El pianista rosario Fabio Banegas y Francisco Varela, compositor y director de orquesta, se encontraban en Lviv, Ucrania. Apenas volvieron de un viaje donde fueron a generar grabaciones y conciertos con la Orquesta Filarmónica Nacional de Ucrania celebrando la figura del compositor francés, César Franck, a quien celebran 200 después de su nacimiento este diciembre con la edición de un disco. Hoy, esa experiencia ha adquirido, en tren de la actualidad que representa la invasión a Ucrania por parte de Rusia, como bien marca Banegas “un valor incalculable”. Y suma: “Terminamos la grabación el 19 de noviembre de 2021; si la hubiéramos pospuesto para pocos meses después no la hubiéramos podido haber hecho por motivo de la invasión rusa. Recuerdo la tranquilidad de la vida cotidiana y la civilidad que encontré en Ucrania. Ahora recapacito sobre la fragilidad de la paz y sobre cómo los intereses mezquinos de unos pocos le pueden quebrantar la vida y la tranquilidad a la mayoría, a la gente común, a aquellos que estamos en busca de nuestras metas y felicidad. Además, me gustaría mencionar, que en lo personal, esta grabación de composiciones de César Franck en Ucrania, se llevó a cabo en uno de esos momentos críticos de la vida que implicó un cambio definitivo en mi historia personal. Para mí y mi propia historia tiene un valor épico”. Francisco Varela se suma a esa visión: “Cuando estuvimos en Ucrania no había ningún indicio de esta situación que se venía gestando hace años. Llegamos justo en la salida de la pandemia y nos encontramos con una ciudad muy vibrante y enfocada en retomar la actividad, con una sociedad muy abierta y cálida. Y todo lo que pasó después obviamente resignificó absolutamente la experiencia para mí, e hizo aún más valiosa esta experiencia y al mismo tiempo más duro ver las condiciones que tuvo y todavía tiene que enfrentar el pueblo ucraniano”.
“El arte es un medio grandioso para un mejor entendimiento entre las culturas”
—Cómo fue aquella experiencia y su desarrollo?
FABIO BANEGAS: En retrospectiva hoy la veo como algo casi espontáneo; es increíble que se hayan dado todos los factores que implica tamaña producción en tan corto plazo. Surgió de conversaciones que teníamos con Francisco Varela sobre música en general, sobre proyectos pospuestos por la pandemia y recordamos que en 2022, precisamente el 10 de diciembre, se iban a cumplir 200 años del nacimiento de César Franck y que muy seguramente iba a ser pasado por alto. A mí me faltaba aprender una sola obra importante que era el Poema sinfónico Les Djinns (Los Genios), que estudié y memoricé bastante rápido; mientras tanto Francisco cerró la fecha con la Orquesta Filarmónica Nacional de Ucrania en Lviv con quien grabamos el álbum.
FRANCISCO VARELA: Claro, se dio todo de manera muy espontánea, como dice Fabio, y con mucha fluidez. Veníamos de la parálisis de la pandemia, y de golpe las fechas se coordinaron con mucha sencillez y en pocos meses estábamos ya en Lviv haciendo la grabación con esta excelente Orquesta. Y la orquesta respondió de manera excelente al proyecto, y a la propuesta artística, mostrando un enorme compromiso y capacidad de trabajo además de su nivel artístico. Tené en cuenta que las grabaciones suelen ser un proceso muy intenso, con jornadas muy largas y hay una tensión estructural si se quiere, en que hay un objetivo a cumplir y un tiempo delimitado. Pero pudimos trabajar de la mejor manera y disfrutar del hacer música juntos, que es algo que creo que se puede percibir en la grabación.
—¿Qué puede hacer el arte en estos momentos del mundo?
B: El arte en general es un medio grandioso para un mejor entendimiento entre las culturas, eleva el alma, da esperanza y protesta. La música en un lenguaje común, es maravilloso poder tocar con otros músicos que no hablan nuestra propia lengua. Además, el arte como testimonio, da fe y es testigo de la realidad, a veces inconveniente, que nos toca vivir.
El rescate de lo infinito
—Suelen rescatar a artistas olvidados ¿qué te lleva a ese impulso y línea editorial?
Fabio Banegas: Para mí es un deber, no veo mi paso por esta carrera de otra manera, creo que continuar en el camino de lo trillado es inaceptable para un músico con formación académica. Parte de esta formación es la investigación musical y el descubrir nuestro acervo artístico dándoles voz a compositores que de otra manera quedarían en el olvido y trabajar con compositores de nuestro tiempo, esto último en sí es una experiencia extraordinaria, aprender un repertorio con su propio creador, como me pasó con la obra de compositor rosarino José Antonio Bottiroli.
Francisco Varela: Si me preguntan qué instrumento toco, yo digo que soy compositor. Desde ese lugar es que construyo mi punto de vista sobre la música, y quizás por eso desde muy joven tuve esta conciencia de que para que haya orquestas tocando y salas llenas de público disfrutando, antes tuvo que haber un compositor trabajando arduamente, quizás durante años para plasmar una obra en un papel, y después esperar mucho tiempo hasta que se toque. El espacio que permite el repertorio tradicional es muy acotado, entonces el público solo puede elegir de un menú muy reducido. Es imposible que toquemos todo lo que está escrito y se sigue escribiendo, pero sí hay una obligación para todos los intérpretes, yo creo, de que además de mantener vigentes a las importantísimas obras del repertorio tradicional, debemos intentar encontrar esas obras olvidadas que resuenan con nuestra sensibilidad para poder ofrecerlas al público enriqueciendo el panorama general.