Al inicio de la guerra en Ucrania, el presidente francés, Emmanuel Macron, abogaba por dialogar con su par ruso, Vladimir Putin, pero dos años después se ha convertido en la “bestia negra de Moscú” que lo califica de belicista.
“¿Qué le pasó a Emmanuel Macron? ¿Perdió la cabeza?”, le preguntó el miércoles a Putin el presentador pro-Kremlin Dmitri Kisilev. “Resentimiento por la influencia creciente de Rusia en África”, le respondió.
Semanas después de asumir el cargo en 2017, Macron señaló sus intenciones hacia Rusia extendiendo la alfombra roja a Putin en una cumbre en el Palacio de Versalles. En 2019, el líder ruso fue invitado a la residencia de verano mediterránea del presidente francés, donde Macron se dirigió a Putin como “querido Vladimir” y declaró que Rusia era parte de una Europa que se extendía desde “Lisboa hasta Vladivostok”. Incluso después de que Putin ordenara el ingreso de tanques rusos a Ucrania en la invasión de febrero de 2022, Macron buscó mantener un canal de diálogo con el líder ruso, hablando con él en múltiples ocasiones hasta septiembre de ese año e insistiendo en la necesidad de “no humillar a Rusia”.
Sin embargo, hoy la situación es muy distinta. De “querido Vladimir”, Putin pasó a convertirse en una “amenaza” para Francia. Moscú carga principalmente contra las declaraciones del presidente francés desde el 26 de febrero, cuando no descartó la posibilidad de enviar tropas a Ucrania, generando una controversia internacional y nacional. Putin le prometió que, si pasaba de las palabras a los actos, le ocurriría como al emperador francés Napoleón, que fue derrotado en su intento de invadir el Imperio ruso en 1812. “Las consecuencias de estas intervenciones serían realmente trágicas”, agregó el mandatario ruso, para quien una guerra nuclear es una “amenaza real”.
El presidente francés aclaró su posición el jueves por la noche. Para Macron, la guerra en Ucrania es una “amenaza existencial para Europa”, y Rusia es “el adversario”. “Nunca tomaremos la iniciativa” de combatir a Rusia, pero si la situación se degrada, (...) estaremos listos para tomar las decisiones que se imponen para que Rusia no gane nunca”, definió.
Macron reconoce abiertamente que su posición ha experimentado un importante giro, citando un “endurecimiento” de la postura de Rusia dentro y fuera del país, que ha visto la muerte en prisión del opositor Alexei Navalni, que sus partidarios han atribuido al Kremlin, así como una oleada de protestas, ciberataques y campañas de desinformación contra países como Francia.
