ESPECTACULOS
Entrevista

Gloria Carrá: “Muchas cosas de la ley atrasan”

La actriz y cantante lleva en estos momentos adelante varios proyectos diferentes y que dejan en claro sus muchos estilos e intereses. Dirige La mujer del vestido verde, ensaya el nuevo espectáculo de Javier Daulte, Las irresponsables, y mantiene la actividad junto a su banda Coronados de Gloria.

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Momento. La actriz se encuentra en un momento pleno de trabajo con dos obras en cartel y proyectos musicales en gran marcha. | GZA. FACUNDO CARDELLA

Varios proyectos simultáneos en diversidad de formas artísticas, una vida personal y política intensa: así es el presente de Gloria Carrá. Hasta marzo, formó parte de El recurso de Amparo, texto de Laura Oliva, dirigido por Javier Daulte en el Teatro 25 de Mayo. Actualmente, los sábados a las 18 en El Método Kairós (El Salvador 4530), la actriz se presenta no como intérprete, sino como directora de La mujer del vestido verde, un texto de Jorgelina Aruzzi, a cargo de Dalia Elnecavé. Mientras tanto, avanzan los ensayos de Las irresponsables, donde actuará, en el Teatro Astros, junto a Paola Krum y Julieta Díaz, a partir de la dramaturgia también de Javier Daulte. Sostiene, con constancia y frecuentes presentaciones, a su banda Coronados de Gloria, que ensaya asimismo para la grabación de su tercer disco. Y en televisión, Carrá prepara un proyecto con Polka, del que aún no puede brindar detalles.

—¿Cómo organizás todas estas actividades?

—Soy pésima para organizarme, no tengo idea. Entonces lo que decidí hacer, porque si no me angustia mucho, es ir haciendo las cosas día a día, paso a paso. Había días en los que a la mañana ensayaba La mujer del vestido verde; a la tarde, Las irresponsables, y algunas veces iba al teatro a hacer Recurso de amparo. Me ayuda que yo siempre duermo muy bien, súper profundo. La tira de Polka, vamos a arrancar entre abril y mayo. No tengo mucha data todavía. Sé que está Federico D’Elía; yo hago de su mujer.

—Estás muy consagrada a los escenarios. ¿Qué mirada tenés hoy sobre trabajar en televisión?

—Hace mucho tiempo que no trabajo en televisión. Lo último que hice fue Silencios de familia, que era el unitario de Polka, en 2016. Me pone contenta volver, porque es un medio en donde trabajo muy cómoda. Será porque lo hice desde siempre. Me gustaría que hubiera más proyectos, más ficción para todes. Tengo amigas que están sin laburar; yo también estuve así estos seis años, aunque hice teatro y estuve con mi banda.

—¿Cómo ha sido el rol de dirección que tomaste en “La mujer del vestido verde”?

—Con Dalia Elnecavé, habíamos hecho una obra de 15 minutos para Microteatro, pero de esta manera es la primera vez que lo hago. Me gusta cuando voy a ver teatro y se me ocurren cosas, entonces ya me daba cuenta que tenía ganas de empezar a dirigir. Jorgelina me había pasado el texto. Con Dalia empezamos a ensayar con unas sillas. Finalmente llegó la escenografía, y con las luces, el trabajo de todo el equipo y Dalia que es una actriz deliciosa, estoy muy contenta con el resultado. 

—Muchos de los proyectos en los que estás ahora y recientemente dan cuenta de mujeres fuertes y frágiles. ¿Cómo pensás esta aparente coincidencia?

—Creo que las mujeres de por sí somos fuertes, tal vez por cómo nos tocó vivir durante tantos años, tan oprimidas, en tantas culturas. A pesar de todos los obstáculos, seguimos adelante, tenemos la fuerza para luchar, el amor para criar. El personaje de La mujer del vestido verde está en un limbo entre la vida y la muerte y habla para mantenerse con vida: va pasando por toda su historia, por sus amores, por su hija, por su ex marido, por su papá, por su prima. Un montón de recuerdos la mantienen con vida.

—¿Qué vínculo ves entre tus proyectos y la lucha de las mujeres en la actualidad?

—En la lucha que venimos llevando, vamos cambiando cosas. Todavía hay mucho que derribar, puertas que se tienen que abrir, pero nosotras luchamos con fuerza y también lo plasmamos. Laura Oliva, en El recurso de Amparo, escribe sobre su vida, y tiene un gran contenido femenino. Jorgelina hace bastante que escribe. Estamos todas con ganas de llevar a cabo nuestros proyectos y de no depender de que te estén llamando.

—¿Cómo surge y de qué se trata “Las irresponsables”?

—Es un proyecto que teníamos con Julieta desde hace tres años; lo fuimos a ver a Daulte y ahí se armó este cuarteto con Paola. También es un material súper femenino, Javier escribe muy bien sobre el mundo femenino. En este caso, es una comedia desopilante que habla de tres mujeres, de su vínculo, de las relaciones y de los lugares que, a fuerza de lucha, de salir a la calle, vamos ganando.

—¿Cómo se enlaza con todo esto tu trabajo con Coronados de Gloria?

—Coronados tiene mucho barrio y letras fuertes, pero su música es muy alegre. Muchas canciones me gustan mucho. Lágrimas ranas, que es la última que sacamos, habla de la fragilidad de la mujer y de la posibilidad de reconstruirse. Así me ha sucedido en la vida: me hace bien andar desarmada porque, cuando vuelvo a unir todos los pedacitos rotos, me muevo desde otro lugar.

—¿Qué les dirías a las voces que se quejan de un supuesto exceso de temáticas femeninas y a favor de la igualdad de género?

—Esto tiene que ser repetitivo, porque son muchísimos años de desigualdad. Hasta que no te toca o no te das cuenta, no se puede convencer a nadie. Uno lo tiene que sentir en el cuerpo. Yo no decía que era feminista, hasta que empecé a sentir “Esto me molesta y esto sigue pasando”. Cuando se corre el velo, no podés volver atrás, no te podés hacer la estúpida. Todo tiene un proceso; no se puede obligar a nadie. Es un camino largo, una lucha por todas las mujeres y por todas las disidencias. La lucha feminista viene hace muchos años; ahora con las redes sociales, todo tiene más visibilidad. Pero todavía nos van a escuchar hablar mucho porque todavía falta mucho para que seamos pares, para que haya igualdad; todavía pasan atrocidades en todo el mundo, todavía somos abusadas, asesinadas, no ganamos lo mismo que los varones haciendo el mismo trabajo o más. Es una lucha que tiene para largo.

—¿Qué efecto producen las intervenciones judiciales que, frente a denuncias de mujeres, les dan total o parcialmente la razón a los varones denunciados, como había ocurrido, semanas atrás, con Juan Darthés?

—Necesitamos que la justicia acompañe, porque, si no, esto sigue pasando. ¿Por qué seis pibes violan a plena luz del día en Palermo a una chica? Porque saben que nos les va a pasar nada, porque hasta que la chica haga la denuncia, les hagan las pericias, ellos están beneficiados y a esa chica le arruinaron la vida. Mientras la justicia no acompañe, estas atrocidades van a seguir pasando. Si a Thelma [Fardin], que es conocida, que viene acompañada de todo un movimiento de actrices argentinas, le sucede esto, imaginate qué le sucede a una chica desconocida. Esas decisiones judiciales son una manera de decirnos: “Ojo, cállate, porque no te vamos a acompañar”. Tiene que haber políticas de Estado. Muchas cosas de la Ley todavía atrasan.

 

El arte desde la infancia

—¿Cómo fue tu formación musical y a quiénes reconocés como influencias para tus creaciones?

—A mí me llevaron a un casting cuando era chiquita, porque cantaba y bailaba. Siempre quise cantar, pero empecé a trabajar como actriz. En mi vida, siempre hay música, siempre estoy cantando. Cuando me compré una guitarra, empecé a componer sola. Y ahí nació Coronados. Yo soy del ´71; mi hermano era 14 años más grande que yo, así que me nutrió mucho del rock nacional: Spinetta, Moris, Vox Dei, Sui Generis. Y después, me nutren y me acompañan musicalmente los Coronados, hace ya 9 años. 

—Viendo tus propios inicios en la infancia y los de tus hijas, ¿qué reflexión hacés sobre la profesionalización artística a temprana edad?

—Es una pregunta compleja, porque lo primero que siento es que los chicos deberían estudiar. Si empezás tu carrera antes, es poco probable que termines de estudiar. Yo no terminé el secundario; Ángela [Torres] dejó a la mitad. Por eso yo quería frenarla un poquito y que terminara los estudios. Amelia [Cáceres] entró en el Polivalente de Artes donde eligió danza; también ya tiene ganas, ya arma personajes. Entonces, por un lado, yo diría retrasar lo más posible para que puedan hacer una carrera, pero, por otro lado, la veo a Ángela y digo “Su carrera es esto”. Desde muy chica, cuando quedó en el casting en La novicia rebelde, era feliz actuando. Es una pulsión, hay algo que pulsa por salir que tiene que ver con el arte. También hay gente a la que le gusta pero que después no tiene posibilidades: es un tema muy delicado.