El presidente Jair Bolsonaro extremó hoy sus declaraciones al punto tal de verbalizar como amenaza que está dispuesto a “no cumplir” con la Constitución brasileña. La disputa entre el jefe de Estado con la Corte Suprema y con el Tribunal Superior Electoral alcanzó el paroxismo, luego que el juez Alexandre de Moraes lo incluyó en una investigación sobre Fake News que lleva adelante esa máxima instancia judicial, en la cuál lo considera como sospechoso.
“Aquí nadie es más macho que nadie” declaró el gobernante al referirse, directamente, al magistrado Moraes. “¿Está dentro de las cuatro líneas de la Constitución?” se indagó a sí mismo ante las cámaras de TV, al comentar la decisión judicial de iniciarle una causa al acusarlo de proferir “noticias falsas”. Enseguida esbozó su propia respuesta: “No está dentro de la Constitución. Entonces, el antídoto para eso está también en no atenerse a la Constitución”.
Moraes, miembro de la Corte, tomó su decisión de escrutar al presidente brasileño a partir de la eventual comisión de los siguientes delitos: calumnia, difamación, incitación al delito, apología de delincuentes y asociación delictiva. Pero las acusaciones más importantes se refieren al empleo, por parte de Bolsonaro, “de violencia o grave amenazas al orden, al régimen vigente y al Estado de Derecho”. Completa la lista con ilegalidades como “incitar a la subversión del orden político y social”.
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El presidente reaccionó con rispidez: Moraes, dijo, “me acusa de mentiroso. Es gravísimo en una causa que carece de cualquier base jurídica”. Más aún, resolvió lanzarle una nueva intimidación: “La hora de él (Moraes) va a llegar. No da para continuar con un ministro arbitrario, dictatorial”.
No satisfecho, Bolsonaro extendió su belicosidad a otro miembro de la Corte, el juez Luis Roberto Barroso, quien además presidente el Tribunal Superior Electoral. Es con este magistrado con quien mantiene un prolongado conflicto. El origen de la pelea es el uso de las urnas electrónicas. El presidente sostiene que este sistema es fácilmente permeable a acciones de hackers y argumenta que la única manera de garantizar que no haya fraude es volver al voto impreso.
Del otro lado, el TSE le replicó que no hubo “nunca” un fraude desde que se impuso el sistema por computadora en 1998.Para respaldar su postura, el presidente brasileño está dispuesto a encabezar una manifestación en la Avenida Paulista, eje clave de la ciudad de San Pablo: “Vamos a pedir el cambio de sistema”. Para Bolsonaro, en 2018 (año en que él resultó electo) un hacker invadió las urnas; se basó para esa afirmación en una investigación de la policía federal. Pero el TSE replicó que “el episodio (de 2018) no implicó ningún riesgo para las elecciones”.
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Contra aventuras autoritarias
En el ambiente intelectual, artístico, universitario y político, las amenazas procedentes del jefe del Palacio del Planalto provocaron angustia y decisión de confrontar ideas “golpistas”.
El rechazo, a través de un extenso comunicado, fue firmado por empresarios, economistas, diplomáticos, profesores y políticos de las más diversas corrientes, en un arco que va desde la centroizquierda a la centroderecha.
En la proclama afirman que “un principio clave de una democracia saludable es la realización de elecciones y la aceptación de los resultados que surjan de las urnas”. A modo de sentencia el comunicado concluye: “El país tendrá elecciones y sus resultados serán respetados. La sociedad brasileña es garante de la Constitución y no aceptará aventuras autoritarias”.
*Autora de Brasil 7 días. Desde San Pablo, Brasil.