ELOBSERVADOR
Uruguay

Tan cerca, tan lejos

El crecimiento económico y el bienestar de la sociedad solo se logran con instituciones sólidas, respetuosas de las diferencias. Del otro lado del río lo saben.

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Comunista. La diputada Ana Olivera, del Frente Amplio, votada por todos sus colegas para presidir la Cámara. | cedoc

La cercanía geográfica entre Argentina y Uruguay produce un efecto de cristal de aumento sobre sus diferencias sociológicas, comportamientos cívicos y organización política. La calidad de la vida democrática de una comunidad no depende solo del funcionamiento de sus instituciones sino también de la conducta de sus habitantes, gobernantes y gobernados, porque la democracia es una forma de entender y practicar la convivencia. 

Mientras el 1° de marzo el Presidente argentino, Javier Milei, pronunciaba un discurso virulento sobre todas las personas que no adhirieran a sus propuestas, trataba a los órganos del Estado como una asociación ilícita y no ahorraba adjetivos denigrantes para sus antecesores, en Uruguay sucedía un hecho histórico. Pocas horas antes de la apertura del Congreso en Argentina, la Cámara de Diputados de Uruguay se reunía para elegir la presidencia del cuerpo en el último año de gobierno de la denominada Coalición Multicolor, integrada por los partidos históricos del país, Nacional (o Blanco) y Colorado, y algunas formaciones más pequeñas y nuevas como el Partido Independiente, el Partido de la Gente y Cabildo Abierto. Este último representa a los sectores situados más a la derecha del arco político uruguayo. 

La presidencia de la Cámara de Diputados en Uruguay se cambia año a año y por un pacto entre las fuerzas políticas que la integran, la ocupan diputados representantes de los partidos con mayor representación parlamentaria. En este período de cinco años, dos períodos le correspondieron al Partido Nacional, al cual pertenece al presidente Luis Lacalle Pou y es el bloque más numeroso de la coalición de gobierno, dos al Frente Amplio, principal fuerza de oposición y una al Partido Colorado, segundo partido con mayor representación parlamentaria de la formación gobernante. En Uruguay no hay elecciones a mitad de término y cada cinco años se renuevan las Cámaras en su totalidad. La presidencia del Senado le corresponde constitucionalmente a quien ejerce la vice-presidencia de la República, en este período a Beatriz Argimón. 

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Este año le correspondía presidir la Cámara de Diputados al Frente Amplio, conglomerado de partidos de izquierda que gobernó durante quince años el país y que desde hace treinta y cuatro años ininterrumpidos dirige los destinos de la Intendencia de Montevideo. Y el Frente decidió proponer para ocupar ese cargo en un año muy particular, porque es el final de período y el de campaña electoral, a la diputada Ana Olivera, militante del Partido Comunista, que es una de las formaciones políticas que lo integran. 

En la extensa sesión que concluyó con la elección de la representante propuesta, todos los legisladores de los diferentes partidos representados en la Cámara dieron su voto positivo a la propuesta y mayoritariamente quisieron fundarla en las condiciones personales de la diputada: su capacidad de diálogo, su fuerza de trabajo, su honesto compromiso con el bienestar del pueblo.  

Ana Olivera luego de doce años de exilio en Chile, Cuba y Francia, retornó a Uruguay con la apertura democrática y tuvo una extensa actuación política que la llevó a ser la Intendenta de Montevideo en el período 2010/2015, secretaria de Desarrollo Social en el segundo gobierno de Tabaré Vázquez entre 2015 y 2020, y diputada desde el 2020 hasta la fecha. Pero más allá de los cargos de altísima responsabilidad política que ocupó es siempre una persona cercana a los problemas de las personas, preocupada por los más vulnerables, afable con todos, cualquiera sea su extracción política. Virtud, esta última que demostró, al dedicar su primer agradecimiento al Presidente de la República por el llamado que le hiciera para saludarla por el cargo. 

Es la cuarta mujer que ocupa la presidencia del cuerpo. Este hecho también marca una severa diferencia con Argentina que pocos días más tarde coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer desmanteló el Salón de las Mujeres de la Casa de Gobierno, para reemplazarlo por un Salón de los Próceres, sin presencia de mujeres y que implica una lectura sesgada, primaria y de básica interpretación de la historia argentina. 

Destaco también como lo hizo la diputada Verónica Mato el compromiso de Ana Olivera con la cultura. Desde la Intendencia de Montevideo creó el plan denominado Fortalecimiento de las Artes”que es el fondo de ayuda a la producción escénica más importante que existe en Uruguay, entre otras acciones que demuestran su comprensión de la importancia de la actividad cultural, para una sociedad y de los derechos humanos que la cultura permite ejercer. Pero más allá de sus acciones desde las diversas funciones públicas que ha ocupado y ocupa, Ana Olivera es una ciudadana que participa de los actos de la sociedad, cualquiera sea su especie. 

Uruguay da con este acto un ejemplo más de calidad democrática al mundo, porque que una mujer comunista sea electa unánimemente para presidir la Cámara de Diputados en el último período de un gobierno de centroderecha, no es un solo una anécdota sino un gesto que demuestra la complejidad del concepto de democracia, que es contener en un sistema a los opuestos, crear una red que permita la convivencia de los diferentes sin necesidad de parecerse, admitir la controversia dentro de las normas. 

Este acto en Argentina parece un optimista cuento de ciencia ficción, porque lamentablemente la “grieta” que divide desde hace años a la sociedad y que este gobierno profundiza en cada uno de sus actos y discursos impide que la democracia supere lo formal para convertirse en un sistema de vida, tal como la Constitución Nacional lo dispone. 

El crecimiento económico y el bienestar de la sociedad sólo se logran con instituciones sólidas, respetuosas de las diferencias y comprensivas de la diversidad. Ojalá estos ejemplos geográficamente cercanos puedan hacer advertir que hay otras formas de convivencia que la permanente confrontación, que el odio puede ser reemplazado por la comprensión.

*Profesor de Derecho Constitucional.