La presidenta brasileña Dilma Rousseff designó al frente de Petrobras, la mayor empresa del país, a una mujer criada en una favela, quien tuvo que trabajar como cartonera durante su niñez y juventud. Se trata de Maria das Graças Silva Foster, ingeniera química de 58 años, considerada por muchos como un "clon" de la primera mandataria de Brasil, por su tenacidad y temperamento.
Graças recibirá una compañía que factura aproximadamente 138 mil millones de dólares por año. Lo cual no impide que su objetivo sea aumentar aún más la producción de petróleo, según las primeras indicaciones de Rousseff. Hasta ahora, quien tuvo a cargo durante seis años la administración de la gigante brasileña fue José Sergio Gabrielli, un dirigente del Partido de los Trabajadores (PT) en el Estado de Bahía, apoyado por Lula da Silva. Según trascendió, Dilma prefería para el puesto a alguien surgido de la militancia más cercana a ella y con estilo gerencial más semejante al suyo.
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