Un grupo de ladrones perpetró este lunes un robo a la Bóveda Verde, la cámara del tesoro del Castillo de Dresde (Sajonia) que guarda una invaluable colección de joyas y obras de arte del siglo XVIII, llevándose un botín por un valor que podría alcanzar los 1.000 millones de euros (unos 1.100 millones de dólares). Según el diario alemán Bild, podría tratarse del robo de arte más grande desde la Segunda Guerra Mundial.
El servicio de seguridad del museo alertó de madrugada del robo, cometido supuestamente después de que dos personas entrasen en el interior del palacio, antigua residencia de los reyes y príncipes de Sajonia, tras romper el cristal de la ventana. Las autoridades sospechan que estas dos personas no actuaron solas y que hay más implicados. Los delincuentes se llevaron unos cien objetos de la colección del príncipe Augusto "el Fuerte" de Sajonia (1670-1733), entre botones, hebillas, adornos de sombrero y medallas decorados con diamantes, rubíes, esmeraldas o zafiros.
El museo que fue blanco de los delincuentes, frecuentemente llamado la mayor colección de joyas de toda Europa, fue creado entre 1723 y 1730 por Augusto II el Fuerte, elector de Sajonia. La colección de la institución ocupa dos pisos del Palacio de Dresde.
La responsable de las Colecciones Estatales de Arte de la ciudad de Dresde, Marion Ackermann, reconoció que el valor de los bienes robados no puede cuantificarse en cifra, ya que el valor artístico del conjunto supera al material, dijo la agencia alemana dpa. Mientras tanto, el primer ministro de Sajonia, Michael Kretschmer, lamentó lo sucedido principalmente por la importancia de la colección asaltada. "No se puede entender la historia de Sajonia, sin la Bóveda Verde y sin las Colecciones Estatales de Arte", dijo.
Marion Ackermann aseguró que el robo significó una catástrofe cultural e histórica y añadió que no puede medirse en dinero por lo que se niega a hablar de valores millonarios En principio, los objetos culturales de los museos públicos en Alemania no están asegurados: los daños están cubiertos por la llamada responsabilidad del Estado que es atractiva para los museos públicos, ya que no tienen que pagar primas de seguro.
Según los expertos, la venta de diamantes robados en el mercado libre es extremadamente difícil. Margaux Donckier, portavoz del centro de comercio de diamantes de Amberes, el más importante del mundo, dijo que estos vendedores están estrechamente conectados y tienen acceso a información sobre piedras robadas en todo el mundo a través de bases de datos.
A diferencia de una moneda de oro, que puede venderse fácilmente como metal precioso, las joyas de Dresde solo conservan su valor único como piezas enteras. Un broche o un diamante pueden ser desmontados, pero los comerciantes notarían inmediatamente un diamante de origen dudoso, entre otras cosas, debido a la antigua técnica de esmerilado.
La experta Donckier del centro de comercio de diamantes de Amberes, donde se comercializan piedras por valor de 48.000 millones de dólares estadounidenses (44.000 millones de euros) por año, señala que el rol del público es muy importante. Cuando, hacia 2016, a la celebridad estadounidense Kim Kardashian le robaron joyas en París por un valor estimado de nueve millones de euros, se corrió la voz rápidamente: entonces, los bienes se volvieron invendibles.
Según el seguro Ergo, que también asegura obras de arte, las joyas no suelen ser robadas por su valor histórico, sino por su alto valor comercial: las joyas pequeñas pueden alcanzar cifras de venta muy altas. Ergo indica que cuando los objetos son desmantelados, pueden entrar en el flujo económico y esto encubriría los rastros de los perpetradores, informó dpa.
Se trata del segundo robo de relevancia en Alemania en los últimos años, tras el de una pieza de oro gigante de 100 kilos en 2017, valorada en unos 3,75 millones de euros, en el Bode-Museum de Berlín. Varios sospechosos de ese robo están siendo procesados, mientras que la pieza, al parecer, fue fundida.
A partir de 1723, Augusto II de Polonia, que reinó en el siglo XVIII, depositó en la Bóveda Verde piezas procedentes del Renacimiento y del Barroco. Una parte del museo fue destruida durante la II Guerra Mundial por los bombardeos de los Aliados mientras el Ejército Rojo tomó parte de las obras y se las llevó a la Unión Soviética. En 1958 las joyas fueron devueltas a Dresde, en la entonces Alemania del Este.
Construido en el siglo XVI, el museo es conocido por contener una de las más importantes colecciones de joyas antiguas de Europa y posee piezas únicas de orfebrería, piedras preciosas, porcelana, esculturas de marfil o ámbar, bronces y recipientes decorados con gemas. Una de las más prestigiosas del museo, un diamante de 41 quilates, está expuesto actualmente en el Museo Metropolitano de Nueva York. El museo fue renovado en 2004. Las colecciones antiguas se encuentran en la planta baja, donde se cometió el robo, y el primer piso acoge exposiciones temporales.