Cuando el tiempo marca que vamos pasando y transitando los treinta años con La Runfla, con este lenguaje, imposible no echar una mirada a lo realizado y entonces se impone una reflexión que no es individual, dado que toda nuestra tarea fue hecha en grupo, que es nuestra forma elegida para proyectar nuestro arte. Y al elegir hacer teatro en los espacios abiertos abrimos la puerta a un enorme desafío pero también a muchas posibilidades porque creemos en el teatro como esa convención lúdica y transformadora, que a partir de la combinación de la excelencia estética y el compromiso ideológico, es herramienta de reflexión y crecimiento, individual y colectiva.
Nos proponemos un teatro de arte al que todos puedan acceder, realizándolo en el espacio público, que cuidamos y defendemos por considerarlo el principal lugar de encuentro de la comunidad. En esta mirada retrospectiva vemos que los más antiguos ya no hacemos el roll volado, ni trepamos con la misma rapidez los andamios, pero al mirar lo realizado en todos estos años sentimos con alegría que vamos cumplido con nuestro propósito. Con las dificultades propias de abordar la calle en una gran ciudad, en ese permanente desafío que significa la elección de cada espacio de representación, el imprevisto siempre presente, tratando de atraer al transeúnte, convertirlo en espectador y luego en voluntario partícipe. Y al ver que fue exactamente lo que hicimos siempre desde el funcionamiento grupal, que desde los orígenes nos integramos a una comunidad, el parque Avellaneda del que somos actores culturales y defendemos un proyecto participativo a través de la MTC (Mesa de Trabajo y Consenso) ley 1153. Que nos multiplicamos, que realizamos encuentros, que hicimos más de 30 espectáculos, uno de ellos (Drácula), que empezaba a las 4 de la mañana y terminaba al amanecer, actuamos en el Cabildo , en Plaza de Mayo, en el Obelisco y en barrios alejados de provincias.
Armamos una escuela de capacitación para este lenguaje y formamos un río que fue alimentando por cada afluente que llegó a nuestro cause, a nuestra causa, a veces más caudaloso pero siempre profundo con ese convencido esfuerzo por permanecer en este lenguaje que elegimos, tan efímero pero tan intenso.
Formamos una fuerte confluencia generando nuevos efluentes que hoy transitan su propio recorrido y muchos formamos De la Calle (unión de grupos de teatro callejero). Hoy mientras estamos atravesando esta pandemia que hiere tan profundamente a toda la actividad cultural teatral independiente, nos seguimos refugiando en la grupalidad, por eso somos parte de GETI (Grupos Estables de Teatro Independiente) y de Escenas (Espacios Escénicos Autónomos); Escultural (Espacios Culturales del Oeste Porteño) y De la Calle (Unión de Grupos de Teatro Callejero). En esta profunda crisis que hoy vive el teatro en general y el independiente en particular, inmersos en un verdadero estado de emergencia cultural (no declarada oficialmente) estrenaremos una vez más.
En casi todas nuestras obras abordamos el tema del poder en sus diversas formas, pero ¿qué contar? ¿De qué hablar hoy en este mundo tan caótico? ¿Tiene sentido nuestro teatro frente a realidades tan crudas? Eso fue lo que nos preguntamos. Y en ese pensar, nos encontramos con un futuro tan oscuro que no nos permite ver. Fue así como decidimos hablar de esta ceguera provocada por nuestra oscura fragmentación. Quedan todos invitados.
*Fundador y director del Grupo de Teatro Callejero La Runfla.
Fragmentos de oscuridad, los caprichosos objetos del destino. Estreno: Sábado 20 de febrero a las 21 hs en Avenida Lacarra y Remedios, Parque Avellaneda. Entrada a la gorra. Informes y reservas al 1536287542.