Joe Biden, presidente de Estados Unidos, manifestó que hay un amplio acuerdo con los principales líderes de Europa para mantener la posición de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en el Este contra Rusia. Las declaraciones surgen luego de que este lunes se conociera que los norteamericanos alertaron a 8.500 militares a estar pendientes de lo que suceda con las tropas de Vladimir Putin. El miércoles, en Francia, representantes rusos, ucranianos y galos tendrán una cumbre para "desescalar" el conflicto.
"Tuve una muy, muy, muy buena reunión: unanimidad total con todos los líderes europeos", fueron las animadas palabras de Biden luego de haber tenido una videollamada de 80 minutos con sus aliados de la OTAN. En simultáneo, el gobierno norteamericano hacía correr la versión de "alerta" a cerca de 9 mil militares para que se alisten en caso de que Rusia quiera avanzar sobre tierras ucranianas.
Desde la cúpula del Pentágono reconocieron que se trató de un gesto de fuerza para el Kremlin. "Envía una señal muy clara a Putin de que nos tomamos en serio nuestras responsabilidades con la OTAN", dijo sin vueltas el portavoz del Pentágono, John Kirby.
Este lunes 24 de enero, se conoció que la OTAN cubrió el Este europeo con más dispositivos bélicos luego de enviar aviones F16 de Noruega a Lituania, una fragata española al Mar Negro, aviones F-35 de Holanda a Bulgaria y tropas francesas a Rumania.
Además, Estados Unidos comenzó la retirada de su personal diplomático de territorio ucraniano, en alerta por la creciente conflictividad. La misma línea siguieron Reino Unido y Australia que invitaron a los familiares de sus diplomáticos a abandonar Kiev. Francia, por su parte, pidió a sus ciudadanos que eviten viajar a la capital báltica si no es esencial.
La postura de Reino Unido, la palabra de Alemania y el pedido del presidente de Ucrania
Tanto desde el gobierno del discutido Boris Johnson como del nuevo gabinete de Alemania se mostraron aunados en remarcar la unión de los gobiernos fuertes del Viejo Continente y advertir que si Rusia avanza sobre Ucrania habrá consecuencias.
"Los líderes coincidieron en la importancia de la unidad internacional frente a la creciente hostilidad rusa", fueron las palabras que trascendieron desde el número 10 de Downing Street, en Londres.
La ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, fue más contundente y dijo que si las fuerzas rusas agreden ucrania tendrán una "respuesta clara" del continente europeo. También aclaró que continuará el apoyo económico al país báltico.
Desde Ucrania ven con desconfianza esta postura de Alemania, que se muestra aunado con los líderes europeos pero se negó a enviar armamento a las milicias en conflicto. El presidente ucraniano Volodimir Zelensky, le envió un mensaje directo al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, manifestandole que era "importante preservar la unidad de todos los estados miembros de la UE para proteger la soberanía y la integridad territorial" de su país.
No todo es anuencia y acuerdo, sin embargo, dentro de la unión occidental. La prueba de esto es la postura del jefe de política exterior de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, quien se mostró más medido ante el avance de la OTAN. "Es necesario permanecer tranquilo y hacer lo que sea necesario, pero evitando una crisis de nervios", dijo Borrell, tratando de diluir un poco la escalada.
Biden afirmó que "será desastroso para Rusia" si Putin invade Ucrania
Cumbre en Francia para intentar resolver el conflicto por Ucrania
Desde París se anunció que funcionarios de los gobiernos rusos y ucranianos se van a reunir con diplomáticos de Francia y Alemania este miércoles para tratar de encontrar “un camino para desescalar” el conflicto.
Al momento, hay 100 mil rusos equipados en la frontera con Ucrania exigiendo que no se unan a la OTAN, un pedido rechazado por la organización internacional occidental que, a manera de contragolpe, pide que sea Rusia la que cese su posición en base a amenazas de sanciones económicas.
En pleno invierno, los países del Viejo Continente dependen en un 40% del gas que viaja desde tierras rusas. Sin embargo, países como Polonia y otros que forman parte de la zona del báltico miran con desconfianza a Rusia por su pasado como integrantes de la Unión Soviética.
GI/ff