ESPECTACULOS
GERARDO SOFOVICH

"Pettinato me dice Comandante"

A partir del 19 de marzo, el Ruso vuelve a Canal 9 con tres programas diarios. Quiere recuperar el tercer lugar en la emisora de Daniel Hadad. Alejado del jurado de Bailando por un sueño 3, opina sobre Florencia de la V y Moria. Dice que quedó amigo de Tinelli y del conductor de Duro de domar. En el verano tendrá cinco obras entre Mar del Plata, Buenos Aires y Carlos Paz.

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LTIMOS DAS. Pronto deja Amrica, para pasarse al 9, convocado por Hadad. Har tres programas. | Cedoc
–¿No le tiene miedo al colesterol?
—No, lo tengo bajo.

A Gerardo Sofovich lo espera en su camarín una bandeja de triples de queso y cantimpalo. Tiene una hora de recreo entre los dos ciclos que conduce por América: Tiempo límite tarde, a las 18, e ídem noche, a las 20. Después de retirar una de las tapitas de miga del único sándwich que comerá, acompaña el bocado con infusiones en vasito de plástico y dos (¿o tres?) cigarrillos.

—Falta poco para que abandone esta rutina...
—Hasta el viernes 22 tengo puesta una camiseta que dice “América”. El 23 me pongo otra que diga “Hombre descansando”, que es relativo porque tengo obras en Mar del Plata, Carlos Paz y Buenos Aires, aunque trataré de hacerme una escapadita a Punta del Este. Y a partir del lunes 19 de marzo, la t-shirt dirá “Canal 9”.

—¿Por qué el pase? Justo ahora que América se posicionó en el tercer lugar
La televisión es mi casa desde hace 46 años y estoy cómodo en todos los canales. Me siento parte del desarrollo de América, al igual que Jorge Rial, otro pilar. En lo económico no me puedo quejar pero me sentía un poco encerrado de seguir con lo mismo. Me llamó (Daniel) Hadad (director de Canal 9) y me interesó la propuesta. Voy a hacer tres programas diarios: Polémica en el bar (con Oscar González Oro, Chiche Gelblung, Luis Pedro Toni y una sorpresa), uno de entretenimientos a las 20 o 21 y un magazine de 13 a 15.

—¿Usted se había ido del 9 en paz?
—¿Esos dos años que estuve con Daniel? Sí, no nos fuimos mal, se había agotado un ciclo. La relación se mantuvo, nos reunimos, comimos asados juntos, no hubo ruptura. Siempre digo, un poco en broma, que Hadad está condenado a tener un Sofovich en la familia: un primo hermano de sus hijos es Nacho Sofovich (Gustavo, el hijo del Ruso, está casado con la cuñada de Hadad). Y aclaro que no voy a ser gerente de programación pero si me piden un consejo, cuentan conmigo.

¿Le gusta la grilla del 9?
—Y... por algo me llaman a mí, para mejorar eso.

—Como ex jurado de Bailando por un sueño , ¿cuál es su favorita?
—No, no. Bueno, una de mis favoritas fue eliminada. Luciana Salazar –a quien nunca había tratado, ni tengo relación contractual, ni va a trabajar conmigo– me sorprendió por simpatía, voluntad y lo bien que baila.

¿Y Laura Fidalgo podrá ser la ganadora?
—Ya todos conocen mi opinión sobre la señora Fidalgo: una buena bailarina excedida en demostrar sus dotes de apertura de piernas y todas esas cosas. Pero no creo que el público la vote.

Su primer reemplazante fue Maradona. ¿Cómo lo vio?
—No lo vi.

—¿Y Florencia de la V?
—Creo que la dejaron sola. No me gusta la actitud de Moria (Casán) de darle la espalda. Flor ganó el concurso en el que Moria era la gran candidata y quedó cuarta o tercera. Y ganó con el voto popular. Yo la quiero mucho a Moria pero no me gusta la actitud, tan preocupada por el estado de ánimo de Fidalgo. Después nos enteramos de que van a compartir el cartel en Mar del Plata (con Nito Artaza). Supongo que Florencia debe sentir lo mismo que sentí yo que, pese al cariño que nos tenemos con Marcelo, decidí retirarme. El me está insistiendo para que vaya la última semana para presidir el jurado. Pero no.

—Además de a Florencia, otro a quien usted dio un lugar fue a Roberto Pettinato.
—Sí, y seguimos con el afecto y cariño de siempre. Me sigue diciendo “Comandante”, lo que me causa mucha gracia. Me gusta como conductor, es divertido, creativo, muy inteligente.

—Es conocida su opinión sobre Mario Pergolini. Sin embargo, es indudable que CQC es un formato exitoso, vendido internacionalmente
—Es un empresario poderoso, muy rico, que tiene un futuro de riqueza y patrimonio personal importantísimo aparte del que ya tiene. Es como yo digo: vende el foco pero nunca se lo ve manejar un focus.

—¿Por qué usted no vende formatos?
—Porque no me interesó, s oy artesanal y todo lo que he hecho es para el mercado argentino, que me lo ha agradecido. El público argentino es el que me ha mantenido por 46 años. Polémica en el bar no es un formato para exportar. No hay en ningún lugar del mundo esa tradición del café. O La peluquería de Don Mateo es muy local. ¿Qué voy a vender? ¿El balero, la pulseada, la manzana, el yenga?

—Y otra vez Polémica...
—Contesto lo que vengo diciendo desde hace años. Siempre es distinto, me aggiorno. Mirá La noche del domingo –que me la piden y por ahí la hago–, cada año era diferente ¿Por qué no le decís a Mercedes Benz que saque la estrella de los coches? Tengo unas marcas y me las compran porque el público las pide.

—Están de moda los countries: en la literatura, en Amas de casa desesperadas, en los policiales. Su novia, Sofía, vive en uno. ¿Le preocupa?
—¿Cómo me va a preocupar?

—¿Cuál es su lectura? ¿Le gustan los countries?
—¡Pero me parecen fantásticos! Sofía, mi novia, tiene dos hijos de 7 y 9 años de su matrimonio anterior y es una madre excelente. ¿Cómo me va a preocupar si el country es ideal para los chicos? Ellos tienen la prioridad aunque me incomode andar con el auto a 20 por hora, esquivando vallas y con cuidado por los que corren o van en bicicleta. Con Sofía tenemos una convivencia en casas separadas. Ella se queda a dormir en mi casa, yo en la de ella. Además, a esta altura de mi vida, yo no estoy para tener al lado todo el día a un chico de 7 y otro de 9. Y por eso, la relación que tengo con Sofía es fantástica.

—Independientemente de esto, ¿viviría en un country?
—No. No puedo hacer 50 kilómetros para mi actividad diaria. El fin de semana disfruto el verde, el agua, el barco, pero después quiero estar cerca de todo. Donde estoy ahora, estoy fantástico. Vivo en un chalet en un sexto piso, con mi gato Wilbur.

—Hablando de parientes, ¿cómo le va con Laura Sofovich?
—Yusem, no quiso ser Sofovich. No nos vemos. Ni yo consumo sus espectáculos ni ella los míos. Hemos elegido caminos diferentes. De chicos, sí nos veíamos. En la familia de mi papá, que eran 7 hermanos, mientras vivió la abuela, el domingo era día sagrado. Al fútbol o a las carreras se iba después de comer. Los primos compartimos ese día durante toda la infancia y parte de la adolescencia.

Otro rumor dice que una persona del ambiente en la que usted confiaba lo defraudó y lo estafó económicamente.
—Sí, es así. No voy a nombrarlo pero casi toda la gente del ambiente lo conoce. Su conciencia lo debe estar atormentando.

—Y debe estar asustado. En marzo cumple los 70 y prometió matar a alguien
—Aflojen con eso. Ya el boludo de Pergolini dijo que un fiscal debería haber intervenido.

—¿Piensa en la muerte?
—No. Siempre pienso en All that Jazz, de Bob Fosse, un film que veo unas dos veces al año, donde está el romance que vive el hombre con su muerte. Cuando sos joven, pensás que el mundo no puede seguir sin vos. Con el tiempo, te vas acostumbrando a convivir con ella.

—No hay duda de que usted tiene la autoestima bien puesta. Además de a sí mismo, ¿a quién quiere o quiso mucho?
—No podés decirme eso. Estás exagerando algo legítimo como la autoestima.

—Un chiste. Es que se lo ve tan racional y frío...
Quiero a Sofía, quiero a Carmen, es la mujer que amé durante muchos años, me dio un hijo y seguimos siendo cariñosos amigos permanentemente. Quiero a Oscar Salvi, a Alfredo Cahe, a Jorge Rial. A mi hijo, a mis nietos. En el fondo, soy un sentimental. Si supieras lo fácil que tengo la lágrima, no me dirías eso. No es demagogia. Es el ambiente, la vida, la que te lleva a tener esa defensa.

Su gestión en el canal oficial
Interventor de ATC en 1992, durante el gobierno menemista –gestión por la que fue acusado de supuesta administración fraudulenta y sobreseído en abril–, dice que aún no vio la programación del nuevo Canal 7. “Cuando le presenté mi renuncia a Carlos Menem, le dije que ATC no era factible, no era viable. Igual que ahora. Porque el presupuesto no daba ni para encender las luces. No había apoyo de la comunidad publicitaria, lo mismo que se ve ahora”, dice. Acerca de cuáles fueron sus aportes, señala el haber alcanzado un rating competitivo y la apertura a figuras de primer nivel. Claro que también supo ganarse enfrentamientos: “ PNP fue una creación mía de la que se apropiaron los Portal (Raúl y Gastón). En un momento en que no nos llevábamos bien, me dijeron: ‘Te compramos la idea’. No te voy a decir la cantidad porque es una grosería lo que me pagaron por mis derechos. En función de eso, accionaron después contra TVR. Gastón Portal no tuvo nada que ver con la creación de PNP”.