Ya casi no lo recordamos, pero en un instante, uno fantasmal, uno de prohibiciones, uno agotador, la pregunta era, entre las miles de millones más urgentes que se hacía el mundo: ¿qué pasará con los eventos masivos de cultura pop? Y en un rincón, uno en claro ascenso en todo el planeta (al menos hasta 2020), la pregunta puntual era: ¿qué sucederá con los imposibles de frenar en su tasa de natalidad Comic Con, los eventos donde el epicentro está en las series, películas, cómics y cosplay (y más: es decir, todo lo que vive en ese diagrama de Venn entre industria del entretenimiento, pop masivo/de autor y usos cotidianos de franquicias basadas en personajes)? Hoy, en pleno sábado de New York Comic Con, el evento que verá en esta ocasión más de 200 mil asistentes, es fácil entender la respuesta.
Pero, valga la redundancia, no fue un camino fácil, y las famosas empresas, las gigantes, confirman nuevamente que adoran al público a la hora de las redes sociales pero que le dan poco y nada a la hora de generar un vínculo real, una comunidad que pueda sentirse representada, escuchada, diversa, y un rincón de posibilidades antes que un número para revolear cuando se estrena Loki o Merlina. ¿O ven a Disney en Argentina haciendo algo por sus fans más allá del marketing (sea de beneficencia o para vender la nueva serie mala que se hace)? ¿O a Netflix buscando algo más que un golpe de impacto de marketing? Sépanlo, majors: los fans son seres pasionales, en todo sentido, y no alcanza con un rincón mal producido en Argentina Comic Con. Pero volvamos a los fantasmas pop de apenas finalizada la pandemia, o en sus finales, el regreso del evento vió también la partida de gigantes como Netflix, Disney + y más, solo quedaron rincones de animación a la hora de los stands y los paneles que poseen una cola de miles de personas. Hoy, ese abandono de su público ha mutado en la presencia de otras marcas, marcas que hablan mejor y más fuerte con su público actual: compañías como Bandai, o Capcom, escuchan a sus fans y los buscan. O Crunchyroll, es decir, compañías vinculadas a industrias donde el consumo de animé, de manga, consumos reinantes hoy, son brújula y Norte.
El tamaño importa. New York Comic Con tiene lugar en el Javits Center, un centro de exposiciones de 72.850 metros cuadrados, que le da la espalda al Hudson, y que mira de frente al centro de Manhattan (volver de noche, entre cosplayers y bares legendarios de Hell’s Kitchen es, sin dudas, una experiencia que ningún otro evento en el planeta puede recrear: el pop casero, profesional o no, saluda a la ciudad que fue una usina de leyendas a la hora de crear los mitos que ahora visten). La New York Comic Con es vieja, y tan así lo es, que ha visto caer y tropezar a franquicias que parecía habían llegado para siempre (o ese “para siempre” qué implica el ciclo vital de una franquicia lúdica), allí quedan en el recuerdo The Walking Dead en el Madison Square Garden o shows de Marvel mostrando sus primeros pasos, y más cerca queda ahora la atención a los fans del animé y el manga, y a los consumidores de nostalgia (el año pasado, el panel del NYCC de los actores Christopher Lloyd y Michael J. Fox recorrió el planeta de manera viral). La encargada de crear la NYCC es la productora ReedPop, también a cargo de los famosos eventos de Celebrations, de Star Wars, y las ferias C2E2, Emerald City Comic Con, PAX y muchos otros.
Las novedades de 2023 implican la llegada de Writer’s Block, que se suma al ya de por sí inmenso Artist Alley (sin dudas, el más lindo del mundo, con nombres clásicos de la historieta americana y nombres que surgen, literalmente de la A-Z). Más de cien autores, creadores de cómics, libros, cosplay, y más, son parte del evento. La pandemia, la bendita pandemia, sirvió como una forma de reseteo de una espacio que estaba sobrecargado de gente: la ausencia de, incluso, sellos editoriales clásicos del país, como Image o Dark Horse, permite que se puede caminar con mayor espacio. También permite una mayor cantidad de acceso a los eventos: el fan del Comic Con ha cambiado, y está lejos del obseso con los superhéroes. Los géneros que mandan son Young Adult, romance y apenas unos pocos clásicos. A la hora de los invitados que tendrán su lugar para las fotos con los fans, NYCC este año posee nombres clase A como Ewan McGregor y Chris Evans, pero también Jodie Whittaker, David Tennant, Tim Curry, Karen Gillan, y hasta nombres como John Carpenter, el famoso director de cine. A la hora de los cómics, aparecen gigantes de la industria como Jeff Smith y otros nombres de la literatura como Rachel Smythe, al creadora de Lore Olympus, y Cassandra Clare, la creadora de Cazadores de sombras.
Los paneles. A la hora de paneles que pueden verse online, que tendrán lugar en el evento, se podrá ver la conversación entre Karen Gillan, Michael Rooker, Sean Gunn, Chukwudi Iwuji y Pom Klementieff, los actores detrás de Guardianes de la galaxia (en lo que es un panel que indica claramente que se habla de Guardianes de la galaxia, pero el paro de actores todavía activo no hace posible que se lo diga). También Chris Evans, el famoso Capitán América, tendrá una conversación con el público (y se puede ver por Tumblr). Se presentan nuevas temporadas de shows animados como Krapopolis y Grimsburg (que se puede ver por DoorDash). El videogame más esperado del año, Final Fantasy VII Rebirth, también tendrá un panel con su talento de voz, y se podrá ver a las voces de One Piece, en su versión animada, y, por supuesto, el concurso de cosplay.
El domingo contará con la presencia del actor Tom Hiddleston, a la hora de los autógrafos, además de la presencia de muchos otros nombres. En un panorama con un Hollywood golpeado, que todavía no sabe exactamente que hacer con Barbie y su fenómeno, un nuevo New York Comic Con debería demostrar algunas respuestas que el entretenimiento necesita, al menos a la hora de comprobar tendencias, o verlas, por supuesto, morir para volver en algunos años.
