INTERNACIONAL
Crisis editorial

Sin autor, no hay creación, no hay libros, no hay librerías

Estrategias francesas para apuntalar el mercado editorial frente a la pandemia que podrían replicarse en Argentina.

Nicolas Lebedel 20200425
Creo que esta crisis seguirá el próximo año, –afirma Nicolas Lebedel, editor de Les Reveurs. | Cedoc Perfil

El mercado de la historieta en Francia es muy importante a nivel económico y cultural. Se trata de un rubro que, sólo en 2018, vendió 60 millones de ejemplares. Algunas de las obras publicadas son extranjeras, incluyendo las de varios argentinos que producen expresamente para el público de ese país. Para enfrentar la crisis detonada con el Covid-19, referentes del sector trazan estrategias que privilegian el rol estatal y el pago a los autores, sin dejar de lado a los libreros. Pese a lo ajeno que pueda parecer el ámbito cultural europeo, la pandemia analogó situaciones y algunos editores franceses aportan ideas que podrían ser aplicables al golpeado mercado editorial argentino. “Creo que esta crisis seguirá el próximo año, –afirma Nicolas Lebedel, editor de Les Reveurs, que publica, entre otros, a argentinos como Carlos Nine y Lucas Nine– y las principales editoriales ya han decidido posponer proyectos con lo que la cantidad de libros lanzados este año disminuirá en general. Esta situación es mala para los pequeños editores porque perderán dinero para imprimir libros y pagar regalías. Nadie sabe si las librerías independientes podrán seguir adelante. No hay que olvidar que cuando reabran, unas pocas personas podrán ingresar al mismo tiempo, generando largas colas en la calle. Pero el problema principal es cómo ayudar a los autores que no recibirán anticipos en los próximos meses. El Ministro de Cultura anunció un subsidio, pero fue considerado insuficiente y criticado por autores, editores y librerías por lo que trabaja en una nueva propuesta. Presionar al Estado es fundamental. Esta industria y el área de Cultura en general generan mucho trabajo. Y durante este período loco es crucial resguardar el trabajo para un país”. Pagar a los autores es, según Lebedel, el primer objetivo porque “sin autor, no hay creación, no hay libros, no hay librerías”.

El Ministro de Cultura anunció un subsidio, pero fue considerado insuficiente y criticado por autores, editores y librerías por lo que trabaja en una nueva propuesta

Día Internacional del Libro: la celebración

Wandrille Leroy, celebrado historietista es también editor de Warum. Su doble rol tiene pares en Argentina, como Liniers con su Editorial Común. Leroy opina, entonces, desde dos perspectivas diferenciadas: “Como autor, siempre soñé con una situación que me obligara a escribir y dibujar, prohibiendo la distracción y la posibilidad de evitar el trabajo. Y aquí estamos. Pero, a pesar de eso, no trabajo tanto. Nadie está realmente tan preparado para esto que pasa; excepto por el hecho de que yo hago un trabajo que en su mayor parte supone quedarse en casa. El azar hizo que en enero estuviese confinado en un bote en la isla de Nicobar: 14 metros de largo para 8 personas durante 4 días. Eso es mucho más difícil que vivir solo en mi acogedor apartamento. Apuesto mucho a mis webtoons, soy bastante afortunado, porque mi trabajo puede ser leerse en línea. Pero se suponía que debía publicar dos libros como autor en abril o mayo y todo se retrasó. Como editor sé que muchos emprendimientos pequeños no lograrán salir adelante. Pero durante mucho tiempo la sobrepublicación fue causa de la disminución de ingresos para autores. Quizás esta crisis sea una buena oportunidad para frenar o bajar la producción y centrarse en menos títulos, pero mejor producidos y, en su mayor parte, mejor pagados. Es cuestión de vida o muerte que el gobierno ayude a las empresas más frágiles pero, más aún a los autores, que son la parte peor pagada del negocio, y que ya tenían dificultades para ganar lo suficiente para pagar el alquiler”.

El libro en tiempos de coronavirus

Moïse Kissou, editor Grupo Steinkis, por su parte, no ve con dramatismo la situación sanitaria de las librerías cuando reabran, "pero recela de los compradores: “Creo que rara vez son lugares donde hay multitudes de personas al mismo tiempo, exceptuando los meses de septiembre por el regreso a la escuela y diciembre por Navidad, por lo que soy bastante optimista sobre sus habilidades para manejar los problemas sanitarios. No creo que haya grandes colas afuera." Lo que es más preocupante es si la gente irá a las librerías como antes”. En cuanto al apoyo estatal, el editor piensa que debe ser multidireccional: “El Estado tiene que alentar a las personas a que vayan a comprar libros, he oído que están planeando una campaña en ese sentido y creo que es algo fundamental. También debería apoyar financieramente a las librerías, es difícil hacer frente a dos meses de cierre, y es importante asegurarse de que todas las librerías puedan seguir funcionando”. Consultado sobre la posibilidad de un aluvión de obras autorreferenciales sobre la pandemia, Kissou apela a la capacidad de discernimiento de sus pares: “No va a permitirse, los editores están dispuestos a actuar con buen tino en ese sentido”.