Muchas cosas me unieron a la etapa solista de Cerati, la que más me afectó generacionalmente. Yo primero descubrí al solista y después conocí Soda Stereo. Cuando se editó Puente estaba en una etapa muy importante de desarraigo, llegando de Bahía Blanca a Buenos Aires, y esa canción fue muy importante para crear una unión con mis raíces. Además, yo venía a trabajar en un disco que producía Martín Carrizo, que había laburado en ese disco y que iba a hacer esa gira con Gustavo.
No soy una persona que les dé mucho peso a estas situaciones. No soy alguien que vaya a velorios, porque lo físico es lo pesado, lo espiritual es lo que llevamos dentro para toda la vida. Lo espiritual es liviano, es etéreo. Trato de llevar el dolor desde ese lugar y de quedarme con las enseñanzas y las partes buenas.
