ESPECTACULOS
Marilú Marini

“La gente necesita una relación social”

Actriz y directora tanto en Francia como en Argentina. El martes recibirá el Premio Platino y el Brillante otorgado por la Fundación Konex.

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Celebración. La actriz fue elegida en un jurado presidido por Ricardo Darín con Aleandro y Borges. | néstor grassi

Llegó en noviembre a Buenos Aires para protagonizar la ópera prima de Julio Chávez, junto a él, bajo el título de Cuando la miro. Este martes 7 recibirá el premio más importante del Konex, el de Brillante, además del de Platino, en el rubro teatro.

Nació en Mar del Plata y allí pasará estas fiestas con una temperatura infrecuente para ella. Vive en París desde la década del setenta y cuando se le pregunta si su francés tiene huellas argentinas, aclara: “Tengo un leve acento, aunque no se sabe de dónde es. Muchos creen que vengo de algún país del Este, otros de Italia, eso debe ser por mi padre”. 

Es de una calidez y sencillez apabullante. A lo largo de su extensa carrera recibió numerosas distinciones, como ser nombrada Comendadora de la Orden de las Artes y las Letras, en Francia y en Argentina, el del Fondo Nacional de las Artes en el 2012.

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—¿Qué significan en tu vida estos premios?

—Son un reconocimiento, una alegría, pero es como si me hicieran recordar que alguien me mira, y que identifica o distinguen mi trabajo. Es también sentirse mirada. Alguien o algunos en un jurado pusieron sus ojos sobre lo que hago. Despierta una parte de mi humanidad. Doy vueltas para decir que me da identidad a mí y a quienes me lo otorgan. Son miradas de intercambio, darse por reconocido, de un ser humano a otro. Estoy pensando qué voy a decir al recibir el de Brillante, el de Platino sí, porque es para compartirlo con las otras actrices que hacen florecer al teatro. 

—¿Qué te atrapó del guión de Chávez y Camila Mansilla?

—Acepté porque el personaje que debo interpretar es maravilloso. Es una persona en la que en cada encuentro encontrás a alguien inesperado. Nunca es convencional. Cuando hablamos por Zoom con Julio (Chávez) me subrayaba que si se la veía caminando por la calle no llama la atención, no es extravagante, pero es fuera de lo común. No es sólo lo que dice, sino también su forma de expresarse. Eso constituye una criatura muy rica, hay que entregarse a un juego casi mágico. Lo que ella te ofrece es siempre inesperado. Se parece a lo que sucede cuando una está con un niño, nunca entran en el esquema de lo que debe ser o de lo socializado. Es una mirada muy profunda hacia esta mujer que es su madre, pero que miran desentrañándose. 

—¿Es la primera vez que trabajás con Chávez?

—Nos cruzamos alguna vez pero sólo socialmente. En la película él encarna a un artista plástico y está produciendo cuadros originales. Será una revelación también en ese sentido. Noté en estos primeros días de filmación que tiene una idea muy precisa de lo que quiere hacer. Sabe qué imagen busca plasmar, tiene muy claros los cuadros, todo lo plástico y cómo se traduce la historia y el deseo del texto que escribió con Camila. También está muy a la escucha, con oídos abiertos a lo que le dicen los otros. 

—¿Y el teatro?

—Haré teatro en Francia, porque cuando regrese (enero) debo seguir con la gira del espectáculo Tempest Projet con dirección de Peter Brook, donde interpreto a Ariel. El año que viene lo tengo ocupado y seguramente parte del 2023 también. Debo volver a hacer Théorème de Pier Paolo Pasolini, con la puesta que hizo Marcial di Fonzo Bo. En junio me espera el espectáculo sobre los guiones de Fassbinder. En Francia tuvimos varios meses cerrados los teatros, eso hizo que se postergara todo.

 

“La muerte nos estaba rondando”

Se la vio a Marilú Marini en la película Nocturna de Gonzalo Calzada, junto a Pepe Soriano. Los dos actores fueron premiados en la Competencia Iberoamericana de la 17º edición del Fantaspoa, Brasil.  Pero durante el 2020 también estuvo sin trabajar en Francia. Subraya: “La muerte nos estaba rondando. El miedo era contagiar y morir. Fue una situación muy angustiante. Hoy mucha gente quedó muy perturbada psicológicamente. En Francia los servicios psiquiátricos están desbordados de pacientes, no solamente con gente mayor, sino también con muy jóvenes. Por el aislamiento, la falta de contacto, estaban muy angustiados”. 

“Cuando llegué a Buenos Aires, en París empezaban a emerger los contagios e internaciones. Ahora con esta nueva variante que se busca contener, pero ya hubo casos cercanos, en Bélgica. No creo que se pueda volver a un confinamiento estricto como tuvimos en París, en un primer momento de la pandemia. La gente necesita tener una relación social que nos humanice. Hoy hablé con Rodolfo (su marido) y me dijo que están todos muy inquietos en Francia. Tengo dos dosis y en diciembre debería darme la tercera, ya que las están dando cada cinco meses. Nosotros allá para ir a cualquier lugar público, como café, bares, restaurantes, cines o teatros, tenés que mostrar tu pase sanitario, donde demostrás que tenés dadas las dos dosis. En Francia tenemos entre un 80% y 85% de gente vacunada. Veo que aquí también hay mucha gente vacunada y los veo con ganas de seguir vacunándose”.