El presidente estadounidense, Joe Biden, exigió ayer al Congreso “dar un paso al frente” y superar las divisiones para acelerar el envío de ayuda a Ucrania, tras el masivo ataque aéreo ruso sobre varias ciudades, que demuestra que el Kremlin espera “destruir” al país.
“A menos que el Congreso tome medidas urgentes en el nuevo año, no podremos seguir enviando las armas y los sistemas vitales de defensa aérea que Ucrania necesita para proteger a su pueblo. El Congreso debe dar un paso al frente y actuar sin más demora”, dijo Biden en un comunicado.
El último bombardeo que cayó sobre Ucrania (estimado por las autoridades ucranianas en incluir 158 misiles y drones de ataque) fue el “mayor asalto aéreo contra Ucrania desde que comenzó esta guerra”, dijo Biden. El “ataque brutal” incluyó misiles con capacidad hipersónica, agregó el presidente estadounidense.
“Es un crudo recordatorio para el mundo de que, después de casi dos años de esta guerra devastadora, el objetivo del presidente ruso Vladimir Putin permanece sin cambios. Quiere destruir a Ucrania y subyugar a su pueblo. Hay que detenerlo”, dijo Biden.
El líder del Partido Demócrata dijo que los estadounidenses deberían estar “orgullosos” de que la ayuda militar estadounidense haya ayudado a Ucrania a luchar por su “libertad e independencia”.
Lo que está en juego, dijo Biden, es el futuro de la alianza de la OTAN y la seguridad de Europa y Estados Unidos: “Cuando a los dictadores y autócratas se les permite pisotear Europa, aumenta el riesgo de que Estados Unidos sea arrastrado directamente”.
La oposición republicana bloquea en el Congreso una renovación de la asistencia militar estadounidense a Ucrania. El jueves se anunció un envío final de fondos previamente aprobados, por valor de 250 millones de dólares. Sin la acción del Congreso, el futuro de la ayuda estadounidense está ahora en duda.
