La plaza céntrica de Kossuth Lajos, en la capital húngara, fue el lugar elegido para escuchar la última misa del sumo pontífice en Budapest. En el marco del Congreso Eucarístico Mundial 50.000 personas se congregaron para escuchar a Francisco, multitud a la que el Papa instó a "no cerrar con egoísmo las puertas a quienes están sumidos en el sufrimiento o la pobreza".
A las 9 de la mañana y bajo un sol primaveral y en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, Francisco llegó a bordo del “papamóvil” para brindar la misa a sus fieles luego de tres días de visitas en Hungría.
Por la tarde, el pontífice argentino de 86 años pronunciará un último discurso ante representantes del mundo cultural y científico en la universidad católica de Budapest. Horas después, dará su tradicional conferencia de prensa en el avión de regreso a Roma.
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La guerra de Ucrania presente
Durante la víspera, Francisco pidió "erradicar los males de la indiferencia" durante un encuentro con refugiados, en su mayoría ucranianos.
La guerra en Ucrania -país que comparte frontera con Hungría- fue uno de los temas centrales de esta segunda visita papal en menos de dos años al país de Europa central.
"Por favor, ¡abramos las puertas!", solicitó el papa ante un multitudinario público y en presencia del primer ministro húngaro, el nacionalista Viktor Orbán, quien defiende una línea dura contra los migrantes.
"Es triste y hace daño ver puertas cerradas: las puertas cerradas de nuestro egoísmo hacia quien camina con nosotros cada día (...), las puertas cerradas de nuestra indiferencia ante quien está sumido en el sufrimiento y en la pobreza", enfatizó.
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Francisco mantuvo a lo largo de su visita en Hungría un discurso crítico con la política de Orbán, quien justifica su oposición a la acogida de migrantes o refugiados por la defensa de la "civilización cristiana".
Desde el inicio del conflicto, en febrero 2022, más de dos millones de ucranianos transitaron por suelo húngaro, aunque solo 35.000 solicitaron el estatus de "protección temporal" implementado por la Unión Europea (UE), según datos del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Fiel a su estilo, Francisco tuvo un encuentro por fuera del programa anunciado. El sábado por la tarde se reunió con el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, un firme opositor a Orbán. Así como también lo hizo con el metropolita Hilarión, el ex responsable de las relaciones exteriores de la Iglesia ortodoxa al que despidieron por sus reticencias respecto a la invasión rusa de Ucrania.
La felicidad de sus seguidores
Un mes de su hospitalización por una bronquitis, el sumo pontífice se mostró activo y con buen aspecto. Levente Kiss, un estudiante húngaro de 21 años entrevistada por la agencia AFP, resaltó: “Es algo único, fascinante, ver al papa tan cerca".
"Aunque su opinión no siempre se corresponde con la de distintas organizaciones o del gobierno, es importante que más allá de los discursos políticos, cumplamos con nuestra misión cristiana", destacó el mismo joven.
El argentino el segundo pontífice que visita Hungría, después de Juan Pablo II en 1991 y 1996. La agenda del papa argentino prevé un viaje a Lisboa (Portugal) para agosto y, al mes siguiente, visitar Marsella (Francia) y Mongolia. El recorrido estará sujeto al estado de salud que lo tiene a mal traer desde hace un tiempo.
NT