Desde la esquina se ve la siguiente escena: un elefante de utilería tamaño real, una veintena de técnicos tirando cables, poniendo focos, actrices mezcladas entre ellos, unos cuantos nenitos del vecindario disfrutando del revuelo, y por si fuera poco, un perrito callejero que viene trotando y me huele los talones. Una imagen que recuerda las escenografías naturales y el folclore de aquellos estudios como Cineccitta en las primeras décadas del siglo. Pero no se trata de nada de eso. Es el rodaje de Mujeres elefantes, el segundo telefilm que Canal 7 está produciendo bajo la premisa de reunir un director de cine con uno de teatro. Primero grabaron Albertina Carri y Cristina Banegas, luego lo harán Paula de Luque y Ana Alvarado, y finalmente Rodrigo Moreno y Vivi Tellas. Pero ahora es el turno deJosé María Muscari ( Electra Shock, Shangay) y Adrián Caetano ( Crónica de una fuga, Un oso rojo ) quienes se decidieron a contar una historia bastante extraña: una invasión de elefantes asesinos que se apoderan de Buenos Aires, desde el punto de vista de siete mujeres, obreras de una fábrica, que quedan atrapadas en su lugar de trabajo.
—¿A quién de los dos se le ocurrió trabajar con el otro?
José María Muscari: A mi me llamaron de Canal 7, de la nueva gerencia, me preguntaron si tenía ganas de hacer algo para ellos y si había pensado en trabajar con algún cineasta. Yo nunca había pensado, pero dije “Uy si hay plata y me van a producir, yo quiero hacerlo con Caetano”. Y él justo en esa época estaba en Cannes, yo dije, este tipo que me va a dar pelota ¡está en Cannes! Pero lo llamé, me dio bola y acá estamos (risas).
Adrián Caetano: A mí me resultó un halago que me llamara.
—¿Cómo tramaron la historia?
JMM: El dijo hacer algo en una fábrica, yo me acordé de IMPA que está buenísima y agregué que sea con mujeres que trabajen ahí.
AC: Con José sabíamos de movida que íbamos a hacer una historia de estilo surrealista.
JMM: Y el guión se fue dando naturalmente, uno decía una cosa y el otro sumaba otra. No hay mucho problema con a quién se le ocurrió tal cosa o quién le habla a la actriz, o quién está en la cámara.
AC: Es como el método de la construcción surrealista, no cuestionarle la idea al otro.
—Como un “cadáver exquisito”. ¿Vos ves teatro?
AC: No, también por eso fue atractivo laburar con alguien que viene de ahí, cuando yo no soy un gran espectador de teatro. Creo que él fue el director del cual más obras vi y me divirtieron mucho. Siempre que había ido al teatro había salido sintiéndome un ignorante, que no había entendido lo que pasaba... Y cuando fui a ver lo que hace, estaba muy agradecido de José. Porque me daba miedo el teatro en general. Fui a ver obras un par de veces y los actores me hablaban (risas); lo que hace José es algo reconfortante, no una cosa intelectualosa, hinchapelotas, eso lo compartimos. No intelectualizar, no rebuscar lo que es simple. Entre nosotros hay una comunicación futbolera básica.
JMM: De hecho, eso lo teníamos de premisa en el trabajo con las actrices. Ninguno de los dos en su trabajo es de dar muchas explicaciones psicológicas y demás. Obviamente que eso lo podemos hacer porque tenemos un elenco de primera línea: Stella Galazzi, Jimena Anganuzzi, Mimí Ardú, Julieta Vallina, Celeste Cid, Lola Berthet y Carolina Fal. Así que nos pusimos de acuerdo, y nos dijimos que, cuando pregunten les decimos la verdad, y cuando alguna de las actrices atinó a preguntarnos algo así fue: “Bueno, fijate, probá”. Fueron entendiendo, y se mandan solas. Y está quedando buenísimo.