Días antes de cumplirse 70 años del inicio de la Guerra de Corea, el antiguo imperio hoy dividido en una república democrática y una dictadura comunista se enfrascó esta semana en una nueva "batalla" de panfletos políticos que caen desde los cielos.
La ONG Combatientes por la Libertad de Corea del Norte, del desertor norcoreano Park Sang-hak, anunció que lanzó desde el territorio surcoreano 20 globos con 500.000 nuevos folletos de propaganda anti-Pyongyang hacia Corea del Norte. Explicó que los globos fueron lanzados desde la localidad fronteriza de Paju, a unos 20 kilómetros de la oficina de enlace de Kaesong, destruida por las autoridades norcoreanas tras el anterior lanzamiento de folletos.
La organización dijo que no puede tolerar el hecho de que en el siglo XXI existen regímenes "que llevan a cabo ejecuciones públicas con cañones antiaéreos, y matan a gente a golpes en los campos de prisioneros políticos". Además, criticó al gobierno surcoreano de Moon Jae-in por "engañar a su propio pueblo" al firmar acuerdos con Corea del Norte, "presentándolo todo como si Kim Jong-un quisiera deshacerse de las armas nucleares".
Los Combatientes por la Libertad de Corea del Norte equipararon los intentos de Moon de poner en marcha una cooperación con el Norte con los esfuerzos del exprimer ministro británico Neville Chamberlain para hacer paces con Adolfo Hitler: "Por delante está el enemigo feroz Kim Jong-un, y por detrás nos amenaza el régimen de Moon Jae-in, quien se ha convertido en un sirviente de nuestro principal enemigo. Pero la lucha solitaria de los desertores norcoreanos (...) es una lucha justa por la libertad y la liberación de 20 millones de habitantes de Corea del Norte", destaca el comunicado.
Mientras tanto, Corea del Norte prepara la contraofensiva propagandística para los próximos días con la "mayor distribución de panfletos contra el enemigo", informó el lunes la agencia oficial de noticias KCNA.. El régimen tiene la intención de lanzar "millones" de folletos sobre el Sur. De hecho, en las últimas semanas, el régimen norcoreano multiplicó los ataques verbales contra su vecino, especialmente a causa de las octavillas de propaganda que los desertores norcoreanos instalados en el Sur envían con globos.
Después de haber roto los canales oficiales de comunicación, Corea del Norte destruyó la semana pasada la oficina de enlance intercoreana, que había sido abierta en septiembre de 2018 justo en el norte de la Zona Desmilitarizada (DMZ), y era el símbolo del acercamiento entre los dos países.
Pyongyang también amenaza con reforzar su presencia militar en la DMZ y, según varios expertos, podría querer provocar una crisis como estrategia para obtener concesiones, en un momento en que las negociaciones internacionales sobre la desnuclearización están en punto muerto. Oficialmente, la causa de la indignación norcoreana es la propaganda enviada mediante los globos.
"La ira y el odio del pueblo"
"Las empresas de publicación y de impresión a todos los niveles en la capital produjeron 12 millones de folletos de todo tipo que reflejan la ira y el odio del pueblo", según la agencia KCNA. Se prepararon más de "3.000 globos de todo tipo capaces de dispersar panfletos en el interior del territorio de Corea del Sur", prosiguió KCNA, que también menciona otros medios de difusión, aunque no precisa cuáles.
"Se acerca el momento de la represalia", advierte el gobierno de Kim. Uno de los folletos mostrados en el periódico oficial Rodong Sinmun llevaba una imagen del presidente surcoreano Moon Jae-in bebiendo de una taza, con un texto que rezaba: "Se lo comió todo, incluido el acuerdo entre Corea del Norte y Corea del Sur".
Las dos partes de la península coreana solían enviar regularmente folletos al otro lado de la frontera pero acordaron detener esas actividades de propaganda, incluidas las transmisiones de altavoces, en la primera cumbre de Moon y Kim en 2018. Sin embargo, días atrás el gobierno de Kim presentó estos documentos como instrumentos de "guerra psicológica" y como "un ataque preventivo antes de la guerra".
El impacto de estas octavillas en el Sur es muy limitado porque la mayoría de los surcoreanos ni siquiera las leen. Pero, en alguna ocasión, estos panfletos exacerbaron las tensiones, como en octubre de 2014, cuando el Norte abrió fuego contra los globos que los transportaban, lo que provocó disparos entre los dos bandos de la DMZ. Además, el Ministerio de Unificación de Corea del Sur presentó una denuncia contra Combatientes por la Libertad de Corea del Norte y el grupo de desertores Keunsaem, que suele enviar a Corea del Norte botellas de plástico con arroz y propaganda anti-Pyongyang.
Las relaciones intercoreanas están estancadas tras el fracaso de una cumbre en Hanói entre Kim y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a principios del año pasado. Esa cumbre estaba centrada en discutir las concesiones que Corea del Norte estaba dispuesta a aceptar para que los países occidentales disminuyan las sanciones económicas implementadas en su contra.
DS