Cuando se difundió la noticia de la autodestrucción del cuadro de Bansky en Sotheby’s, al observar la fotografía publicada en Instagram y reproducida por los medios, recordé otra, años atrás, en la denominada Situation Room (Sala de Contingencias) de la Casa Blanca, en la que el expresidente Barack Obama acompañado por parte de su gabinete y algunos mandos militares observan una pantalla en la que se transmite, en directo, la muerte de Osama Bin Laden a cargo de fuerzas estadounidenses.
En aquella foto, difundida entonces por Flickr, antesala de Instagram, el gesto de la exsecretaria de Estado, Hillary Clinton, es el mismo que el de la mujer que asiste incrédula ante la obra de Bansky que, como el mismo escribió en la red, «going, going, gone» (se va, se va, se fue). Clinton y la empleada de Sotheby’s son superadas por la realidad.
No había necesidad de relatar de eso modo la muerte de Bin Laden pero las redes ya proporcionaban en 2011 su capacidad narrativa al servicio de los grandes relatos. Esa foto nos lleva a la cocina, al otro lado, a la intimidad, el territorio propio del reality para convertir todo en espectáculo.
Banksy: de artista callejero a genio de la economía
La mano en la boca de Clinton, conteniendo el aliento es la transmisión emocional de una intimidad. La mano en el rostro de la mujer de Sotheby’s que circuló el 11 de octubre también es un gesto fuera de la disciplina protocolar de Sotheby’s, pero que forma parte del espectáculo.
La obra lo genera y la industria cultural rápidamente explicó que, desde los 300mil euros de salida, se alcanzó un precio altísimo, 1.200.000 euros, ofrecidos justo en el momento de la destrucción parcial de la obra, más cerca ahora de un lienzo de Lucio Fontana que de un grafiti.
Damien Hirst, artista inglés surgido de la factoría de Charles Saatchi, publicista antes que galerista, lo cual no es un dato menor, produjo una serie infinita de pinturas de todos los tamaños posibles en las que solo hay puntos de diferentes colores. He escrito producido y no creado, ya que, como si de una factoría se tratase, la serie de obras se ha realizado en sus talleres por su equipo, de manera industrial.
La galería Gagosian, donde se exhibieron las series, posee una red de once galerías en el mundo y Hirst optó por ocuparlas todas a las vez. Solo las dos sedes de Londres cobijaron más de 300 pinturas con los puntos de colores. El resto de las telas se distribuyeron en las galerías de Atenas, París, Roma, Ginebra, Nueva York, Beverly Hills y Hong Kong. La mayoría de los cuadros pertenecen a colecciones privadas y solo unos pocos salen a la venta pero el experimento no buscó otra cosa que una gran promoción de Hirst. La crítica de arte Estrella de Diego apunta que lo curioso de esta operación es ver cómo una obra de arte puede convertirse en un producto de mercado que hay que lanzar con buen timing, como un iPhone, para hacer más ruido y lograr que nadie quiera quedarse fuera del evento.
Sotheby's en shock: carísimo cuadro de Banksy se autodestruye a la vista de todos
El 15 de septiembre de 2008, en una subasta de su obra en Sotheby’s, Damien Hirst recabó 140 millones de euros. Ese mismo día, el colapso de Lehman Brothers inauguró el hundimiento de los mercados y una crisis que, diez años después, parece no tener fin.
Alex Branczik, el director de Arte Contemporáneo de Sotheby’s para Europa, declaró: «Banksy no destruyó una obra de arte en la subasta, creó una nueva. Tras su intervención sorpresa, nos complace confirmar la venta del recién titulado Love is in the Bin [nuevo nombre dado la obra original, xxx, después de la destrucción], el primer trabajo artístico de la historia que se creó en vivo durante una subasta». Trabajo que, como hemos dicho, duplicó su valor en el momento de ejecutarse y ser parcialmente destruido.
Performace total: la obra se daña y reproduce en nuevo objeto artístico no en el taller sino en el ámbito de la transacción, ante los ojos del mundo. Espectáculo global. Es lógico que se hable de números: es la esencia. Y nadie se llevará la mano a la boca ante el resultado final.