“Me da pena que los organismos de derechos humanos estén tan politizados porque cuando sea necesario actuar, o no van a verlo porque están aliados con alguien que está participando de la violación o no van a poder porque estarán descalificados por permanecer del lado equivocado.
En la Argentina, la pobreza ha crecido enormemente y las villas en los alrededores de Buenos Aires son mucho peores que hace treinta años y nadie habla de eso como derechos humanos. Que se observe la ley y que no haya desaparecidos es muy lindo pero hay una gran cantidad de personas a las que les faltan la dignidad más común para vivir como seres humanos.
Desde la distancia, creo que la firma del memorándum con Irán fue un acto de traición a la comunidad judía y que la colectividad está mucho más dividida que en ese entonces, religiosa, ideológica y políticamente, cada uno tirando por su lado. El resultado de las heridas de la época de la dictadura y de las bombas en la Embajada y la AMIA la debilitó y no contribuyeron a crear una unidad”.
