Agencias
Brasilia
Dilma Rousseff obtuvo ayer un poco de respiro en la crisis política que amenaza con forzar su destitución, pero la economía no deja de darle malas noticias. La principal de ellas, la salida del gobierno de Joaquim Levy, el ministro de Hacienda, el único que inspiraba hasta ahora confianza en los mercados para llevar adelante el necesario ajuste.
A lo largo del año, Levy sufrió varias derrotas cuando el Congreso modificó o “ablandó” varias de las medidas que propuso para equilibrar las cuentas públicas. Yo y mi equipo hicimos lo que propusimos en enero, al menos lo que dependía de nosotros”, dijo Levy, que será sustituido por el ministro de Planificación, Nelson Barbosa, en una nota de despedida.
Ayer, mientras se formalizaba la salida de Levy, se conoció que la actividad económica cayó un 3,9 por ciento hasta octubre, que la inflación ya alcanzó las dos cifras y que en un año se perdieron 1,5 millones de puestos de trabajo. La renuncia del ministro provocó una caída de la Bolsa y llevó al dólar a rozar los cuatro reales.
Alivio. En el plano político, Rousseff obtuvo ayer una importante victoria en la Corte Suprema, en su batalla por impedir el impeachment. El máximo tribunal anuló la creación de una comisión de parlamentarios elegida la semana pasada en voto secreto para impulsar su juicio político, en la que abundaban los favorables a su destitución.
En otra decisión que beneficia a la presidenta, el Supremo Tribunal Federal (STF) decidió que el Senado tiene derecho a rechazar el proceso de juicio político por mayoría simple incluso si dos terceras partes de la Cámara baja lo aprueban. Dilma tiene más respaldo en el Senado que en la Cámara. Si el proceso es aceptado, Rousseff debería dejar su cargo al menos por seis meses.
Sin tregua. Sin embargo, en el frente económico las noticias son todas malas. Ayer, el Banco Central informó que la actividad económica cayó el 3,69% en los primeros diez meses de este año, mientras la inflación acumulada trepó al 10,71%.
El Indice de Actividad Económica mostró que entre enero y octubre pasados hubo una retracción del 3,69% ante el mismo período de 2014, número que coincide con las proyecciones elaboradas por agencias privadas y analistas de mercado.
Mientras el Banco Central informó sobre la declinación de la actividad económica, el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE) reportó también ayer que la inflación trepó al 10,7% de enero a la primera quincena de diciembre.
Para completar el panorama, el Ministerio de Trabajo y Previsión Social reveló que en noviembre desaparecieron 130.629 empleos formales, el peor resultado para el mes desde 1992. En el acumulado de los últimos doce meses se cerraron 1.527.463 puestos de trabajo.