El boletín digital cambia la gestión de la escuela

Ya no es fácil repetir la vieja “tradición” escolar donde los estudiantes aplazados “firmaban” truchamente su boletín de calificaciones para devolverlo a la escuela sin que los padres se enteraran. Es que con un poco de creatividad y desarrollo, apoyados en tecnologías Cloud, apps y smartphones, una compañía encontró, hace ya casi dos décadas, que había un nicho sediento con la necesidad de tener mejores comunicaciones entre la escuelas y los padres sobre la evolución cotidiana de sus hijos. Y de paso ponerle punto final a una tradición.

“Nuestro sistema les permite a las familias y a los alumnos acceder, desde cualquier dispositivo conectado a internet, a información académica actualizada. Desde las notas, a temas de conducta,  actividades extracurriculares y otros aspectos de la vida escolar”, explicó Ariel Gringaus, gerente general de la empresa Colegium. Y agregó: “Desarrollamos esta solución para poder atender las necesidades de los padres que necesitan estar más involucrados en la educación de sus chicos. Y con estas opciones pueden acceder a los datos en cualquier momento del día. La tecnología sirve como un canal de comunicación y acerca a todos los actores del proceso educativo”.

La idea y la necesidad original la tuvieron hace ya 19 años y en poco tiempo la hicieron debutar en Chile. Luego extendieron la oferta a Brasil, Colombia, México y Uruguay. En Argentina actualmente trabajan con doscientos cincuenta colegios, mayoritariamente en Capital Federal y Buenos Aires, pero también tienen como clientes a instituciones de Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y otras provincias.

“El lema que nos guía es ‘Más tiempo para educar’, y por eso ofrecemos la digitalización y el acceso remoto al cuaderno, el boletín, la libreta de presentismo y otros datos de las actividades escolares”, detalló Gringaus.

El modelo de negocios que eligieron es Software as a Service (SAAS). “Esto significa que los colegios que nos contratan pagan una mensualidad como servicio, que incluye, en el caso de Colegium, todo: los sistemas contratados, la implementación, la capacitación para usarlo, desarrollos y reportes a medida, actualizaciones, mesa de ayuda, etc”.

Un tema clave es la seguridad. Todos los datos de los alumnos quedan guardados en los servidores del colegio. Y los padres pueden instalarse una app para acceder, con usuario y contraseña, a esos datos. “Cuidamos mucho el tema. En los 19 años de experiencia nunca tuvimos hackeos en ningún colegio”, aseguran desde la empresa.

Los directivos de la compañía se entusiasman con las amplias opciones de crecimiento: “Basta pensar que el universo de clientes posibles en Argentina es muy grande. Hay 11 mil colegios privados y cerca de 34 mil escuelas públicas en todo el país”, repasó Nicolás Schenquermann, gerente regional de Colegium para Argentina.

—¿Han logrado ofrecer e instalar esta solución en el ámbito público?
—Estamos en ese proceso. Ya estamos en una escuela de Entre Rios y en una de provincia de Buenos Aires. También hemos licitado en varias oportunidades en CABA y otras provincias. Y en otros países ya estamos trabajando con varios gobiernos.