Ya no se verán más flores frescas en la tumba del dictador Francisco Franco, pues no habrá más mausoleo de Estado ni valle de los caídos para el dictador, así lo ha dispuesto hace momentos el Tribunal Supremo español.
España amaneció conmocionada y emocionada. Por esas cosas de la vida, justo me encuentro aquí, y como todas las mañanas me disponía a desayunar viendo el noticiero en la tele. Sucede que el 24 de septiembre el alboroto era tal que la noticia me llegó anticipadamente desde la calle Sin duda le democracia española fortalece su justicia histórica, porque vale decir que la memoria nunca la perdió.
Esta decisión de exhumar y trasladar a un cementerio común los restos del dictador, tomada unánimemente por el Tribunal Supremo, es el resultado de la fuerza de la memoria del pueblo español que nunca en más de 40 años bajo los brazos y mantuvo una lucha que hoy continúa, pues sigue reclamando por los desaparecidos y demás víctimas del horror franquista.
España se pone revisionista y barre la herencia de Franco
También este tipo de decisiones judiciales son sumamente importantes en un momento histórico en donde el avance de los ultranacionalismos y los movimientos anti derechos amenazan a las democracias constitucionales.
Es también importante destacar el rol que la jurisdicción, es decir los tribunales, tienen en las democracias modernas las cuales requieren de la participación activa de todas sus instituciones. Por tal razón, es fundamental que los poderes judiciales sean íntegramente producto de la democracia.
El tribunal supremo español ha dado una muestra de ello, tomó su tiempo, pero llegó.
La historia del misterioso encuentro entre Hitler y Franco
Ahora -tal vez- llegue Manuel Azaña, de quien ahora comienza a mencionarse la posibilidad de su repatriación a España.