El presidente de Colombia, Iván Duque, medirá el jueves la fuerza de sus políticas cuando sindicatos, estudiantes, indígenas y opositores protagonicen una gran marcha en Colombia en contra de su gobierno, que aparecer debilitado después de año y medio en el poder. Con un abanico diverso de reivindicaciones y reclamos, los manifestantes colombianos se unirán a la ola de descontento social, sin denominador común, que sacudió a Ecuador, Chile y Bolivia, mientras el chavismo venezolano lo celebra.
El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, dijo este miércoles que el mandatario colombiano está “asustado”. "Mañana hay una marcha en Colombia, están asustados, el miedo los tiene paralizados porque el pueblo convocó una marcha y a paro, yo se lo dije señor Duque que algún día a usted le va a tocar gobernar a su país, deje de meterse en los asuntos internos de Venezuela y cúmplale a los colombianos que lo eligieron para ser presidente se su país", aseguró Cabello.
El número 2 del Partido Socialista Unido (PSUV) aseguró que Duque militarizó varias ciudades y cerró fronteras con otros países, ante el temor que siente por la convocatoria que realizaron los diferentes movimientos sociales, indígenas, sindicatos y sectores de izquierda.
"Tienen militarizada Bogotá, Medellín, Cartagena, han sometido y han allanado la residencia de más de 600 líderes sociales, cerraron la frontera están en crisis, los nervios se los están comiendo, pero la señora Bachelet está preocupada por Venezuela”. Refiriéndose a la expresidenta chilena y Alta Comisionada de los DDHH de la ONU, Cabello dijo que “no ve más nada en el mundo porque esa es la orden que le dan en Estados Unidos”.
El paro nacional en Colombia es para protestar contra el aumento de la edad de jubilación, la reducción del salario mínimo para jóvenes, las medidas fiscales sugeridas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y el Fondo Monetario Internacional, entre otras. Pero además la movilización, que promete ser masiva, también es por la muerte de líderes sociales, los intentos de regular la protesta social, para que se desmonte el Escuadrón Móvil Antidisturbios de la Policía y con el fin de que se implemente la paz con la exguerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
"La protesta social pacífica es un derecho constitucional, el cual garantizamos, pero seremos implacables con los actos de vandalismo", dijo Iván Duque este miércoles, día en que decenas de militares comenzaban a desplegarse en Bogotá. "Lo que se está haciendo es (...) garantizar que quien quiera manifestarse pacíficamente pueda hacerlo y para responder, si hay actos de violencia, de conformidad con la Constitución", aseguró el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.
Las medidas de seguridad implican también allanamientos en busca de explosivos y el cierre de las fronteras con Ecuador, Perú, Brasil y Venezuela hasta el viernes para evitar que extranjeros ingresen a alterar "el orden público y la seguridad".
Una "estrategia del Foro de Sao Paulo"
La gran huelga fue convocada desde octubre por el Comando Nacional Unitario, que reúne a las principales centrales obreras, ante supuestas reformas gubernamentales para flexibilizar el mercado laboral y cambiar el sistema de pensiones. El presidente Duque niega que vaya a presentar proyectos legislativos con esos fines, aunque los ministros de Trabajo y Hacienda se mostraron favorables a ese tipo de iniciativas.
Su gobierno afirma que la “protesta no tiene otra intencionalidad que presionar al gobierno (...) para que se les dé respuesta a los problemas de la clase trabajadora”, dijo Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo.
Desde que asumió el poder en agosto de 2018, Duque enfrentó diversas manifestaciones por sus propuestas económicas, la política de seguridad enfocada en combatir el narcotráfico y su intento por modificar el acuerdo que desarmó a la que fuera la guerrilla más poderosa de América. Aunque el gobierno prevé un PIB del 3,6% en 2019, un bálsamo frente al flojo desempeño esperado para Sudamérica, la cuarta economía latinoamericana registra uno de los índices más altos de desigualdad y desempleo de la región.
Pero más allá de la situación económica, el partido de gobierno, liderado por el expresidente y senador Álvaro Uribe, asegura que las movilizaciones responden a una "estrategia del Foro de Sao Paulo", que agrupa a organizaciones de izquierda, incluído el chavismo, para "desestabilizar" la democracia en la región.
D.S.