Krzysztof Olaf Charamsa, el teólogo del Vaticano que hace unos días anunció su homosexualidad y presentó a su pareja, Eduard Planas, y que luego de eso fue apartado de su cargo, concedió una entrevista en el Il Corriere della Sera.
Charamsa fue consultado por la fecha que escogió para hacer su anuncio, precisamente un día antes de que empiece el Sínodo Ordinario de Obispos para la Familia: “Para mí ha sido un proceso muy personal, existencial, que conlleva un gran cambio en mi vida, como suele suceder en todo “coming out”. La fecha en parte viene preparada por un tiempo de reflexión, moderación, espiritual e intelectual. He tenido que luchar contra el estrés, el miedo, el complejo, el odio inculcado de mi mismo.”
Además agregó: “Como hombre y como capellán ha llegado un momento en que me doy cuenta de que no puedo estar al margen de unas personas que son odiadas. Quiero ser transparente con ellos, pasar de las tesis a la vida, de las ideas a la revelación de la realidad. Defiendo el derecho individual a vivir el propio amor y no importa si la persona ya ha estado casada una vez, si es homosexual o heterosexual”.
En relación a la decisión que tomo El Vaticano de apartarlo de su cargo, precisó: “No me ha sorprendido”. A su vez, indicó: “No imagino mi vida sin mi ejercicio sacerdotal pero tampoco lo imaginaba ya más tiempo con esa farisaica contradicción, con una Iglesia que me exigía la condena de los homosexuales. Así no podía continuar. Y la razón no es que ahora tenga pareja sino que no podía seguir anunciando un mensaje evangélico que ofende a una parte de la sociedad, a la luz del desarrollo de la ciencia, del conocimiento y de la experiencia”.
“En la Iglesia latina la persona que se siente llamada por Dios es obligada al celibato. En cambio, en la iglesia oriental el candidato llamado por Dios puede elegir entre el celibato o el matrimonio. Lo que hace la Iglesia católica es inhumano. Impone, exige, con obediencia ciega. Yo respeto a las personas que deciden vivir solas, a los singles, y naturalmente creo que ellos pueden servir perfectamente a la sociedad”.
“Estoy convencido de que el porcentaje de homosexuales entre los curas es muy alto, diferente según los países. Y creo que el porcentaje de homosexualidad en al Iglesia es más alto que en la sociedad”.
Sobre Francisco: “Creo que el Papa ha cambiado ya muchas cosas, él se dirige al corazón de las personas. Creo que está empezando por cambiar la mentalidad de la Iglesia, pero cambiar la Doctrina es más difícil. Lo que está claro es que no puede mantenerse ese doctrinarismo cerrado, no podemos seguir diciendo al mundo que los estudios sobre la homosexualidad son producto de un lobby influyente y nada más”.