IDEAS
Clima preelectoral

Degradar la democracia para vivir en autocracia

El rol e intereses de los políticos y de los ciudadanos en una sociedad democrática.

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elecciones | telam

Todo clima preelectoral,  genera sensaciones que se repiten a lo largo de los años como preanuncio de cada vez peores consecuencias.

En los políticos hay un mensaje subyacente muy claro: no quieren que los ciudadanos participen, quieren que los voten. Les hablan como si fueran estúpidos. Dicen con seguridad absoluta, “nosotros somos los buenos que nunca nos hemos equivocado”, “los otros están completamente equivocados y son la causa de todos los males”. Cuando hablan, no aguantan dos segundos sin culpar al otro.

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El ciudadano intuye y comprueba que las bases fundamentales de una democracia no existen o están seriamente debilitadas. La democracia no es un gobierno de reyes, es un gobierno de leyes. El respeto a las leyes y a las minorías es elemental.  También la obligación de crear  acuerdos básicos, con la más amplia participación, única posibilidad y garantía del desarrollo y crecimiento de un país. La democracia es el único sistema que se reconoce imperfecto, y sabe que su obligación es perfeccionarlo permanentemente sin exclusiones. Otra obligación es la transparencia administrativa y la rendición de cuentas al Ciudadano y al Estado, como algo normal y corriente, y no como excepción de teatrales interpelaciones.

Hablar de acuerdos e insistir permanentemente en desacuerdos, solo crea parálisis, desazón, imposibilidad de construir, y lo más grave la pérdida de confianza.

La democracia es el único sistema que se reconoce imperfecto, y sabe que su obligación es perfeccionarlo permanentemente sin exclusiones.

Crear mayorías de votos hasta aquí nos trajo, hay que crear mayorías de ciudadanos que adhieran a proyectos básicos. Estos acuerdos deben realizarse antes de las elecciones, caso contrario son sólo palabras, que nunca se concretan. Los acuerdos no son una virtud de  dirigentes iluminados, son la base de la solución de los problemas más graves, los cuales no pueden resolverse  sin la activa participación de todas las partes implicadas.

Por qué insistir en la lógica de exclusión: son ellos o nosotros, en vez de aplicar la lógica de inclusión que dice: son ellos y nosotros. Si este cambio fuera posible, mejoraría la paz interior y se abrirían muchas puertas en el exterior. No se pueden solucionar problemas básicos sin un horizonte de planificación de por lo menos diez años. Si no se hace esto se cae en la irrealidad e incompletud de  promesas salvacionistas con permanentes retrocesos.

La democracia no se aprende estudiando democracia, sino estudiando y viviendo en organizaciones democráticas

Hay una educación que enseña a mandar y obedecer, pero no a vivir en libertad. Una educación que enseña a sobrevivir en estructuras de poder, pero sin la menor idea de lo que significa construir en estructuras de cooperación. Pero vivir en democracia, en libertad y cooperar en proyectos para el bien general son imposibles sin una conducta ética. La educación autoritaria es la madre del prejuicio y éste una máquina de exclusión y manipulación. Para mantener esta máquina hay que concentrar y perpetuarse en el poder. Para esto hay que tener una idea absoluta, cuyo dueño y seguidores tendrán todo el derecho a pensar que todo lo demás es relativo, aún la vida de los otros. Dado este fin cualquier medio es válido, por tanto se pueden anular leyes y poner las propias, censurar, coaccionar, falsear datos y estadísticas que respalden esta bondad absoluta. Así se construye el paraíso autocrático. La democracia no se aprende estudiando democracia, sino estudiando y viviendo en organizaciones democráticas. Hay organizaciones sociales empezando por las educativas que le tienen pánico a la democracia, tal vez no pudieron aprender que la democracia está en las antípodas del asambleísmo y cualquier tipo de autoritarismo. Sólo en democracia hay autoridad ejemplar.

A los candidatos sólo les preguntan “nombres”, nunca qué proyectos tienen, cómo y con quiénes los llevarían a cabo. Pero los ciudadanos saben que los candidatos sin una arraigada conducta democrática y no dispuestos a acordar están admitiendo, que quieren seguir siendo causa del problema y no de la solución.

* Licenciado en Psicología por la Facultad de Psicología. Asesor de distintas Organizaciones Educativas.