Se estrenó con bombos y platillos en Netflix la nueva película protagonizada por Jennifer Lopez, La Madre. Una historia de outsiders bien malos que la llevan (pobrecita) a convertirse también en una excluida. Todo comienza con su buen desempeño como sniper en el ejército estadounidense, pero su superior la convence de empezar a vender cositas y así inicia una carrera en el delito. Con este marco se enreda con un capomafia cubano, y entre el éste y su antiguo jefe la puentean para hacer los negocios sin ella.
A todo esto la mujer, que no es ninguna santa y habla todo el tiempo con voz grave como si fuera Vito Corleone, se acuesta con ambos hombres y queda embarazada. Nunca sabremos de cuál de los dos es la hija, ambos la consideran propia y aquí empieza el calvario de la madre: para que no se la apropien, luego de ser captada por la CIA, entrega a la bebé para que la críe una buena familia y ella se exilia a la soledad de Alaska.
Condenada a una vida solitaria, de cazadora en una casita de madera, recibe todos los años una foto de la hija que atesora. Hasta que su contacto en la CIA le avisa que secuestraron a la ahora adolescente. Y la francotiradora vuelve a la acción, de manera oculta, para rescatar a la nena de las garras de uno de sus supuestos padres. Después le tocará con el otro en una sucesión interminable de disparos certeros, explosiones y asesinatos como si fuera un videojuego.
Y ella siempre caminando derecha, ya sea en la nieve o en Cuba, expresándose con pocas palabras y demostrando que es una dura. Menos con la chica, con quien entra en contacto al salvarla. Lo que más llama la atención son las escenas de persecución en moto protagonizadas por JLO: resulta poco creíble que sea capaz de esas destrezas.
Un consejo: mirala solo si sos amante de las películas de acción de esas en las que mueren todos a los dos segundos de aparecer en pantalla. El resto es todo maqueta, completamente desperdiciados Joseph Fiennes y Gael García Bernal como sus dos amantes. Inexplicablemente la directora Niki Caro (la del live action de Mulán) desaprovechó a una protagonista con el carisma suficiente como para hacer que veas una película solo porque la protagoniza. Me quedo con otra versión de acción e JLO, mucho más amena: Una boda explosiva (en Prime Video), acá me dio risa.
