Cuando termine el 2020 el Municipio de San Isidro habrá reciclado más de 25 mil toneladas de residuos reciclables. La cifra responde a un circuito que arranca en los hogares de los vecinos y contempla programas medioambientales basados en fomentar la cultura de separar residuos, reciclar y recuperar. Todo termina en la planta de separación de residuos sólidos de Villa Adelina para darle una segunda vida a los materiales reciclables.
“Llevamos muchos años de implementación de políticas públicas a favor del reciclaje y generar conciencia en los vecinos de lo importante que es separar la basura para cuidar el planeta. El aumento de la recuperación de reciclables nos ayuda a continuar descendiendo mes a mes la cantidad de basura que se entierra en la CEAMSE, lo que además trae un importante ahorro económico”, explicó el intendente Gustavo Posse.
“La planta de separación tiene el tamaño de una nave industrial, donde unas 10 personas trabajan con las medidas de bioseguridad correspondientes en un lugar con energía sustentable, que hemos convertido a iluminación led. Allí, le damos una segunda vida a todos los reciclables que recolectamos a través del esfuerzo que hacen la gestión municipal y los vecinos”, contó Leandro Martín, subsecretario de Espacio Público de San Isidro.
El circuito de reciclado funciona de la siguiente manera: los vecinos separan los reciclables en sus hogares y los llevan a los contenedores amarillos o a los ecopuntos (container para la división de materiales); luego los camiones realizan la recolección en los más de 7 mil contenedores de separación que hay en las calles de todo el Partido. También forman parte del circuito los ecopuntos, la recolección diferenciada en barrio Santa Rita y los programas en colegios, donde tras charlas de concientización se dejan contenedores de separación.
En la planta de Villa Adelina, se separa por material (plástico, papel, cartón, aluminio o vidrio) y por color. Todo se procesa a través de una cinta y luego el producto se enfarda y se entrega a la Cooperadora del Hospital Municipal Materno Infantil de San Isidro.“Se trata de una economía circular con un fin social”, remató Leandro Martín.