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Brasilia
La economía de Brasil salió de la recesión técnica, pero sigue estancada. Así quedó reflejado en los datos divulgados ayer por el gobierno de ese país, que indican que el PBI creció 0,1% en el tercer trimestre respecto del segundo, luego de dos períodos consecutivos en los que el producto se había contraído. Los números se conocieron un día después de que la presidenta Dilma Rousseff confirmara al economista ortodoxo Joaquim Levy como ministro de Hacienda para su segundo mandato.
Las cifras difundidas por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas refuerzan las previsiones negativas de los analistas económicos, que proyectan una fuerte desaceleración y un crecimiento anual de sólo 0,2% para 2014. De confirmarse tal pronóstico, la expansión de este año sería la menor desde 2009, cuando la nación sufrió una contracción de 0,33%.
Las estimaciones de los gurúes financieros, sin embargo, están muy por debajo del crecimiento de 0,9% que espera el gobierno de Rousseff. En cualquier caso, Brasil experimenta una importante retracción luego de la ligera recuperación de 2013. Aunque es cierto que el estancamiento sigue vigente, la expansión de 0,1% del PBI entre julio y septiembre contrastó con la caída de 0,6% registrada en el segundo trimestre.
El gobierno hizo su propia interpretación de los resultados. Según una nota del Ministerio de Hacienda, el dato del PBI “muestra que la economía entró en proceso de retomar el crecimiento, aunque con un ritmo aún modesto”. De acuerdo con la cartera, “la economía brasileña presenta fundamentos macroeconómicos sólidos y tiene todas las condiciones para mostrar en el cuarto trimestre y en 2015 un crecimiento más intenso, y de ampliar las conquistas de la población brasileña, en especial de la población trabajadora”.
La leve suba del tercer trimestre fue impulsada principalmente por el sector industrial. El consumo familiar, que en los últimos años ha sido el principal motor de la economía brasileña de la mano de la reducción de la pobreza y del desempleo, sufrió una contracción del 0,3% frente al segundo trimestre.
Ortodoxia. Poco antes de que se conocieran los nuevos números, Rousseff había nombrado el jueves a Levy como nuevo ministro de Hacienda y a Nelson Barbosa como ministro de Planificación. El nuevo equipo de ministros del área económica había anunciado ese mismo día un paquete de medidas concretas de ajuste para contener el gasto público y la inflación. Levy, un economista de 53 años que fue secretario del Tesoro durante el primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva y que se ha caracterizado por su apego a la ortodoxia monetaria y fiscal, dejó claro en su primer pronunciamiento público que sus esfuerzos se centrarán en afinar las cuentas del Estado.