San Onofre de-saparecerá. Será escombros. La ex cárcel de Caseros será derrumbada en noviembre por el Gobierno de la Ciudad para construir el Ministerio de Economía y Finanzas, y las oficinas centrales se edificarán en el sector del patio donde está La Villa y se refugian los miembros de la Sub 21. Confirmada la cuarta temporada, la productora Underground, comandada por Sebastián Ortega y Pablo Culell, deberá encontrar una nueva locación y trasladar a Mario Borges (Claudio Rissi) y Diosito (Nicolás Furtado), y a todos los personajes a otro penal. “El marginal tiene vida más allá de San Onofre”, ratifica el director de la serie, Alejandro “Negro” Ciancio.
Mucho tiempo antes de la demolición, el 9 de julio, a las 23, en la TV Pública, San Onofre volverá a abrir sus rejas por última vez para mostrar, en ocho episodios, cómo Mario Borges y Diosito se sientan en el poder de la cárcel después del motín y de derrocar al Sapo Quiroga (Roly Serrano). PERFIL compartió el final de las grabaciones (terminaron ayer), luego de tres meses de rodaje, y adelanta de manera exclusiva lo que se verá en la serie carcelaria.
Capítulo final. Escena número 15 del último episodio de la serie. En el pabellón de los Borges están Morcilla (Carlos Portaluppi), James, Colombia (Daniel Pacheco Bautista), Barney (Marcelo Peralta), Calambre (Mauro Angemi), Gaby (Víctor Salazar) y El Flaco Borges (Sergio Sánchez), todos muy relajados, jugando a la PlayStation, al metegol, fumando, mientras afuera se oye la celebración de Carnaval dentro del penal. La tranquilidad se convierte en desesperación cuando Cristian, uno de los nuevos personajes de esta temporada, interpretado por Toto Ferro (El Angel), entra corriendo y empieza a contarles a los gritos que Pantera (Nacho Sureda) tiene a Borges y a Diosito y que deben ir a rescatarlos porque están en peligro. Morcilla desconfía pero los muchachos del clan Borges toman sus facas y salen al rescate. “Corten”, grita Ciancio y, conforme, afirma que “Toto es un artista con una sensibilidad tremenda”.
Diosito y Borges dueños del poder en San Onofre
La escena siguiente, la 23 del episodio 7, la ensayan en una mesa del comedor. El Clan Borges repasa el guión con el director: Furtado –ya con su prótesis en los dientes y lookeado como Diosito– y Ri-ssi se suman al set y practican los diálogos con Ferro, Portaluppi, Pacheco, Peralta y Angemi. Diosito, según el guión, “toma falopa” y discute con su hermano Borges. Sacado, entra en una riña con faca contra Calambre. La grieta y el amor entre los hermanos Borges será uno de los argumentos fundamentales de El marginal 3. “A Nico lo siento como un hermano. Le encanta el guiso de lentejas que le cocino”, confiesa Rissi.
Portaluppi, el proxeneta de San Onofre, dice que no está de acuerdo en cómo reciben a los violadores en las cárceles argentinas: “¡No! ¿Cómo puede parecerme justo? Ya está pagando por lo que hizo. Nadie, ninguna víctima, merece lo que le haya hecho un violador. Si está ahí es porque la Justicia ya hizo su parte”.
Nuevos y la Sub 21. Alejandro Awada será Bruni, un ex boxeador cuya actitud fue modificada por diversos hechos dentro de la prisión y se convierte en un “socio” de los miembros de la Sub 21. “Hacer El marginal fue una experiencia fabulosa que requirió mucho esfuerzo y dedicacion, está bien dirigida, con un elenco formidable y una temática muy fuerte que había que atravesar y se consiguió”, responde Awada a PERFIL.
Pedrito Pedraza será más violento. “Pedrito está más rebelde que nunca. Trato de hacerlo lo mejor posible para lucirme y estar a la altura de grandes actores y actrices”, afirma Brian Buley. “Esto muestra la realidad de una cárcel, requisas, maltrato, se trata de la violencia. Mi hermano mayor está preso en Uruguay, ¿qué cosa no?, él está en la cárcel por robo, le queda un año, y yo grabando El marginal 3. Hago videollamadas con él, pero no vio la serie”, revela Buley. “La Sub 21 será un grupo muy unido, de los más fuertes de la cárcel, con un líder afianzado, tendrá una fuerza y mirada más claras”, anticipa Abel Ayala (César).
Habrá mano dura con Estela, la nueva Directora Nacional de Penitenciarías en reemplazo de Garófalo (Daniel Fanego), interpretado por Ana María Picchio. “Imposible comparar una cárcel de acá con una de Suecia. Nosotros no estamos en crecimiento, y estamos perdiendo valores fundamentales para el hombre”, afirma Picchio.
Los Borges, en complicidad con Antín (Gerardo Romano), producirán drogas. Para hacerlas, cuentan con Tubito, caracterizado por David Masajnik, quien inspirado en Barreda fue condenado por asesinar a toda su familia.
Rolando Schiavi debutó como actor en el Marginal 3
La serie tendrá representantes de Boca y River en el elenco, con Rolando Schiavi y Rodrigo Mora, ex jugadores que se suman a La Sub 21. “Rodrigo ya había estado y queríamos nivelar con uno de Boca. El Flaco es fan de la serie y muy querido, y lo convocamos. No los tuvimos que marcar mucho, los dos actuaron muy bien”, dice el director.
Detrás de las celdas. En El marginal 3 trabajaron setenta personas entre producción, técnica y actores en jornadas de diez horas. El día que más extras utilizaron, aproximadamente unos cien, fue cuando desde un dron mostraron la celebración de Carnaval en el patio de la San Onofre. Algunos de ellos cumplieron condenas por homicidio o robo calificado, y han compartido sus anécdotas para darle realismo a la serie.
Cada extra cobra $ 1.700 por día, mientras que a los calificados –los que portan armas, tienen escenas con texto– les corresponde el doble, según el sindicato de extras. “Yo soy calificado, nos ayuda pero no vivo de esto, yo compro y vendo autos en Ituzaingó”, cuenta Salazar. “Soy tornero en una fábrica en San Martín”, agrega Pancho Díaz. El Flaco Borges es dueño de una casa de computación en San Miguel y tiene su banda, Tres Cuartos Rock: “Me reconocen y se llevan la PC y una foto conmigo”. Ciancio agrega: “El marginal nos marcó, nos cambió, nos ayudó a crecer, y si encontramos un escenario con personalidad seguiremos adelante con más temporadas”.
“‘El Marginal’ tiene un sentido de verdad que la diferencia del resto”
Alejandro “Negro” Ciancio tiene cada puntazo de una faca, cada diálogo, cada gesto de los personajes diagramado en su cabeza. En la escena que presencia PERFIL, Ciancio va y viene entre su silla de director, instalada en la antesala del patio, y el pabellón de Los Borges. Después de tres grabaciones que debieron repetir porque una de las cámaras salió de foco cuando tomaba a Carlos Portaluppi, en el rol de Morcilla, otra vez porque Toto Ferro debía entrar con más adrenalina y no maldecir tanto, y otra porque simplemente no le cerró a Ciancio. Más de una hora para grabar una escena de pocos minutos, lo que explica el nivel de producción de El marginal 3. “Corten. Vamos a almorzar”, dice el Negro, y todos festejan. Es el momento indicado para hablar con el director de la criatura carcelaria.
Dos argentinos son los protagonistas de "El marginal" mexicano
“Con Sebastián (Ortega) compartimos el gusto por el cine de prisión, nos gusta mucho, por ejemplo, Sueño de libertad, con Morgan Freeman y Tim Robbins, nos gustan las historias de mafia, son mundos que nos atraen, tenemos ese cine en común que nos alinea en la misma manera de pensar El marginal”, dice Ciancio, quien tomó la dirección de la serie después de Adrián Israel Caetano.
Sobre las diferencias entre una superproducción como Prison Break y El marginal, Ciancio responde sentado en la grada de San Onofre: “Más allá de las amplias diferencias lógicas de presupuestos, creo que El marginal tiene un sentido de verdad que la diferencia del resto, no parece ficción, y el relato de los hermanos Borges y su vida cotidiana va más allá de la acción que te puede dar cualquier otra serie”.