Los hermanos Albert y Ferrán Adriá, reconocidos cocineros internacionales, atraviesan uno de los momentos más amargos de sus carreras en España. Por la crisis del sector gastronómico, potenciada por la falta de turistas durante la pandemia del coronavirus, sus restaurantes evalúan un cierre definitivo, tras la desaparición de ElBarri, un conglomerado de restaurantes del que Albert era socio.
A la sombra de Ferrán, Albert Adriá fue el creador de la aceituna esférica que nació en el restaurante "El Bulli", de su hermano, y que se comercializó a través de su célebre salón gastronómico El Tickets de Barcelona. Pero ahora el local se encuentra en concurso de acreedores.
La reciente desaparición de ElBarri, el conglomerado de restaurantes de la familia Iglesias con cuatro estrellas Michelin y de la que Albert Adriá formaba parte como socio, desapareció de la escena gastronómica por la falta de turistas en Barcelona en medio de la crisis del Covid-19.
De ElBarri formaban parte los restaurantes Tickets, Bodega 1900, Hoja Santa, Pakta y Enigma, que motivaron la transformación del barrio Paralelo de Barcelona en un Silicon Valley de la cocina, como lo denominaron en el sector.
Los hermanos Iglesias no pudieron afrontar la deuda de 7,5 millones que tenían sus locales y presentaron concurso de acreedores por la falta de turistas en Barcelona y las limitaciones de horarios de apertura como parte de las medidas sanitarias de la ciudad.
Sin embargo, el único restaurante que se va a poder mantener con vida es Enigma, 100% de Albert y que cuenta de una estrella Michelin. "La triste noticia del concurso de acreedores de las empresas de la familia Iglesias es el reflejo de una situación tan triste como demoledora para todos los sectores, pero en especial para la hostelería", le dijo Albert Adriá al medio español La Razón.
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"Estoy muy triste, pero mentalizado para asumir nuevos retos y concentrarme en los proyectos que continúo desarrollando", agregó el hermano del histórico cocinero.
La trayectoria de los Adriá en el El Bulli
Albert Adriá comenzó a desempeñarse como cocinero en El Bulli, el famoso restaurante situado en Cala Montjoi (Gerona) y que su hermano Ferran convirtió en uno de los mejores centros gastronómicos del mundo con tres estrellas Michelin.
Con vista al mar barcelonés recibió el nombre de su bulldog Bulli. En el restaurante recalaban aprendices y esto reducía los costos operativos del local. Entre los cocineros en formación se encontraba Ferran.
A pesar de que no se veían desde los ocho años, se reencontraron a través de la cocina luego de que Albert dejara la escuela a las quince años. "Siempre admiré a mi hermano y me fui con él a trabajar», explica el gastronómico convertido en el Rey Midas de la cocina.
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Por aquél entonces El Bulli era todavía un restaurante poco conocido, hasta que se popularizó por la cocina innovadora de Ferrán Adriá y adquirió la atención mundial. Su hermano se dedicó inicialmente a la pastelería y se reinventaba en los postres para aparejar la velocidad con la que salían los platos salados.
En 2003 El Bulli se convirtió en un icono de la cocina modernista, mientras Ferrán sale publicado en la revista «Times» que lo incluye entre los 100 personajes más influyentes del mundo.
CI/FL
