La conducta de los sujetos, grupos, comunidades, instituciones, pueblos, está signada por la incorporación en el lenguaje de palabras y frases foráneas. El modo de vinculación está condicionado por modos de comunicación que surgen producto de aspiraciones a pertenencia de clase y estatus social. El eurocentrismo desarrollado por Enrique Dussel como concepto, permite una perspectiva desde donde tender a desnaturalizar estos modos de comunicación, de vínculo, de aprendizaje y, así transformarlos.
Esta saturación en nuestro lenguaje, viene enlazada a la valoración de lo extranjero, muchas veces en detrimento de lo propio. Claro que esta valoración es expresión de modelos económicos que existen en base a la transmisión, generación tras generación, de estas valoraciones. El modo en que se transmite esta forma de ver la realidad es desde nuestras matrices de aprendizaje. Este concepto definido por Ana Quiroga es la manera en que sistematizamos y organizamos nuestros conocimientos y experiencias. Es el modo en que aprendemos a aprehender. A partir de lo que se transmite desde estos modelos, se perpetúan prejuicios, extrañezas y desvalorizaciones de lo nuestro. La obra de Gastón Cerana, pone esta problemática en un marco escolar, institucional y educativo.En esta obra aparece la manipulación desde la lengua dominante, ligada a la autoridad como la obligación de acatar órdenes.
La asimetría de roles, profesor/estudiante, es lo que afirma este modo de vínculo descalificante, humillante y alienante para el que está a expensas de la autoridad. Esta manera de relación es obstáculo en el acceso al conocimiento y al desarrollo personal subjetivo.
El profesor, en la obra de Cerana, denigra a Martín, pero también lo engaña. Estafa desde su rol a todxs en la institución educativa. Oculta su verdadera identidad, su origen, inventándose un lugar de nacimiento y crianza diferente al de su realidad.
Infiero que no tiene solo dos partes esta relación que en la obra aparece entre dos personajes. Pienso en la obra El señor Martín como un analizador del tema de la identidad. Según Georges Lapassade el analizador es un revelador de aquello que permanece oculto en grupos e instituciones. Analizador, como aquel acontecimiento que nos hace hablar, pensar, porque nos muestra las partes constitutivas de un fenómeno social.
El Sr. Martín le dice a su alumno Martín: “Tu ya eres grande, todos nosotros somos grandes. Y cuando uno es grande tiene que asumir ciertas responsabilidades y consecuencias de sus actos. Martín, a lo mejor tu no estés a gusto en el James Day High School, pero es lo que te ha tocado, lo que nos ha tocado a todos. Para algo tiene que ser útil ¿verdad? Es como el pisapapeles: life is a multiple choice”
El Sr. Martín le transmite así un mensaje de pasividad y resignación ante sus circunstancias. Invita al estudiante a negar lo que siente y piensa, sobre quién es y dónde está. Tal como hizo él, con su identidad sesgada por prejuicios culturales ligados al eurocentrismo.
La obra de Cerana se abre más allá del conflicto entre dos personajes, para mostrar una complejidad respecto de la identidad, como atravesamiento cultural desde generaciones.
Nuestro territorio, costumbres, texturas, sabores y paisajes, traídos por el estudiante Martín, desde sus expresiones, son la manifestación de lo propio en un grito rebelde y desesperado, que lo impulsa a revelar la verdad sobre su profesor. Su verdadera identidad oculta como vergonzante, motivo de desprecio por sí mismo.
Los que conformamos el grupo de trabajo de la obra El señor Martín elegimos esta obra para poner en escena esta complejidad. Para volver a exponer , desde el teatro , este fenómeno de colonización permanente, cotidiano.
La importancia de saber quiénes somos, historicidad mediante, surge claramente de entre las líneas de El señor Martín.
*Docente de teatro y directora de El señor Martín.