La Iglesia Católica de Alemania completó la elaboración de un histórico proyecto de renovación que introduce entre otras reformas la bendición de los matrimonios entre personas del mismo sexo y la figura del diaconado femenino, cambios que pueden entrar en colisión con el Vaticano.
Obispos, sacerdotes, monjas y representantes laicos de la Iglesia se reunieron en Fránkfurt del 9 al 11 de marzo para la última asamblea del “Camino sinodal” de Alemania, un proceso iniciado en 2019 en respuesta al escándalo de abuso sexual clerical.
Unos doscientos delegados votaron sobre quince temas separados, entre los cuales el más destacado fue el abrumador acuerdo para ordenar mujeres en el diaconado. Los diáconos pueden ayudar a los sacerdotes durante la misa, realizar bautismos y bendecir matrimonios.
La decisión final sobre si permitir mujeres diaconisas queda en manos del Papa.
El sínodo no llegó a votar a favor de las sacerdotisas, tema mucho más polémico.
Los participantes del “Camino sinodal” también respaldaron la oferta de bendiciones para las parejas del mismo sexo, en desafío al Vaticano que considera la homosexualidad un pecado. La medida fue apoyada por la mayoría de los obispos alemanes, quienes pueden autorizar las ceremonias en su diócesis sin aprobación de la Santa Sede.
El resultado fue recibido por el jefe de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Baetzing, como “muy bueno”.
Algunos sacerdotes católicos ya ofrecen bendiciones para las relaciones entre personas del mismo sexo en Alemania, pero es probable que este apoyo aliente más ceremonias de este tipo.
‘No puedo seguir como ahora”. La campaña de reforma alemana, que ha incluido discusiones controvertidas sobre el celibato sacerdotal y el cambio de la estructura de toma de decisiones en la Iglesia, ha provocado profundas tensiones con Roma e incluso temores de un cisma. Monseñor Baetzing restó importancia a esas preocupaciones en Fránkfurt. “El ‘Camino sinodal’ no conduce a una división ni es el comienzo de una Iglesia nacional”, dijo a los delegados.
El titular de la Conferencia Episcopal, y obispo de Limburgo, espera que las propuestas alemanas se incorporen en el sínodo global del Papa Francisco, que abrirá una discusión sobre las reformas de la Iglesia en octubre.
La Iglesia Católica de Alemania sigue siendo la religión más grande del país, con 21,6 millones de miembros en 2021. Pero ha perdido alrededor de tres millones de miembros en la última década y ha tenido problemas para reclutar nuevos sacerdotes, lo que ha generado llamados a la modernización y renovación. Gran parte del éxodo se produjo a raíz de las revelaciones de abuso sexual infantil por parte del clero, lo que refleja escándalos similares en todo el mundo.
Un estudio encargado por la Conferencia Episcopal Alemana y publicado en 2018 mostró que 1.670 clérigos habían cometido algún tipo de agresión sexual contra 3.677 menores, en su mayoría niños, entre 1946 y 2014. Sin embargo, los autores dijeron que el número real de víctimas fue casi seguro mucho mayor.
La presidenta del Consejo Central de Católicos Alemanes, dirigido por laicos, Irme Stetter-Karp, dijo que hubiera “deseado más” cambios después de la asamblea de Fránkfurt. “La Iglesia no puede permanecer como está”, dijo Stetter-Karp, también copresidente del “Camino sinodal”.
Elogió la decisión sobre las mujeres diáconos, así como una propuesta para pedirle al Papa Francisco que vuelva a examinar el celibato sacerdotal. Pero lamentó que no se haya logrado ningún progreso en la revisión de la estructura de poder dentro de la Iglesia Católica de Alemania, dada la falta del apoyo de los obispos.
“Cualquiera que se tome en serio el escándalo de los abusos debe trabajar en los cambios estructurales”, concluyó.