La historia de amor empezó a la vista de los televidentes en la casa del
Gran Hermano, en 2001. El noviazgo se fue consolidando y
el sueño de la vedette Ximena Capristo se cumplió. De blanco virginal, con un
vestido hecho por los diseñadores de Imperio Indígena en muselina de seda natural, encaje francés,
bordado de piedras y ocho metros de cola,
la morocha contrajo matrimonio con el actor Gustavo Conti, quien lució un traje
gris perla de Daniel Casalnovo, con detalles en cristales Swarovski.
El casamiento de Conti y Capristo pasa a ser parte de una tendencia, ya que son el segundo
matrimonio que surge del reallity show.
Natalia Fava y Santiago Almeyda fueron los precursores.
Ximena ya había anticipado que lloraría en el momento de casarse.
El miércoles, en el Registro Civil de la calle Uriburu y ayer, en la Iglesia, no faltaron
las lágrimas de emoción.
La vedette no para de trabajar. El día que contrajo matrimonio ante la ley, interrumpió el
festejo para ensayar su coreografía de
Patinando por un sueño, certamen que estaría en condiciones de ganar.
“Es el primer paso antes de formar una familia”, respondieron libreta en mano
sobre la posibilidad de tener hijos. Tienen 30 y 32 años y deseos de tener un hijo, pero no tiempo.
“Quizá en 2009”, anticipaba ella a
diario PERFIL. Por ahora,
incluso la luna de miel está supeditada a los compromisos laborales y será en
marzo, “en algún lugar cerquita, quizás Haití”. Antes, harán temporada en
Villa Carlos Paz: Ximena con
El champán las pone mimosas y Gustavo con
Más locas que una vaca, junto a Tristán.
Entre los 200 invitados que festejaron anoche en el Palacio Leloir, tenía su lugar reservado
Tinelli, Gerardo Sofovich, Florencia de la V, Reina Reech, Jorge Rial y Viviana Canosa,
entre otros personajes del jet set.
En la recepción, el menú de Schuster Catering fue de fiambres, sushi y ostras; para el plato
principal, un dúo de pollo y lomo y opciones light. El salón estaba ambientado en tonos rojos,
violetas y dorados, y, fieles a los ritos, los novios prometían torta con cintas, entrega de ligas
y revoleo del ramo. Para el clásico carnaval carioca, un show del transformista Gustavo Moro.
Entrada la madrugada,
Ximena cambió su vestuario. El traje de la iglesia será subastado a beneficio de la
Fundación Flexer, que asiste a niños con cáncer y por la que patina la vedette en
Showmatch.