La falta de agua en la zona de Montevideo, Uruguay, podría tener un desenlace peor en 18 días si las lluvias no llevan alivio a las bajas reservas del suministro de agua potable. A raíz de esto, el ejecutivo ordenó utilizar agua del Río de la Plata y mezclarla con los fluidos dulces para tratar de paliar la sequía. La medida generó protestas.
Desde hace tres años el país latinoamericano se encuentra en alerta por una sequía que impacta en el suministro de la zona más poblada del territorio, donde habitan alrededor de 1,8 millones de personas.
Se trata de más de la mitad de la población del país la que se encuentra afectada por la mayor crisis hídrica en 70 años y que, de acuerdo a la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE), podría tener un final más complejo el 23 de junio si se termina el suministro de agua potable.
Desde el gobierno que encabeza el presidente Luis Lacalle Pou esperan que esta semana el servicio del clima acierte y las precipitaciones lleguen entre el miércoles y el jueves.
Agua salada y complicaciones para la salud
Una de las medidas que adoptó el gobierno uruguayo fue mezclar agua del estuario del Río de la Plata con las reservas potables para engrosar el nivel de suministro, una decisión que generó polémica y protestas por los efectos que podría producir en la salud.
El último viernes, la estatal OSE indicó que se encontraron 734 miligramos de cloruro por litro de agua y 448 miligramos de sodio en la misma medida, valores por encima del promedio recomendado por el Ministerio de Salud local.
Uruguay aumentó la salinidad del agua potable y se teme por pacientes hipertensos
A raíz de esto se generaron protestas por el nivel de salinidad en el agua, impulsadas por el colectivo Coordinación por el Agua en la Torre Ejecutiva y el Parlamento uruguayo.
La situación es tan crítica que la OSE comenzó a perforar el suelo en el Parque Batlle, una zona ubicada cerca del mítico Estadio Centenario, para buscar agua potable. Hasta el momento, el resultado fue nulo por el caudal de agua. Además se ha solicitado la eliminación de impuestos para el agua y la soda que se venden embotelladas, una manera de alivianar los costos para la población. De acuerdo a Scanntech, un 30% de los ingresos de los habitantes que sufren la sequía son destinados a la compra de agua.
La intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, graficó en una columna escrita para el Semanario ABC la complejidad del problema: “Nunca me imaginé que tuviéramos temor a tomar agua de la canilla”.
GI/lt