros” quedó obsoleta con vistas a las amenazas concretas de terrorismo y  narcoterrorismo transnacional, los ataques cibernéticos exteriores y las llamadas “guerras híbridas”.

Esto no significa, ni puede significar, considerar terrorismo extranjero, a manifestaciones violentas de grupos políticos marginales de ruidosa presencia en las calles porteñas. Por lo tanto, ni es misión, ni están en el espíritu de las FF.AA., la represión política interna.

En cuanto a su rol disuasorio en el Norte Grande Argentino y en la Patagonia, es bien sabido que lo tienen por su sola presencia y despliegue como así lo entienden todos los habitantes, especialmente rurales, de esas regiones semivacías de la Argentina. Es necesario que no pueden considerarse “santuario” a regiones de difícil acceso, para grupos ilegales transnacionales con prácticas símiles a guerrillas o reivindicando “derechos ancestrales”, leídos en afiebradas crónicas nazis de grupos como Annherbe O’Thule de la Alemania de los años 30.

La presencia de las Fuerzas Armadas como las de seguridad tiene, para la población argentina y extranjera, la imagen del Estado argentino, pues portan el Escudo nacional y la Bandera, que en nuestro país tiene diferente vibración entre los habitantes de Buenos Aires y del interior profundo. El Estado Nacional con sus escuelas, destacamentos, medios de comunicación, y cuarteles de frontera permite identificarse al habitante con un sentido de pertenencia a la Argentina.

En relación a los aspectos operativos, libera a fuerzas de Gendarmería Nacional a tareas pasivas y permite trasladarlos a lugares más necesarios.

Al Ejército en particular le permite un mejor conocimiento y adiestramiento en el territorio, avanzando hacia la creciente especialización en unidades de “Fuerzas Especiales” acorde a los tipos de conflictos del mundo actual (“guerras híbridas”) y mejora la imagen argentina ante el mundo y sus organizaciones como en las reuniones del G20, las Olimpíadas de octubre, la excelente performance de los cascos azules argentinos en el exterior y permite a sus cuadros de oficiales y suboficiales integrarse al mundo tecnológico y cibernético actual.

Apostillas históricas. Hay dos maneras de ver a las FF.AA.; o las vemos con la impronta de Videla, Massera, Rojas, Camps y otros (obsesionados por la cruzada católica anticomunista planteada por Estados Unidos en la Guerra Fría) o lo vemos con la impronta de San Martín, Belgrano, Rosas, Brown, Storni, Mosconi, Oca Balda, Perón, Pujato, Leal, los soldados de Malvinas o los tripulantes del ARA San Juan.

La República se construye con integralidad, no parcialidades; el rol de las FF.AA. se define de La Quiaca a la Antártida, desde el fondo del mar Argentino hasta el espacio estratosférico nacional. Observarles desde las anárquicas calles de Buenos Aires es el peor error que puede hacer la política.

Sin grandeza y patriotismo no solo no hay un rol para las FF.AA. sino que se diluye la amalgama cultural de la Nación.

*Profesor titular de Geopolítica UBA.