El concepto “on demand” que se impuso con fuerza en el negocio del entretenimiento, parece extenderse de a poco hacia una industria totalmente distinta, pero igual de popular en cuanto a su penetración en la vida cotidiana: la automotriz; o más bien, la del transporte de las personas, a través del sistema de “car sharing”.
Este consiste en el alquiler de un auto de cualquier tipo y para cualquier uso, por períodos de horas, días o incluso meses, con algunas particularidades que lo diferencian del renting tradicional de autos. Por ejemplo: mayor variedad de modelos, la posibilidad de elegir uno determinado y no “de segmento”; modalidades de retiro y entregas automatizadas y hasta servicios “puerta a puerta”.
La teoría explica que si bien utilizar un automóvil para los traslados cotidianos puede ser muy cómodo si se compara con el uso del transporte público, implica una enorme subutilización de “capacidad instalada” y por ende un alto costo improductivo. Más si dentro de ese costo se consideran a todos los gastos asociados a la propiedad de un automóvil, como son los impuestos de patente, multas, seguros, estacionamientos y mantenimiento.
La primera automotriz que vislumbró en esto un posible cambio de tendencia en el uso tradicional del automóvil fue la japonesa Toyota, que en noviembre pasado lanzó en Argentina su sistema “Mobility Service” y ya cuenta con una flota de 145 vehículos destinados a esto en 14 concesionarios (nueve de ellos en Capital Federal).
Según definen sus ejecutivos, esta plataforma constituye “el primer paso en la transición a largo plazo definida por Toyota Motor Corporation para convertirse de una compañía fabricante de automóviles en una empresa de movilidad”.
“No se trata de un cambio en el modelo de negocio como fabricantes, sino de algo complementario: en el futuro cercano la gente va a seguir necesitando movilizarse, pero no necesariamente con un vehículo que sea de su propiedad”, explica Gustavo Salinas, gerente de marketing de la automotriz.
Otras automotrices, como Mercedes-Benz y Volkswagen ya planean sistemas similares para competir en esta modalidad de uso de los autos, aunque sin fecha de largada. Incluso la primera de éstas hace ya varios años trajo al país su sistema de “car pooling” especialmente para el ámbito corporativo, que apunta a compartir el auto con otros pasajeros para trayectos predefinidos.
Pero el tercer jugador en el mercado del “car sharing” está pronto a llegar: a fines de este mes se presentará oficialmente la marca “Awto” asociada en principio a modelos de distinta gama de Nissan Argentina. Propondrá también un sistema de alquiler fraccionado por horas o incluso minutos, a través de una aplicación y un software muy amigable y con distintas funciones, según se puede anticipar desde su página web. La presentación en sociedad está planeada para el 26 de marzo.
Tendencia. Hace apenas un año, los hermanos Rodrigo y Gerónimo Pérez Terra ya habían dado el primer paso hacia la instalación del concepto, con su marca My Keego, luego de pasar por la experiencia del alquiler tradicional en un pequeño nicho de consumo comprendido en los márgenes de Nordelta.
“Nos dimos cuenta que trabajábamos siempre con los mismos clientes y que el sistema tradicional iba quedando obsoleto”, cuenta Rodrigo a PERFIL. Así, crearon una app que permite la automatización del proceso de alquiler, asociada a un sistema mucho más ágil para el retiro y las devoluciones. Con ello, extendieron su alcance desde Nordelta hacia el corredor norte de la Ciudad de Buenos Aires (Palermo, Núñez, Belgrano) y zonas de Vicente López y San Isidro.
“Se viene un boom en este tipo de servicios ‘on demand’, pronostica Rodrigo, tras contar que en los últimos meses la tasa de activaciones fue de entre treinta y cuarenta personas por día. La mejor muestra de que el sistema ‘prende’ es que registran una ‘tasa de segundo uso’, es decir, de usuarios que luego de la primera experiencia la repitieron otra vez, de alrededor del 65%”.
“Son cambios de las formas de consumo que están especialmente imponiendo los usuarios más jóvenes”, dice Salinas, de Toyota. “Son usuarios de automóviles más racionales que emocionales, y con certeza que este modo de uso va a seguir creciendo. Nosotros queremos tener un rol más abarcativo en estos cambios”, concluye.