China advirtió hoy que “no dudará en iniciar una guerra” si Taiwán se declara independiente, para salvaguardar su seguridad nacional y la integridad territorial del gigante asiático.
La advertencia fue hecha personalmente por el ministro chino de Defensa, Wei Fenghe, al jefe del Pentágono, Lloyd Adamas, durante una reunión que mantuvieron en Singapur, al margen del llamado Diálogo de Shangri-la, un foro de altos cargos militares, diplomáticos y compañías armamentísticas que se realiza en Singapur hasta el domingo.
El portavoz del Ministerio de Defensa chino, Wu Qian, afirmó que la reunión entre Wei y Austin, que ha calificado como “franca, positiva y constructiva”, es importante porque ambos países tratan de alcanzar un consenso para desarrollar sus relaciones militares.
El estatuto de Taiwán ha sido objeto de fricciones diplomáticas entre China y Estados Unidos los últimos años. Pekín considera a la isla de 24 millones de habitantes como una de sus provincias, en la cual se refugiaron en 1949 las tropas nacionalistas derrotadas en el continente por las fuerzas comunistas de Mao Zedong.
China reitera a menudo su objetivo de recuperar la isla tarde o temprano y, si fuera necesario, por la fuerza. Estados Unidos, por su parte, aplica hacia Taiwán la que ha sido llamada como “ambigüedad estratégica. Después de la histórica visita de Richard Nixon a Pekín aceptó el principio de “una sola China”, pero mantiene relaciones económicas con Taiwán y le vende armas.
A cualquier costo. “Si alguien se atreve a separar a Taiwán de China, el ejército chino no dudará en iniciar una guerra, cueste lo que cueste”, manifestó Fenghe durante el encuentro con su par estadounidense, reveló Wu, el portavoz del Ministerio de Defensa chino. Para Beijing, la isla es “sagrada” e “inseparable” del territorio chino, agregó.
El ministro también dijo que Pekín “aplastaría” cualquier intento de independencia de la isla y defendería “con determinación la unificación de la patria”.
Fenghe insistió además en que la isla pertenece a China y que Estados Unidos no debería “usar Taiwán para contener a China”, según el ministerio.
Austin, de su lado, “reafirmó la importancia de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”, que separa la isla del continente, expresó su rechazo a “cambios unilaterales del statu quo” e instó a Pekín a “abstenerse de nuevas acciones desestabilizadoras hacia Taiwán”, informó el Pentágono.
Las tensiones alrededor de Taiwán se intensificaron en las últimas semanas, sobre todo por las incursiones en mayo de aviones militares chinos en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (“Adiz”) de Taiwán, que excede a su espacio aéreo, la mayor operación de este tipo desde principios de año.
Fricciones. Durante una visita a Japón a finales de mayo, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sorprendió al afirmar que Washington defendería militarmente a Taiwán si China invadiese la isla.
Poco después, la Casa Blanca matizó sus declaraciones y aseguró que la política estadounidense de “ambigüedad estratégica” con Taiwán se mantenía sin cambios.
Austin es el último alto cargo de Estados Unidos en visitar Asia en un momento en que Washington pretende volver a centrar su política exterior en la región desde la guerra de Ucrania.
La ofensiva rusa es de hecho otro punto de fricción entre Pekín y Washington, que acusa a China de apoyar tácitamente a Moscú. China está a favor de que se inicien conversaciones para poner fin a la guerra, pero no condenó la invasión rusa y ha criticado repetidamente las entregas de armas estadounidenses a Kiev.
Las amplias reivindicaciones de China en el mar de China Meridional también han avivado las tensiones con Washington. Pekín reclama casi todo el mar, rico en recursos y por el que pasan anualmente miles de millones de dólares en comercio marítimo. Brunei, Malasia, Filipinas, Taiwán y Vietnam también reclaman partes de esa zona. Durante la reunión con Austin, el ministro Wei minimizó las tensiones y dijo que los países de la región están dispuestos a alcanzar un “acuerdo sabio”, pero sostuvo que la “interferencia de fuerzas extranjeras es el principal factor de incertidumbre en la zona”.
Austin llegó el jueves a Singapur y se reunió con varios de sus homólogos el viernes.
Durante una reunión con los ministros de Defensa del sureste asiático, subrayó que la estrategia estadounidense pretendía “mantener un ambiente de seguridad regional abierto, inclusivo y basado en la ley”, según un comunicado del gobierno de Singapur. Su declaración se refirió indirectamente a las acciones de China, que busca aumentar su influencia en la región.