Biden y un mensaje con ataques a Trump y señales de firmeza

En el discurso del estado de la Unión, los presidentes estadounidenses presentan una lista extensiva de logros y promesas a cumplir. Joe Biden, el jueves por la noche, aprovechó la gran audiencia para tratar de seducir votantes para las elecciones de noviembre.

Biden mencionó a Donald Trump, su rival si la Justicia no se lo impide, 13 veces, aunque sin decir su nombre, solo como su “predecesor”.

En los primeros cinco minutos, calificó los comentarios de Trump animando al presidente ruso, Vladimir Putin, a hacer “lo que demonios quiera” en Europa, como “indignantes, peligrosos” e “inaceptables”.

Continuó destacando cómo su “predecesor” intentó reescribir la historia de la insurrección del Capitolio del 6 de enero de 2021; cómo no se había preocupado cuando la pandemia empezó; cómo había hecho poco para combatir a China y cómo no había actuado contra la violencia armada.

Dentro del discurso, de 68 minutos, Biden dedicó una gran parte a la política internacional: otra anomalía para mensajes por el estado de la Unión. Las dos guerras en el foco global, Ucrania-Rusia e Israel-Hamas, han generado una crisis tal que divide la propia coalición política de Biden y al Partido Demócrata.

Incluso antes de que entrara en el Capitolio, las protestas a lo largo de la ruta de su caravana pusieron de manifiesto el descontento generalizado por su gestión de la guerra en la Franja de Gaza.

Biden dejó en claro el imperativo de permitir la entrada de ayuda humanitaria a la Franja, y anunció que estaba dando instrucciones al ejército estadounidense para que construyera un puerto temporal en Gaza que permitiera la entrada de alimentos, agua y medicinas.

Destacó la mejora económica tras la pandemia y la caída de la inflación. “Heredé una situación al borde del abismo”, dijo. “Ahora nuestra economía es la envidia del mundo”.

Biden optó por centrarse, en gran medida, en temas que los demócratas confían en que los ayuden en las elecciones, como la subida de los impuestos a los ricos y las empresas, y la reducción del costo de los medicamentos con receta,

Y en vez de enfocar su discurso en el tema que más preocupa a los votantes, según las encuestas, es decir la migración, se ocupó en el que más interpela a su electorado potencial: el aborto. El derecho reproductivo de las mujeres fue clave en las victorias demócratas en 2022 y 2023, desde que la Corte Suprema estadounidense anuló el caso Roe vs. Wade.

“Volveremos a ganar en 2024”, predijo. El discurso sirvió como mapa de los principales temas sobre los que Biden se centra, incluida la democracia. “Dios mío, ¿qué libertades van a quitar ahora?”, preguntó.

Además de defender esos derechos, se defendió a sí mismo y enfrentó las críticas por su edad. Biden es el presidente más grande que ha tenido el país, a los 81 años, y ha recibido bastantes críticas por ser demasiado mayor para ejercer un segundo mandato.

Habló en forma enérgica, casi a los gritos, en un esfuerzo por mostrar energía y vitalidad. Discutió varias veces con los republicanos presentes en el salón, desviándose de su discurso, preparado para improvisar sus réplicas.

El presidente y sus asesores habían preparado –de hecho, la buscaron– una interacción con los legisladores del Partido Republicano. Apuestan a que la gente busca un luchador que tenga energía para enfrentarse a sus rivales, políticamente, y en el escenario mundial.

Y cuando se acercaba al final de su discurso, bromeó sobre su edad. “Sé que puede que no lo parezca, pero llevo mucho tiempo aquí”, bromeó, entre risas. “Y cuando llegás a mi edad, ciertas cosas se ven más claras que nunca”. Terminó el discurso con un final aún más estruendoso, que arrancó la habitual ovación en pie de los demócratas.