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DE VILLANO A HROE, POR SU RENUNCIA

Spielberg utiliza el cine para luchar por los DDHH

Su alejamiento del comite artístico de los Juegos Olímpicos en protesta a la situación de Darfur fue elogiada por los círculos activistas, pero muy criticada por los popes políticos mundiales.

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| AFP

El cineasta estadounidense Steven Spielberg abandonó su papel de asesor artístico de los Juegos Olímpicos de Pekin como una medida de fuerza a favor de Darfur, acción respetada pero no compartida por Washington ni China aunque aplaudida por activistas de los derechos humanos.

A pocos días de la decisión del artífice de "Tiburón", potencias mundiales ratifican su presencia en los juegos, polemizan sobre la conveniencia o no de las palabras de Spielberg o aprovechan a criticar la situación de derechos humanos en China, pero pocos incluyen a Darfur en sus comentarios.

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"Yo voy a las Olimpíadas. Yo percibo las Olimpíadas como un evento deportivo", respondió el presidente George W. Bush a la cadena británica BBC el jueves, tras recordar con ironía que tenía "una pequeña plataforma de diferencia con Steven Spielberg".

El creador de "Indiana Jones" lanzó un pistolazo para reforzar una campaña en favor de Darfur, lo cual significó una pérdida de brillo para los créditos de las ceremonias de apertura y cierre de los Juegos Olímpicos, que se disputarán del 8 al 24 de agosto.

Spielberg explicó que adoptó su decisión tras realizar esfuerzos fallidos por convencer al gobierno chino de usar su influencia para estabilizar Darfur. "El gobierno de Sudán carga el grueso de la responsabilidad por estos crímenes en desarrollo, pero la comunidad internacional, y particularmente China, debería hacer más para poner fin al prolongado sufrimiento humano" en Darfur, destacó el director de Hollywood.

Los vínculos políticos entre Pekín y Jartum son considerados un freno a los esfuerzos internacionales para presionar a las autoridades sobre la necesidad de resolver la crisis en Darfur, que ha dejado unos 200.000 muertos y dos millones de desplazados en los últimos cuatro años, según la ONU.

Actrices como Mia Farrow y Emma Thompson, el músico africano Hugh Maseleka, los premios Nobel de la Paz, el obispo sudafricano Desmond Tutu y el abogado iraní Shirin Ebadi, aplaudieron a Spielberg a la par de Human Rigth Watch. Pero los gobiernos de China, Estados Unidos e incluso Sudán coincidieron en una sola cosa: No hay que mezclar el deporte con la política.

"No queremos que un acontecimiento esperado por el mundo entero, se vea perturbado por problemas políticos. Es contrario al espíritu olímpico", afirmó el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores chino, Liu Jianchao.

Otras voces de activistas recordaron que también se debe presionar para que China se apegue al respeto de los derechos humanos. "Spielberg tomó una decisión personal, es su derecho", estimó la jefa de la diplomacia estadounidense Condolezza Rice al responder a un congresista estadounidense sobre la conveniencia de que Washington boicotee los Juegos Olímpicos de Pekín.

"El papel de Estados Unidos no es juzgar quién debe participar en los Juegos Olímpicos o no. Continuaremos más bien manifestando nuestras diversas inquietudes por los derechos humanos y la libertad en China", indicó Rice.

Hasta el comité olímpico de Sudán reaccionó en un tono similar al de Washington y Pekín. "Siempre hemos estado en contra de meter la política en el deporte y nunca mezclaremos las dos cosas", dijo el jueves a la AFP en Jartum, el presidente de este comité y general retirado Salah Mohammed Saleh.

Según el hombre que en los últimos 38 años ha navegado como pez en el agua en el séptimo arte, su tiempo y su energía "no deben dedicarse a la ceremonia de los Juegos Olímpicos, sino a hacer todo lo posible para poner fin a los inenarrables crímenes contra la humanidad que se siguen cometiendo en Darfur".

Una medida polémica pero nada ajena a este "Rey Midas" de los efectos especiales que nunca ha renunciado a exponer su visión de hechos tan sensibles como el racismo, el holocausto o el terrorismo. "Munich", la crónica de celuloide lanzada en 2005 sobre el trágico atentado contra atletas israelíes por parte de un grupo terrorista palestino durante los Juegos Olímpicos de 1972, siguió la línea de ese tipo de filmes, como "El color púrpura" (1984), "La lista de Schindler" (1993), y "Amistad" (1997).

A sus 61 años, Spielberg quiso advertir sobre un drama indiscutible, provocando una noticia que al menos coloque en las primeras planas del mundo las palabras "genocidio" y "Darfur". Pero solo su nombre fue titular y hoy se discute más sobre su medida que sobre la masacre en Darfur y el compromiso internacional para detenerla.