Después de quince años de no rodar película alguna, a Alejandro Doria no le fue tan mal con Las Manos. De hecho, con la película inspirada en la vida y la obra del padre Mario Pantaleo –popularmente conocido como el Padre Mario– el cineasta se alzó hoy con el galardón al Mejor Director en el marco de la 32 edición del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva.
El último largometraje de Alejandro Doria había sido, a comienzos de la década del noventa, Cien veces no debo, pero este año regresó a la pantalla grande con esta historia de un cura sanador, protagonizada por Graciela Borges y Jorge Marrale –quien también estuvo presente en la ceremonia de premiación– y que incluso recibió el premio del Público como Mejor Película del certamen.
El Palmarés del Festival, que concluyó hoy en la ciudad andaluza, también fue premiado el actor argentino Ernesto Alterio. El hijo de otro gran actor, Héctor Alterio, recibió el Premio Ciudad de Huelva como “reconocimiento a su intensa carrera y como exponente de toda una generación de actores iberoamericanos afincados en España”.
El resto de los premios otorgados por el jurado integrado por Juan Carlos Tabío, Mercedes Ortiz de Solórzano, Ulises Dumont, Manuel Hidalgo y Eduardo Blanco, incluyó el Oro al Mejor Largometraje a El violín, del director mexicano Francisco Vargas Quevedo; y el premio Especial del Jurado a Páginas del diario de Mauricio, de Manuel Pérez.