La desaparición de un avión de la compañía argelina Air Algérie, con 119 personas a bordo, ocurrida esta madrugada cuando volaba entre Uagadugú y Argel, es uno de los sucesos aéreos más graves en lo que va de año y el segundo más trágico en este mes de julio.
El accidente más grave se registró el pasado día 17, cuando el Boeing-777 de Malaysia Airlines con 298 pasajeros a bordo se estrelló en la región oriental de Donetsk, escenario de combates entre las fuerzas gubernamentales de Ucrania y los rebeldes prorrusos.
El aparato del vuelo MH17 que cubría la ruta entre Amsterdam y Kuala Lumpur fue presuntamente derribado por un misil tierra aire, según los servicios de inteligencia de EEUU, que sin embargo no han podido especificar la autoría del ataque. La mayoría de los pasajeros, 192, eran de nacionalidad holandesa, uno de los cuales con doble nacionalidad estadounidense.
El último siniestro aéreo antes del de hoy se produjo ayer, miércoles, con 48 fallecidos después de que un avión de pasajeros realizara un aterrizaje de emergencia en la isla de Taiwán, en el aeropuerto de Magong.
En el aparato, un bimotor ATR 72 de la compañía taiwanesa TransAsia Airways, viajaban 54 pasajeros -entre ellos, cuatro niños- y 4 miembros de la tripulación. El vuelo GE222 tuvo que despegar del aeropuerto de Kaohsiung Siaogang (situado al suroeste de Taiwán) con más de una hora de retraso debido a las malas condiciones atmosféricas derivadas del tifón Matmo que afecta estos días a la isla. Según lo previsto, debía aterrizar en Penghu, una media hora después.
Además, en lo que va de año destaca el trágico accidente ocurrido el 8 marzo, al desaparecer el Boeing 777-200 de Malaysian Airlines que despegó de Kuala Lumpur (Indonesia) con destino a Pekín. En él viajaban 239 personas de 13 nacionalidades, aunque la mayoría (153) eran chinos. Los radares perdieron su situación sobre el océano Índico 7 horas después de despegar.